Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

Emplazan baterías de “Cúpula de Hierro” en los alrededores de Tel Aviv


Con terroristas de vecinos, uno nunca puede saber

Israel maniobra en los últimos días entre un intento de calmar las tensiones con la Franja de Gaza, de responder con firmeza a la violencia sin provocar con ello una escalada y de tomar medidas para que se pueda aliviar la situación de la población civil, sin dar premios a Hamas. Los hechos demuestran que ello es muy complicado, desata fuertes discusiones internas y también contra la Autoridad Palestina, y más que nada, no logra garantizar la calma.

La cúpula de seguridad israelí recomendó el miércoles al gabinete autorizar el pago de la tercera cuota de 15 millones de dólares de dinero de Qatar-que está demorada hace más de dos semanas- para el pago de sueldos y compra de combustible.”Mientras la Autoridad Palestina quiere que la población de Gaza se muera de hambre, nosotros queremos evitar una crisis humanitaria”, acusó el Ministro israelí Yuval Steinitz, de los más cercanos al Primer Ministro Netanyahu, en relación a la rivalidad interna palestina.

Pero ahora es Hamas quien rehusa recibir el dinero, alegando que Israel impone cada vez otras condiciones y que estas le resultan “inaceptables”.

Por eso, por estimar que la presión se puede canalizar, como otras veces, en manifestaciones violentas, y porque a Israel le consta que el Jihad Islámico puede intentar, alentado y financiado por Irán, provocar una escalada, las Fuerzas de Defensa de Israel se aprestan a frenar este viernes intentos de infiltrarse a Israel y disparar hacia las tropas que cuidan la frontera. Pero además, el Jihad Islámico podría abrir fuego hacia Israel lanzando cohetes que pueden ser interceptados únicamente con la”Cúpula de Hierro”. Más vale prevenir que curar.

La lógica central de fondo al lidiar con Hamas, que gobierna Gaza desde junio del 2007, es la propia de una organización terrorista que no vela por los intereses de su pueblo, sino por su propia agenda. Es una agenda que ha impuesto una desgracia tras otra a los palestinos, y que ha preferido dedicar sumas multimillonarias a la infraestructura armada de la organización, en lugar de dedicarlos al pueblo.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(24 de Enero de 2019)

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