Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

Israel, entre la democracia y el terrorismo


 

Está terminando una semana singular, en la que volvió a quedar en claro la diferencia entre la luz y la oscuridad. Por un lado, asumió en Israel un nuevo Parlamento, Kneset, electo el 1° de noviembre en elecciones libres, con la participación de todos aquellos ciudadanos que deseaban votar, judíos y árabes musulmanes, cristianos, drusos, nativos de esta tierra y llegados de otros lares. Un parlamento de mayoría judía, como es lógico en el único Estado judío del mundo, que cuenta también con diez diputados árabes . Religiosos y laicosm, distintas tendencias y líneas. Los diputados se comprometieron a cumplir dignamente con sus funciones, respetando las leyes, mientras de fondo hay polémicas nada sencillas sobre el carácter muy conservador que se estima tendrá la coalición encabezada por Biniamin Netanyahu e inclusive seria preocupación por los antecedentes y proclamaciones de algunos de sus futuros miembros en varios temas en los que chocan liberales y conservadores. 

Por otro lado, el terrorismo volvió a golpear, cobrando la vida de 3 civiles israelíes, 3 padres que dejaron a 11 huérfanos al irse.

Si bien el ambiente de fiesta en la  primera sesión de la Kneset número 25, no dejó de ser tal, y los diputados electos llegaron sonrientes al recinto, en general acompañados de algunos de sus familiares, recibiendo una scarapela en flor que les fue colocada sobre la ropa, el atentado se convirtió en un símbolo, en un recordatorio. Ineludiblemente, lo mencionó el Presidente del Estado Itzjak Herzog al abrir la sesión, lo hizo luego el Presidente de la Kneset Micky Levy y todos los que hablaron en la reunión más reducida organizada para la foto de los jefes de los partidos electos.

Especialmente fuerte nos pareció el mensaje del presidente, quien combinó en sus palabras una advertencia y aclaración a los terroristas, con un pedido, casi imploración, a los miembros de la Kneset.

 Tras abrir su discurso con la condena al atentado y las condolencias a las familias de las víctimas, dijo así:

“A los enemigos de Israel y aquellos que nos desean el mal, a aquelos que nos quieren divididos y débiles, deseo enviar este mensaje inequívoco: ustedes no lograrán resquebrajar nuestra fuerza y nuestra cohesión, ni con amenazas, ni con violencia, terrorismo o esfuerzos en la arena internacional. Aquellos que se levantan para destruirnos, siempre nos hallarán prontos y decididos, con una mano empuñando un arma y la otra extendida hacia la paz. (…) Y por sobre todo, ustedes deberán enfrentarse al eterno y poderoso espíritu israelí (…). No se equivoquen, ustedes que odian a Israel: nuestras discusiones domésticas reflejan el poder de nuestra democracia y nuestra resiliencia interna. Es precisamente por esas discusiones, que ustedes no nos derrotarán jamás”.

A nuestro criterio, fue una forma maravillosa de destacar, justamente en tiempos de gran división interna, que precisamente el hecho que Israel es un país democrático, a pesar de los problemas, le da a Israel una ventaja por sobre los regímenes y grupos oscuros , irrespetuosos de los derechos de otros y de su propia gente. 

 

¿Por qué decimos que combinó este mensaje con otro dirigido a los parlamentarios?

 

Porque destacó repetidamente su llamado a discrepar con mutuo respeto, a no cruzar líneas rojas del debate público, a discutir sin quitar legitimidad al otro, algo en lo que la Kneset número 24 que ya finalizó su camino, lejos estuvo de hacer.

 

Pidió no olvidar la necesidad de trabajar y también de hacer política en base al valor del “amor fraterno”.Lo mencionó al contar que acababa de participar en la ceremonia recordatoria de Jaim Weitzmann, el primer Presidente de Israel, al cumplirse 70 años de su fallecimiento, señalando que ese era el pilar básico de su ideología.

Pidió tener presente lo que une al pueblo, por sobre lo que lo separa.

“Nuestra experiencia histórica nos enseña que cada vez que esta nación optó por marchar por sendas separadas, cada vez que los desacuerdos no fueron manejados por vías pacíficas (…) el resultado fue indescriptiblemente terrible . Perdimos nuestro camino.  Y perdimos nuestro hogar. Y esto es más cierto que nunca hoy en día, cuando en el fragor de las elecciones, lo que nos une fue alejado de nuestra vista, y lo que nos separa fue el centro del espectáculo”.

Mucho me temo que cuando se forme la nueva coalición encabezada por Biniamin Netanyahu-aunque las negociaciones internas tienen por ahora varias complicaciones-los terroristas no demorarán mucho en mostrar que no les importa quién está en el poder, ya que su objetivo siempre es tratar de dañar a Israel y matar a su gente. Sí, sabemos, ya saldrán aquellos en el mundo que afirmen que es por el gobierno “de ultraderecha” de Israel…como si no hubieran asesinado cuando estaban otros al frente. 

 

No está claro cuándo se logrará formar la nueva coalición. Entendimos desde un principio que no era tan homogénea como  parecía, y que habría dificultades para formarla. Ojalá haya también sorpresas para bien, en comparación con la preocupación que despierta en parte de la ciudadanía algunas de las declaradas intenciones de algunos de sus inminentes miembros.

Gobierno no hay aún, pero sí Parlamento, la Kneset número 25 desde la fundación de Israel. Resultado de la votación libre y democrática del pueblo.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(18 de Noviembre de 2022)

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