Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

Pensando, de cara a la comparecencia del Ministro de Defensa ante el Parlamento por el caso del avión


Como es de público conocimiento, legisladores del Frente Amplio miembros de la Comisión de Defensa del Parlamento, citaron al Ministro de Defensa Javier García a explicar por qué decidió prohibir el ingreso del avión iraní-venezolano –hoy varado en Ezeiza- al espacio aéreo nacional. No han hecho un juicio de valor explícito al respecto y según nos explican desde la comisión en cuestión, la citación “es para informarnos” ya que “el ministro tiene que explicar su decisión, nada más que eso”. La comparecencia del ministro García es este lunes 20 a las 14.00 horas.

Claro está que en el oficialismo y en parte de la opinión pública, la citación en sí ya fue interpretada como una crítica implícita a la decisión. Es más: se la tomó como señal de preocupación de parte del Frente Amplio respecto a lo que diría más que nada Venezuela.

Casi de más esta decir que en una democracia parlamentaria como la uruguaya, la oposición tiene derecho a pedir información . El recurso de comparecencia de los ministros ante el Parlamento para reportar sobre distintos temas de su jurisdicción, es más que legítimo, y a ningún ministro se le ocurre pensar que la oposición exige algo indebido o fuera de lugar. De acuerdo a lo que creemos conocer del encare del Ministro de Defensa Javier García, suponemos que este lunes irá al Parlamento sintiendo que con ello respeta y honra al régimen democrático y republicano uruguayo.

Y desde este espacio, sin tener por cierto sobre nuestros hombros ni la millonésima parte de la responsabilidad que sí pesa sobre las autoridades cuando toman decisiones claves para el país, nos permitimos opinar que también reaccionar rápidamente ante sospechas de situaciones que pueden ser peligrosas es parte de lo que deben hacer ministros responsables.

El Ministro de Defensa actuó en base a información de Inteligencia que el Presidente de Paraguay compartió con Uruguay  y que le fue transmitida al Ministro del Interior Luis Alberto Heber por parte de su par paraguayo . Heber fue tajante el viernes en una rueda de prensa: “Era altamente inconveniente que el avión llegara sin ningún objetivo o ninguna razón a Uruguay. Estamos tranquilos en cuanto a que protegemos a nuestra población, a nuestro país, de la incursión de gente (…) vinculados a distintos países que no teníamos claro qué tenían que hacer en nuestor país como objetivo”.

Creemos que por aquí pasa el tema central. Cabe suponer que no cualquier información de Inteligencia se puede publicar. Pero no hay que tener un sentido demasiado desarrollado de imaginación para entender qué puede tener de sospechoso un avión con varios iraníes y venezolanos a bordo, con un piloto que lleva el nombre de un miembro de la fuerza Al Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, responsable del terrorismo iraní fuera de Irán-lo cual fue confirmado oficialmente ya días atrás- entre otros elementos.

Es que no estamos hablando de países democráticos  con los que el gobierno uruguayo discrepa por alguna razón política  sino de dos regímenes totalitarios, anti democráticos, que no se limitan con oprimir a sus ciudadanos sino que son además peligrosos para su entorno. Encima, están unidos desde hace poco por un acuerdo estratégico en cuyo marco el dictador Nicolás Maduro puso a “la república bolivariana de Venezuela” al servicio de la República Islámica de Irán.

Nada bueno puede salir de un vínculo así.

Y quizás, para los desmemoriados o aquellos que prefieren no recordar, unos datos históricos no tan lejanos. En 1992,  Irán cometió a través de la organización terrorista Hizbala un cruento atentado en Argentina, al volar la Embajada de Israel en Buenos Aires, matando a 29 personas (4 diplomáticos israelíes y 25 ciudadanos argentinos) y dejando a más de 260 heridas. Dos años más tarde, cometió el segundo atentado, al volar la sede comunitaria judía AMIA, asesinando a 85 personas y dejando a cerca de 300 heridos. Desde entonces, Irán trató de cometer atentados en Panamá en 2011, en Perú en 2014 y más recientemente en Colombia y aparentemente también en Bolivia.

Estos antecedentes deberían ser suficientes para que cualquier país de la zona sospeche de un avión como el que nos ocupa desde hace unas dos semanas. Y ni que hablar si a ello se agrega información de Inteligencia proporcionada por un país amigo, para cuidar a Uruguay.

Evidentemente, no hemos escuchado aún la comparecencia del Ministro de Defensa Javier García ante el Parlamento, que se realiza este lunes. Pero no la precisamos para sentir que él y el Ministro del Interior hicieron lo correcto, actuando rápidamente para proteger al país. Merecen un profundo agradecimiento.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(19 de Junio de 2022)

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