Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

¿Servirá de algo el encuentro entre el Presidente palestino y el Ministro de Defensa de Israel?


 

 

Hablando la gente se entiende, es un concepto que todos conocemos. Y claro que siempre es mejor hablar que vivir en conflicto. Pero más allá de las buenas intenciones y de lo lindo que suena, cabe preguntarse qué aporta el encuentro que tuvo lugar este domingo por la noche en Ramallah entre el Presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas y el Ministro de Defensa de Israel Beni Gantz.

 

Cabe suponer que para Gantz, que aspiraba  a ser Primer Ministro después de Biniamin Netanyahu, era importante marcar presencia como la primera figura política israelí a ese nivel que se reúne con el presidente palestino en más de una década.  Ha habido algunos encuentros de diputados con Abbas y también algunas conversaciones telefónicas-el propio Gantz habló con él a mediados de julio y lo hizo también el Ministro de Seguridad Interna Omer Bar-Lev. Pero encuentros cara a cara a este nivel, es el primero en más de 10 años.

 

 

El Primer Ministro Naftali Bennett lo aprobó de antemano, pero una fuente allegada a él citada en la prensa israelí, aunque no identificada, recalcó que el encuentro abordó exclusivamente temas de seguridad y no significa que esté en camino la reanudación de un proceso de paz.

No hay un proceso político con los palestinos y no lo habrá en los próximos años, dijo la fuente .

De fondo, como es sabido, hay una profunda desconfianza entre las partes . Además, la composición actual del gobierno israelí, formado por 8 partidos de posiciones ideológicas y políticas muy diversas en lo relacionado al tema palestino, haría muy difícil ponerse de acuerdo en puntos tan cruciales como los que deben ser tratados entre las partes.

 

Aún así, es importante hablar porque israelíes y palestinos no viven en dos planetas diferentes sino muy cerca unos de otros, con no pocos puntos de tensión y roce de por medio.

 

Recordemos que a pesar de las mutuas recriminaciones y de la profunda tensión, se mantiene la coordinación de seguridad entre las partes. No es un favor que nadie le hace a nadie. A Israel le ayuda en la lucha contra el terrorismo, aunque el papel central en este sentido lo juegen sus propias fuerzas de seguridad, y a la Autoridad Palestina le ayuda para impedir que Abbas caiga.

 

La pregunta es si acaso eso requería un encuentro a este nivel, que el Ministro de Defensa viaje personalmente a Ramallah.

 

Tengo mis serias dudas al respecto.

 

Cabe recordar que el Presidente palestino ha perdido hace ya años su legitimidad como figura que rige los destinos de los palestinos. Fue electo como Presidente de la Autoridad Palestina en enero del 2005 y desde entonces no ha realizado nuevas elecciones.Evidentemente, su liderazgo, que parecía prometedor en sus comienzos, no refleja ningún respeto a las normas de gobierno en democracia, aunque nunca nadie alegó que lo fuera realmente.  

Hace tan solo unos pocos meses murió uno de sus grandes críticos al ser detenido por fuerzas de seguridad palestinas, lo cual desató fortísimas protestas en Cisjordania. Destacadas figuras de la sociedad civil palestina lo condenaron duramente.

La decisión de no ir a elecciones es de los palestinos, no de Israel. Al mismo tiempo, podemos entender que Israel no vea con malos ojos que él se mantenga en el poder, mientras considera que la alternativa sería un gobierno de Hamas. 

 

Ninguna es una opción muy alentadora que digamos.

 

Pero encontrarse con él es darle un aval público que no merece.

Y eso, antes siquiera de hablar de su retórica incitadora contra Israel, de sus denuncias ante la Corte Penal Internacional de La Haya y de toda su línea que apunta a quitar legitimidad al vínculo histórico y milenario entre el pueblo judío y la tierra de Israel.

 

Numerosos analistas de la arena palestina estiman que Abbas se acerca al ocaso de su vida política. No ha traído luces a su pueblo. No está claro qué ocurrirá cuando físicamente ya no esté. El peor escenario es el caos.

Ojalá el encuentro Abbas-Gantz haya logrado algo que no sepamos, para evitarlo, llegado el momento.

 

Pero reconocemos que por ahora, no entendemos para qué.

Ojalá que el tiempo nos enseñe que estábamos equivocados al dudar.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(30 de Agosto de 2021)

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