Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

¿Ha comenzado la cuenta regresiva hacia un nuevo enfrentamiento con Hamas?


Por enésima vez, Israel y Hamas parecen encaminarse hacia una nueva escalada. Formalmente, sigue alegándose que “ninguna de las partes tienen interés en una guerra”, pero lo que determinará el futuro no tan lejano, serán las acciones en el terreno.

Está clarísimo que Israel intenta frenar un estallido y más que nada quiere distinguir entre los terroristas y la población civil. Pero no puede permitirse no responder a los ataques y provocaciones de Hamas. Es que contrariamente a lo que suelen pensar algunos, responder demasiado livianamente, no calma las cosas sino que invita a más provocaciones.

El problema básico, claro está, es la mentalidad de Hamas, su orden de prioridades, su encare de vida, siempre considerando que conseguirá más de Israel intensificando la violencia, sin pensar nunca en el precio que puede pagar la población civil en Gaza.

Ahora, en esta situación, Israel envía refuerzos a la frontera, se halla en estado de alerta ante nuevos disparos de cohetes, lidia con violencia a lo largo de la frontera y se prepara para lidiar con las nuevas provocaciones de Hamas con mayor efectividad que lo visto el sábado de la semana pasada cuando un terrorista logró balear en la cabeza a un soldado israelí , Barel Shmueli, y herirlo gravemente. Hamas ya lleva cabo nuevas “protestas” inclusive a pesar del “castigo” que le impuso Egipto, que furioso por la tensión allí provocada, les cerró el pasaje fronterizo de Rafah.

 

 

Lo que Israel tenía en contra en este momento-en lo relativo a lo bueno que habría sido responder enseguida para dejar claro el mensaje a Hamas- era el viaje del Primer Ministro Naftali Bennett a Estados Unidos, donde el viernes se reunió por primera vez con el Presidente Joe Biden. Eso limitaba su capacidad de reacción ya que no podía  permitirse entrar en guerra justo en este momento. Cuestión de consideraciones políticas. Y si no responde  a, por ejemplo, el disparo de cohetes hacia Israel, tal cual no respondió hace algo más de una semana, irradia debilidad ante Hamas. Es una seria encrucijada. De todos modos, parece clarísimo: tratar con Biden el tema de Irán, era más urgente a nivel estratégico. Por otra parte, permitir que Hamas crea que puede hacer lo que quiere, es un peligro inmediato, aunque no existencial como el de un Irán eventualmente nuclear.

Al respecto, dicho sea de paso, hubo una declaración clave por parte de Biden: que Estados Unidos no permitirá nunca que Irán se convierta en una potencia nuclear. Nunca, no sólo “en mi turno”. Veremos en qué se traducen las palabras.

 

Lo que el mundo debe saber es que el soldado gravemente herido el otro sábado, no fue víctima de “protestas populares”, término que supuestamete irradia legitimidad. Fue baleado por un terrorista vestido de civil,miembro de uno de los marcos armados de la organización terrorista Hamas.

Y que un palestino que murió días atrás por heridas sufridas ese sábado, era miembro del brazo armado de Hamas según confirmó la propia organización terrorista, y hasta había sido filmado con una granada en la mano.

A todo esto, también han vuelto las llamas provocadas por los globos incendiarios lanzados desde Gaza, que aterrizan en localidades civiles en el sur de Israel.

 

Se responde también a ellos-no siempre- pero el problema es que mientras las respuestas israelíes sean a instalaciones de Hamas vacías, y no a cabecillas de la organización terrorista, Hamas siente que no paga precio ninguno.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(29 de Agosto de 2021)

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