Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

Iraníes valientes que necesitan ayuda


Las protestas populares en la República Islámica de Irán, que ya llevan casi cuatro semanas, inspiran admiración. Y temor al mismo tiempo. Miramos a esos civiles valientes, a numerosísimas mujeres entre ellos, a la cabeza de las protestas contra el régimen que las oprime, y sentimos admiración. Por la osadía, por la convicción, por ese estar dispuestos a gritar lo que debe ser gritado aunque corran riesgo inclusive de muerte.

Especialmente impactante es el rol que están jugando jovencitas, alumnas de secundaria, que salen a las calles, protestan dentro de sus institutos de estudio y gritan en los puentes, quitándose en muchos casos el hijab que por imposición de los Ayatollas, debería cubrirles totalmente la cabeza. Días atrás circuló en las redes un video impresionante de cientos de alumnas echando de su colegio a un representante del régimen, del ministerio de Educación, o sea de la represión. Y días atrás hemos visto una nueva dimensión: videos de niños cortando las fotos del Ayatollah Khomeini, el fundador de la república islámica en febrero de 1979, de los libros de estudio.

Es más que prematuro estimar que la protesta cobrará tal dimensión que podrá derrocar al régimen. Es demasiado fuerte como para caer si no hay millones en las calles. Pero esto es distinto de lo que se ha visto en los últimos en varias oportunidades.  No son manifestaciones por la carestía de la vida, aunque ésta es cada vez peor, ni por  fraude electoral u otros problemas concretos. Es por la esencia misma de la vida bajo una dictadura islamista que oprime y no deja respirar.

Esta vez las protestas fueron desatadas –como es ampliamente sabido-por la muerte de Mahsa Amini, una joven de 22 años a la que la “policía de la moral” detuvo e introdujo a la fuerza en un patrullero, por no tener bien puesto el hijab. La golpearon violentamente y ella murió a causa de esos golpes.

El fuego no demoró en estallar.

Tal como analizó en la radio israelí una de las expertas en el tema de Irán, la Dra. Tamaer Eilan Gindi, uno de los elementos que pueden explicar el estallido es el hecho que Mahsa Amini tenía el hijab, pero al parecer no puesto a la perfección. Ni siquiera estaba con el cabello descubierto, pero igual fue asesinada. O sea, explicó, mucha gente sintió que no importa qué hace, si cumple o no las reglas, están a la merced de un régimen que los ahoga.

Como es sabido, Mahsa no fue la primera joven víctima de la represión asesina de los Ayatollas. Muchas la precedieron. Y lamentablemente, muchas ya se le han agregado. Por alguna razón, su muerte a golpes se convirtió en símbolo y abrió la represa.

Esto no es suficiente para que caiga el régimen.

Pero es imprescindible.

Y también es imprescindible ayudar a los iraníes, que no se queden solos. Derribar al régimen que los asesina es clave ante todo para ellos . pero también para la región en general.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(11 de Octubre de 2022)

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