Montevideo fue el primer destino extranjero de Aviner Fishhof como representante oficial de Israel. Se desempeñó tres años como Cónsul, ha terminado estos días sus funciones y este lunes parte de Uruguay a su nuevo destino diplomático en Montreal, Canadá. Resume sus tres años en Uruguay con enorme satisfacción.
Aviner (43) está casado con Tamar, con quien tiene cuatro hijos: Kfir (15), Iotam (13), Eliá que está por cumplir 10 y Abigail que pronto cumplirá 7. Nació y creció en Petaj Tikva. Al casarse vivieron unos años en Ramat Gan y luego buscaron un lugar más tranquilo, un marco comunitario, y se mudaron a Yehonatán, una localidad en el Golán, donde estuvieron unos 10 años. Es un
Aviner y Tamar vienen ambos de familias observantes . Activaron en el movimiento juvenil religioso Bnei Akiva donde fueron madrijím, líderes.
P: Aviner, es un gusto tener esta oportunidad de conversar contigo pocos días antes de tu partida al finalizar tu misión en Uruguay. ¿Cómo resumirías estos años como Cónsul de Israel en Uruguay?
R: Llegamos sin idioma, sin entender mucho de lo que pasaba a nuestro alrededor, y la verdad es que realmente desde el primer momento que llegamos a Uruguay, la comunidad nos rodeó y abrazó de una manera extraordinaria. Conocimos a personas que desde el primer momento nos dijeron: «Si necesitas algo, dinos». Y ahí estaban, de verdad, siempre. Como extranjeros que llegan al país sin un idioma ni nada, nos sentimos abrazados de una manera inusual. Estamos realmente agradecidos a la comunidad por este abrazo tan fuerte.
P: Me alegra oírlo y no me sorprende en absoluto. Yo estimo que parte era solidaridad judía y parte el ver en ustedes representantes de Israel, algo muy importante para esta colectividad tan sionista como la uruguaya.¿No?
R: Creo que es una combinación de ambos, porque la garantía mutua a lo largo de los años, durante nuestra estancia en la comunidad, es algo que hemos visto una y otra vez. Esta garantía mutua se manifiesta en las iniciativas excepcionales de las diferentes comunidades en los diversos campos, son las cosas asombrosas que una comunidad hace con las personas con discapacidad, ya sea donando caridad o distribuyendo medicamentos; es realmente interminable. Es imposible siquiera mencionar la lista completa. Y además, claro, está esta conexión tan cálida de la colectividad con el Estado de Israel.
Además, en lo personal, mi familia se sintió muy bien en Montevideo. Los niños fueron al Yavne y algunos a la escuela norteamericana y estuvieron muy contentos.

El 7 de octubre y el abrazo de la colectividad
P: Me imagino que eso habrá tenido un significado muy profundo en ciertos momentos difíciles.
R: Sin duda ninguna. Fue muy fuerte en los días posteriores al 7 de octubre. Ser israelí en el mundo, y en los días posteriores al 7 de octubre, a nivel personal, fue algo muy difícil. Después de todo, nuestro mundo estaba destruido y yo caminaba por la calle en Montevideo, pero la gente no entendía en absoluto lo que acababa de pasar. No entendían que una parte del mundo se había derrumbado. Y a nivel personal, es muy difícil vivir esto, estos dos extremos desconectados, lo que sucede dentro de uno y lo que sucede afuera con gente que no tiene ni idea. Pero dentro de este espacio, llegar a las comunidades y recibir estos abrazos, tanto físicos como este abrazo general de la comunidad, y sentarme con personas en quienes veo el mismo dolor en sus ojos, fue una gran ayuda emocional en aquellos días; fue realmente tener un hogar en un lugar tan lejano físicamente de Israel.
P: Lo describiste de una manera muy conmovedora . Quizás esta sea la descripción más acertada que he escuchado sobre el significado de la conexión entre las comunidades judías e Israel.

Una comunidad llena de energía
P: ¿Cómo viviste la dinámica comunitaria?
R: Hay un poder increíble en la conexión de la comunidad en Uruguay con todas sus partes, de verdad. Cada sinagoga, cada organización, tiene una conexión fuerte y asombrosa en este asunto. En el ámbito de trabajar para el Estado de Israel, siempre hay una mano tendida, siempre hay cooperación. Y el trabajo comunitario es intenso. Mi hija se unió enseguida a un grupo de baile de su edad en la comunidad y se sintió muy bien. Se sintió como en casa desde el primer momento y, literalmente, tres o cuatro meses después de nuestra llegada, se celebró el evento al final de los bailes comunitarios. Llegamos y me senté allí y pasé una noche entera de canciones israelíes y bailes maravillosos. Fue una noche realmente hermosísima. Pasamos muy bien y me dije: "Creo que no necesito hacer nada en cuanto a la cultura israelí, la cultura israelí ya está aquí". La fuerte conexión de la colectividad uruguaya con la cultura israelí y la experiencia israelí es realmente asombrosa.
