La operación final contra Hamás podría poner en peligro a los rehenes
Fuentes muy allegadas al Primer Ministro dijeron en la noche de este lunes en Israel, que Biniamin Netanyahu decidió tomar control de toda la Franja de Gaza y operar militarmente también en zonas en las que casi no se ha maniobrado hasta ahora, inclusive donde se estima que Hamas tiene secuestrados. Esto, a fin de terminar definitivamente con Hamas.
El tema sería planteado ante el gabinete para que se tome la decisión definitiva al respecto. Pero la gran pregunta es si acaso se trata verdaderamente del plan que exige el ala nacionalista del gobierno como antesala para instalar asentamientos en la Franja de Gaza después de la guerra, o si es en realidad un último intento de ejercer presión sobre Hamas. Esto, con la intención de convencerlo a aceptar un acuerdo para la liberación de rehenes, que hasta ahora ha obstaculizado.
En la práctica, es evidente que Hamas ha rehuido un acuerdo de alto el fuego en los últimos meses. No sólo Israel y Estados Unidos sino también Egipto, uno de los mediadores, ha dicho que Hamas ha obstaculizado todos los contactos. Y ver el éxito internacional de sus campañas de propaganda contra Israel, no es precisamente algo que lo llevará a transar, sino probablemente todo lo contrario. Hamas sabe que si Israel amplía su operativo militar con el declarado objetivo de tomar control de toda la Franja, eso aumentará la presión mundial en su contra, además de imponerle nuevos riesgos.
Uno de los grandes problemas de la posible nueva etapa militar, es que si el ejército se acerca adonde hay secuestrados, es muy probable que los terroristas los eliminen de inmediato, tal cual hicieron hace varios meses con los así llamados “los seis hermosos”, seis de los secuestrados que fueron asesinados por los terroristas cuando sintieron que las tropas se estaba acercando a su túnel.
El problema central es que resulta imperioso preguntarse si acaso Israel tiene otra alternativa o si su única opción ahora es hacer este intento. La exigencia de muchas familias de los secuestrados, de que adopten un acuerdo global para la liberación de todos, no parece ser lo que conduzca ahora a una solución. Es que Hamas rehusa deponer las armas, dice que nunca lo hará, y difícilmente un gobierno israelí pueda aceptar retirarse de Gaza mientras Hamas sigue armado en el poder.
Netanyahu reiteró este lunes que está decidido a alcanzar los tres declarados objetivos de la guerra: recuperar a los secuestrados, destruir a Hamas y garantizar que Gaza ya no pueda constituir una amenaza contra Israel.
La seria complicación es que una meta puede contradecir a otra.
Cuando se habla de recuperar a los secuestrados, se pone el énfasis en los 20 considerados vivos, aunque también se quiere devolver a Israel los restos de los 30 dados por muertos. Familiares de algunos de los vivos dijeron que operar en las zonas en las que están los secuestrados equivale a asesinarlos. La otra cara de la moneda es que nada en la situación actual indica que haya cómo lograr liberarlos, dado que Hamas no acepta siquiera negociar.
Es clave saber si Netanyahu realmente tomó esta decisión porque llegó a la conclusión que es la única forma de tratar de liberar a los secuestrados, o si decidió aceptar las condiciones de sus socios de coalición que no quieren parar la guerra.
Mientras tanto, parece bastante claro que un paso de este tipo, aumentará la presión internacional sobre Israel.
Lo que quizás mitigaría en algo ese fenómeno podría ser el impacto que causó en muchos la publicación por parte de Hamas de dos videos con los civiles secuestrados Rom Braslavski y Evitar David, que aparecieron con aspecto absolutamente esquelético y casi parecen a punto de morir.
Mientras todas las fotos de niños supuestamente famélicos difundidos por Hamas resultaron ser fotos de niños con enfermedades previas, los videos auténticos en los que se ve claramente a los secuestrados que parecen salidos de campos de concentración, son un arma fuerte en manos de Israel para combatir a Hamas en la arena mundial.
