Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

Esto sí que es apartheid. Hay que saberlo.


 

La obsesión a distintos niveles en ciertas organizaciones internacionales contra Israel comete un doble crimen: distorsiona la verdad inventando acusaciones injustas contra Israel y por otro lado hace caso omiso de un problema real y muy serio, la discriminación de los palestinos en algunas partes del mundo árabe. Un ejemplo especialmente notorio es Líbano, aunque no es el único.

El periodista árabe israelí Khaled Abu Toameh, que ha denunciado el fenómeno repetidamente, acaba de publicar en Gatestone Institute una nueva nota al respecto, que es clave leer y citar.

Aquí la puedes leer completa en su versión original

https://www.gatestoneinstitute.org/18212/apartheid-middle-east

 

Esto no es una traducción de su nota. Recomendamos leer el original completo.

Pero sí nos basamos en algunas de sus revelaciones ,  por el contenido y por el valor agregado que tiene el hecho que las formula un periodista árabe. Khaled Abu Toameh, que no tiene reparos en criticar a quien considera lo merece, no se calla ante crímenes de la Autoridad Palestina y por cierto no de Hamas, lo cual no significa que crea que en Israel todo está perfecto. Pero tal como nos ha dicho repetidamente en distintas ocasiones, la distancia entre la realidad que él conoce bien y las acusaciones contra Israel es tal, que los formuladores de dichas acusaciones pierden toda legitimidad.

Y agregan peso a su pecado, al no ocuparse de lo que realmente es duro, la situación de los palestinos en algunos países árabes. Líbano es un ejemplo especialmente duro. Siria es otro.

Khaled comparte una cita de la propia UNRWA, la Agencia de las Naciones Unidas dedicada exclusivamente al tema de los refugiados palestinos, cuya existencia misma es una anomalía de por sí en el organismo mundial. Pero ese es otro tema. “Se estima que el 65% de los refugiados palestinos en Líbano viven bajo la línea de pobreza”, comunicó UNRWA en octubre del 2017.

 

Cuando leímos esa cita, no nos sorprendimos. Siempre supimos de las limitaciones que sufren los palestinos por parte del Estado libanés, sin poder desempeñarse en profesiones libres y acceder a numerosos servicios.

Claro que entre los propios refugiados siempre se mezclaron también los terroristas, aquellos que usaron el territorio de Líbano como base de ataques contra Israel. Pero también ese es otro tema complejo que amerita ser tratado por separado.

Khaled Abu Toameh da ejemplos concretos de lo que llama “el apartheid contra los palestinos” en Líbano:

-         39 profesiones están prohibidas a los palestinos: en el campo de la salud (Medicina general, Odontología, Enfermería, Farmacología, Obstetricia), transporte y pesca, servicios y guarderías, ingeniería, Derecho, turismo y Contabilidad.

-         Cita nuevamente a UNRWA , en una afirmación de enero del 2022: Refugiados palestinos en Líbano están en rieso de inseguridad alimenticia, cortes eléctricos, mayor incidencia de problemas de salud y otras complicaciones, por la carencia de atención médica y de intervenciones para prestar cuidados de salud.

-Cita a Rihab Naajel, una palestina de 50 años de Shabriha en el sur libanés:

“Mi esposo trabaja como conductor y gana menos de dos dólares al día. Comemos más que nada verduras y lentejas porque es todo lo que podemos permitirnos. Carne y pollo se han convertido en un sueño. No los podemos comprar debido al gran aumento de los precios. Ya no comemos tres veces al día y a veces mando a mis hijos a dormir sin haber cenado”. El testimonio también lo recabó UNRWA el mes pasado.

-         Cuenta que los refugiados palestinos  que desean recibir tratamiento médico en un hospital libanés deben esperar semanas para obtener el permiso.

Ineludiblemente , al leer esta información, me vienen a la mente claramente las imágenes de tantos y tantos palestinos a los que he visto desde siempre en hospitales israelíes. Del trato respetuoso y digno que reciben del personal médico israelí, compuesto por judíos y árabes, como debe ser. De los esfuerzos de coordinación que se hace para que puedan entrar a Israel y recibir lo que precisan. Y hasta de grupos de israelíes que se organizan para facilitarles las cosas, con voluntarios que los esperan en los puestos de control entre el Israel soberano y Cisjordania, para llevarlos en sus coches a los hospitales , los esperan todo el día y horas más tarde los devuelven a ese puesto para que retornen a su hogar.

Los hemos acompañado en algunos de esos viajes. Lo vimos con nuestros propios ojos. No es un invento.

Y también me viene a la mente las imágenes de gobernantes o figuras públicas árabes, con el rostro retorcido por el odio cuando formulan enardecidas declaraciones contra Israel, asegurando que nunca se olvidarán de los palestinos y su compromiso con su “causa”.

Hipócritas.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(10 de Febrero de 2022)

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