Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

Tiempos difíciles para Israel


 

Y esta vez no nos referimos a las amenazas desde afuera, que lamentablemente continúan existiendo, desafíos con los que Israel tendrá que seguir lidiando para proteger su existencia misma y la vida de su ciudadanía. Con esto de “tiempos difíciles para Israel” nos referimos esta vez a la situación interna, la base sobre la que se erige la existencia nacional , clave para poder seguir adelante.

Que al haber elecciones una parte del país  queda feliz y la otra decepcionada, está claro. Siempre es así. Pero aquí está pasando otra cosa. La mitad que se halla ahora en la oposición-y no hablamos de los políticos simplemente sino del pueblo- no está meramente decepcionada por no haber ganado, sino preocupada por lo que el ganador quiere hacer, convencida de que sus decisiones son perjudiciales para el país y su democracia.

El lado que ganó-y aquí sí hablamos más que nada de los políticos-considera que está haciendo y se dispone a hacer no sólo lo que el pueblo le permite con su voto sino lo que es necesario para Israel.

El tema que más discusiones ha desatado-y no es por cierto el único- . el que ya sacó a unas 10.000 personas a protestar en la calle este sábado de noche en Tel Aviv, es el de la anunciada “revolución jurídica”. El Ministro de Justicia Yariv Levin informó días atrás formalmente que comienza el proceso para aprobar pronto determinados  cambios radicales en el sistema judicial y en la relación entre la Kneset (Parlamento, poder Legislativo) y la Suprema Corte de Justicia en cuanto a la aprobación de leyes, por dar sólo algunos de varios ejemplos. Según él, por supuesto que con el aval total del Primer Ministro Biniamin Netanyahu- en esos cambios está la esencia de la democracia y la gobernabilidad- mientras que según sus opositores, en esa nueva línea está el comienzo del fin de la democracia israelí tal cual la hemos conocido hasta ahora. Fuerte, dinámica, intensa y luchadora.

No escribimos en condición de juristas ni expertos en Derecho, por lo cual nos cuidamos de no abrir opiniones tajantes al respecto. Sí podemos comentar sin embargo que del nuevo gobierno se oyen tonos que nos parecen indicar un giro preocupante y peligroso y por otro lado, que nos parece absolutamente exagerado el uso de términos como “fascista”para referirse a la nueva coalición. La facilidad con que en los últimos años se demoniza a quien piensa diferente, nos parece inaceptable y nociva.

En los próximos días, iremos publicando entrevistas con distintos expertos en la materia que realizamos para permitir que todos, los lectores y nosotros mismos, nos podamos adentrar a fondo en el tema, clave para Israel. Trataremos de presentar distintos matices.

Mientras tanto, sí tenemos claro ya ahora que democracia no significa que la mayoría que gana puede hacer cualquier cosa, que debe haber un sistema de controles y balances que ponga límites al poder del soberano. Así fue siempre Israel. Eso no se puede perder.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(8 de Enero de 2023)

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