Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

El soldado israeli herido grave en la frontera con Gaza, fue víctima de terrorismo, no de protestas populares


Nadie tiene  motivos para creer que en Hamas se puede confiar. Nadie puede analizar sus intereses con la lógica del mundo libre y democrático, y creer que llega a conclusiones que responden a la lógica de Hamas. Son dos mundos totalmente distintos. Lo sabe claramente en estos momentos la familia del joven Barel Shmuli , de solamente 21 años, que se debate entre la vida y la muerte en el hospital Soroka en Beer Sheba, al ser baleado el sábado en la cabeza por un terrorista de Hamas.

Barel Shmuli, gravemente herido por un terrorista de Hamas. Dentro de dos meses finaliza su servicio militar obligatorio.

 

Pongamos las cosas en contexto.

A pesar de que días atrás Israel aprobó un arreglo especial para la introducción de millones de dólares de Catar a la Franja de Gaza para el pago de combustible y para prestar ayuda a por lo menos 100.000 familias carenciadas, Hamas organizó este sábado una serie de tumultos contra Israel que prometían de antemano  complicarse sobremanera. Formalmente, se llevaban a cabo relativamente lejos de la frontera, pero cuando numerosos participantes marcharon hacia la cerca fronteriza, azuzados por la incitación previa de Hamas que tuvo la iniciativa de todos estos eventos, no sólo que nadie los frenó sino que entre los civiles estaban mezclados numerosos terroristas miembros de Hamas, vestidos de civil.

Uno de ellos, confirmado ya como miembro de uno de los aparatos de seguridad de Hamas-un término demasiado civilizado para un grupo terrorista- se acercó al muro separatorio entre Gaza e Israel y disparó a distancia cero a la ventanilla por la que los soldados israelíes abren fuego cuando deben frenar ataques del lado palestino.

El terrorista fue retenido por Hamas, pero no para castigarlo sino para protegerlo.

Y la gente alrededor, lo felicitó como a un héroe.

 

Por alguna falla que evidentemente deberá ser investigada, el terrorista en cuestión logró acercarse al muro sin ser frenado a tiempo. Ahora se explica que llevaba el revólver oculto entre sus ropas, lo cual puede ser solamente una justificación parcial. Pero ese no es el tema central de esta nota.

 

Lo clave es entender aquí que lo que hubo ayer en dos focos en la frontera con entre Gaza e Israel no fueron “protestas populares” de ciudadanos preocupados por la situación que no tienen más remedio que manifestarse contra Israel. Fueron eventos violentos en los que junto a civiles que trataron de romper la cerca fronteriza-que es clave para proteger a Israel- había numerosos terroristas de civil, armados no precisamente con piedras.

Y todo esto, mientras Israel continúa introduciendo mercaderías de distinto tipo a Gaza por los pasajes fronterizos.

¿Y por qué esas ventanillas de disparos del lado israelí? Porque todo país medianamente normal tiene no sólo el derecho sino la obligación de cuidar sus fronteras, su territorio y a su población.

 

 

El eterno dilema es cómo distinguir entre los terroristas que imponen desgracia a Israel y a su propio pueblo , y la población civil palestina. Claro está que no son todos ángeles deseosos de democracia. Hay también allí quienes apoyan a Hamas ,y no pocos. Aún así, Israel no tiene la intención de tomar a la población de Gaza como sinónimo de Hamas. Por eso, tanto gobiernos anteriores como el actual , tratan de maniobrar entre las dos puntas.

El Ministro de Defensa Beni Gantz, que ocupó este cargo también en el gobierno anterior, de Biniamin Netanyahu, prometió hace ya tiempo, al asumir el nuevo gobierno del Primer Ministro Naftali Bennett, que “lo que pasaba antes, no es lo que pasará ahora”. Lo cumplieron hasta el último disparo de un cohete desde Gaza, hace varios días, al que no respondieron, craso error.

Pero un tema clave en este sentido  era decidir cómo proceder con la ayuda económica de Catar a Gaza. Por un lado, se la necesita, porque el empeoramiento de la situación interna crea mayor potencial de choques y estallidos. Por otro, antes llegaba parte directamente para pago de sueldos de miembros de Hamas. Israel dijo : “no va más”. Tras intensas negociaciones con las Naciones Unidas, Catar y la Autoridad Palestina, se logró elaborar un arreglo que permitirá la introducción del dinero pero sin que llegue a manos de Hamas. No está claro que ahora se vaya a concretar como estaba planeado, a raíz de lo sucedido el sábado con la herida grave al efectivo israelí.

Por otro lado, tener de socio en este arreglo a Catar, no da mucha tranquilidad. Dinero tienen, de sobra. Pero son fundamentalistas que apoyan a los Hermanos Musulmanes, anfitriones de Hamas en su territorio y motor de incitación anti israelí. El problema, claro, es la falta de alternativas.

El jefe de Hamas Yehia Sinwar y el enviado especial de Catar Al-Amedi (Foto: Twitter)

 

Es interesante que tal cual reveló Abu Ali Express en Telegram, Egipto decidió cerrar desde este lunes el pasaje fronterizo de Rafah que conecta con Gaza, al parecer para castigar a Hamas que es gobierno en Gaza desde junio del 2007, por la violencia del sábado en la frontera con Israel. Egipto no tiene interés ninguno en situaciones de inestabilidad. Hamas alega que fue el Jihad Islámico quien azuzó a los civiles a marchar hacia la frontera.

En realidad, no importa. Entre los civiles, hayan llegado a la frontera por culpa de Hamas o del Jihad, había numerosos terroristas mezclados con la gente, para ver qué daño hacer.

La vida de Barel Shmuli pende de un hilo. La responsabilidad es de Hamas.El mismo Hamas, recordemos, que felicitó rápidamente a los Talibanes apenas tomaron Afganistán.

Ismail Haniyeh, jefe de Hamas, con el jefe del Talibán (Foto: Telegram de Abu Ali Express)

 

 

¿Qué tiene que ver? El común denominador opuesto a la vida y la libertad. De eso se defiende Israel.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(22 de Agosto de 2021)

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