P: Conociendo la interna, sé que también hay críticas de los propios judíos uruguayos sobre divisiones, sobre qué se hace y qué no…entiendo que tú lo viviste diferente.
R: En primer lugar, digo que debe haber reclamos porque, de lo contrario, no sería una comunidad judía. Así que, gracias a Dios, esta es una excelente prueba del judaísmo para la comunidad. Pero yo creo que la abundancia de instituciones es una bendición. Creo que hay diferentes públicos presentes en los diversos eventos. Realmente creo que entre los eventos culturales de las comunidades y los eventos que conmemoran las festividades israelíes o los eventos israelíes, ya sean las diversas conferencias o los diversos invitados que vienen, al final cada uno encontrará lo que sea de su interés.

Fuera de la colectividad

entonces Presidente Luis Lacalle Pou fue invitado a escribir una letra y también el
Cónsul Aviner Fishhof
P .¿Qué tipo de conexión tenías con los uruguayos fuera de la comunidad judía?
R: Claro que tenía contactos en el Ministerio de Relaciones Exteriores y en las diversas áreas en las que trabajé y la experiencia allí fue muy buena. Es gente con la que es agradable tratar. En general, la gente en Uruguay, culturalmente hablando, es sumamente agradable al igual que el ambiente en general.
P: ¿Cómo vives los fenómenos que todos conocemos, el aumento del antisemitismo, que se da también en Uruguay?
R: Creo que estamos en un momento difícil a nivel mundial. Lo que vemos en Europa, Canadá y Estados Unidos es muy preocupante, tanto por su creciente intensidad como por su creciente cantidad y por su naturaleza. Es decir, cuando la propaganda y las mentiras se apoderan del espacio público y del discurso, cuando la verdad ya no es la base de las relaciones entre países y personas, el mundo se encamina hacia situaciones sumamente preocupantes. Uruguay forma parte de este movimiento, y hoy vemos en Uruguay situaciones inéditas, situaciones preocupantes. Aún estamos muy lejos de lo que vemos en otros lugares del mundo y solo podemos esperar no alcanzarlas nunca, pero en comparación con lo que había antes en Uruguay, cada vez hay más señales de alerta en las calles.
P: ¿Lo has visto tú mismo?
R: Por supuesto, la creciente osadía y a hostilidad en las pintadas, esvásticas que he visto en las calles, lo que se dice en las redes sociales, es parte del movimiento global y es muy preocupante.
P: ¿Cómo ves las posiciones oficiales? Por un lado instancias del Frente Amplio han emitido comunicados muy duros contra Israel y por otro está claro que el Presidente trata de tomar distancia de esos planteamientos. ¿Cómo se maniobra en esa situación?
R: Nosotros trabajamos continuamente con los nuevos funcionarios del gobierno para intentar impulsar diversos temas y siempre estaremos encantados de colaborar con Uruguay, trabajando juntos, en respeto mutuo.
P: Cuando ve las manifestaciones, las declaraciones y las expresiones contra Israel, ¿se siente como si estuviera en una zona hostil? ¿O tienes claro que necesitas separar y distinguir entre Uruguay, el país, la gente y las expresiones extremas contra Israel?
R: Creo que estos son elementos extremistas. Creo que la gran mayoría de estas declaraciones provienen de la falta de conocimiento y de la falta de reconocimiento de la realidad sobre el terreno, y de la falta de reconocimiento del material en general de todo el asunto, histórico y político. Y de todo. Y es muy lamentable para mí que la gente, basándose en la falta de conocimiento, salga a las calles a manifestarse y, basándose en esa falta de conocimiento, se permita expresarse de una manera terrible. Me alegraría mucho que estuvieran abiertos a escuchar, reconocer y saber. Lamentablemente, no funciona así. Siempre he dicho que si te opones a lo que hace Israel, está perfectamente bien, somos un país democrático y podemos dar cabida a diversas opiniones. Pero si odias a Israel, ya tienes algún tipo de problema. Algo anda mal contigo.
Un resumen personal
P: ¿Cómo te sentiste en general en Uruguay?
R: En general, la sensación en Uruguay fue realmente genial; es una cultura muy agradable, la gente en la calle, los proveedores de servicios. Es realmente muy agradable desenvolverse en el espacio público aquí en Uruguay. Por supuesto, es imposible no destacar la tranquilidad , algo de lo que Israel quizás necesitemos aprender un poco, una experiencia realmente maravillosa, que en gran medida reconforta el alma.
P: ¿Qué captaste respecto a cómo la gente ve a Israel?
R: Creo que la gran mayoría del público uruguayo no conoce Israel, pero para mi gran alegría, tuve la oportunidad de participar en la creación de un pabellón israelí en la Expo Prado. Cientos de miles de personas pasaron por el pabellón y las reacciones fueron muy positivas. Cuando recorrí Uruguay cumpliendo misiones en varios lugares, las reacciones también fueron muy positivas. También puedo decir que incluso después del 7 de octubre, cuando yo andaba con kipá y mi esposa con pañuelo, la única reacción que recibimos en la calle en algún momento con respecto a esta historia fue que alguien la detuvo, le dio un fuerte abrazo y le dijo que lo sucedido era terrible y que debíamos saber que estaban con nosotros.
P: Entiendo que era una persona no judía.
R: Así es. Fue muy conmovedor.
Diplomáticos heterogéneos
P: Creo que puede ser interesante contar sobre tus comienzos en la Cancillería, más que nada el hecho que contrariamente a lo que quizás muchos piensan-yo misma lo pensaba años atrás- no es que aceptan sólo a quien se graduó en diplomacia o relaciones internacionales.
R: Así es. Yo estudié ingeniería informática en la Universidad Bar Ilan, me gradué y comencé a trabajar como desarrollador de software en una pequeña empresa en Israel que fue adquirida por una empresa más grande y luego por otra más grande aún. En total, trabajé durante 11 años en el mercado israelí de alta tecnología, y luego decidí que estaba un poco cansado de luchar con computadoras y preferí “luchar” con la gente. Fui a una selección de candidatos para el servicio exterior, entré en un proceso que duró unos siete meses de reuniones, entrevistas, evaluaciones psicológicas y mucho más y finalmente me aceptaron y fui al curso de cadetes.Tenía en ese momento 39 años.
P: Creo que antes no era tan común que diplomáticos vengan de campos variados. La ex Embajadora en Uruguay Galit Goren recuerdo que venía de la biología. ¿Cómo se explica esa diversidad?
R: Esto es algo que el Ministerio de Relaciones Exteriores ha cambiado a lo largo de los años y creo que es una bendición. El Ministerio de Relaciones Exteriores ha comenzado a abrir las puertas a una variedad de personas de diversos orígenes y edades. Muchos vinieron buscando una segunda carrera. Hay abogados, personas del sector privado, un hombre que tenía una agencia de viajes, de todo.
P: Pero me imagino que tú no estabas simplemente buscando otro trabajo sino que sentías la necesidad de luchar por presentar debidamente a Israel. ¿Estoy en lo cierto?
R: Claro. Era la combinación de varias cosas. Esta carreta une temas muy diversos y además están los valores con los que crecí. En todo lo que hago, intento contribuir a mi entorno, y no hay nada más grande que contribuir al país.
A modo de resumen
P: ¿Hay algo más que quieras decir, Aviner, que no supe cómo preguntar?
R: Quiero agradecer especialmente a Uruguay y, por supuesto, a la comunidad judía uruguaya por estos tres años maravillosos que fueron una excelente experiencia tanto a nivel personal, familiar como profesional. Y nada de esto habría sido posible sin el entorno, sin la gente. Y estoy muy, muy agradecido a Uruguay, al público uruguayo, a la comunidad judía uruguaya, y es importante mencionar, por último, pero no menos importante, a mi personal de la embajada, que es maravilloso, muy querido y hace un gran trabajo, y también les debo todo.
P: ¿Es un momento difícil para representar a Israel en el exterior? Me refiero a la guerra que lleva ya casi dos años, al gobierno en funciones que fue por cierto electo democráticamente pero incluye elementos muy problemáticos que dan una imagen muy mala de Israel a mi criterio. La reforma judicial, varios temas más.
R: Como diplomáticos, representamos a todos los gobiernos. Lo normal es que el pueblo elija al gobierno, el gobierno decida lo que decida, y nuestra labor es representarlo desde la perspectiva de que representamos al pueblo. En definitiva, creo que una visión sobria de cada gobierno presenta desafíos. En cada gobierno existen límites a veces más amplios y a veces más estrechos. Representamos a la democracia israelí. El juego democrático no está exento de errores y hay muchas cosas que, al final, nos hacen preguntarnos: "¿Cómo podemos permitir algo así?". Pero esto es democracia. Y dentro de este juego, representamos al país, representamos al pueblo, representamos nuestros logros y a nuestra maravillosa gente en todos sus aspectos y en todos sus niveles. Y esto es lo que representamos. La diversidad permanecerá aquí para siempre.
P: Muchísimas gracias Aviner. Te deseo mucho éxito en la continuación de tu carrera diplomática.
R: Muchas gracias.