Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

Otro atentado en Israel…así, en medio de la vida


 

Este martes de tarde un terrorista palestino intentó matar a varios israelíes junto al centro comercial de Maale Adumim, abriendo fuego a mansalva hacia un restaurante y luego hacia transeúntes que pasaban por la calle,sin lograr asesinar a nadie,pero dejando a seis personas heridas. Un hombre de unos 41 años se halla en grave estado. Otras 4 personas jóvenes sufrieron heridas de mediana entidad, entre ellas un adolescente de 14 años. Y el sexto herido se halla en estado leve.

 

Imaginen la escena. Uno entra a un negocio a realizar un mandado o comprar algo, o simplemente aprovecha un rato de ocio para dar una vuelta. Gente camina por la calle con total normalidad. Quizás una madre joven está con sus niños chicos recorriendo el centro comercial para despejarse un poco en la tarde. Puede que los niños hayan ido solos a comprar un helado, mientras la madre los espera en un negocio. Quizás alguien esté en camino al médico. Te sientas a tomar un café o comer una hamburguesa, esto último justamente lo que estaban haciendo los primeros heridos. Y súbitamente, disparos. Corridas, desesperación, miedo. 

En este tuit de KAN,  se ve la increíble escena del terrorista que empieza a disparar dentro de un restaurante, un joven se le abalanza con una silla para tratar de frenarlo y una niña, cabe suponer hija de ese joven, corre hacia él a abrazarlo, con lo cual también se expone, algo en lo que evidentemente ella no piensa en ese momento.

 

Así, en medio de la vida, todo puede cambiar.

Afortunadamente no hay muertes que lamentar. Pero llegar heridos al hospital, no es exactamente una situación para estar tranquilos.

En medio de la vida, decíamos…y eso es lo que le pasó muy simbólicamente a un oficial de la Guardia de Fronteras que se hallaba en un día libre, en camino a la peluquería, ya que está por contraer matrimonio, cuando oyó los disparos y comprendió de inmediato que estaba en medio de un atentado. Fue él quien logró eliminar al terrorista y frenar así lo que podría haberse convertido en una matanza.

 

Un aspecto importante a destacar es que el terrorista Muhannad a-Mazraa (20) de una aldea palestina aledaña, acababa de recibir permiso de trabajo en Israel de parte de la municipalidad, algo que suele apreciarse altamente porque garantiza ingreso y derechos sociales, pero que este hombre aprovechó en otra dirección.  Al recibir este dato, recordamos ineludiblemente diversos casos de responsables de atentados que aprovecharon su permiso de trabajo en Israel y libertad de movilización por doquier, para atacar. Como aquel atentado en la calle Iafo en Jerusalem en el que un árabe que trabajaba como técnico en la empresa telefónica israelí Bezek embistió civiles con su automóvil, registrándose luego la foto de su camioneta con el logro de Bezek junto a la parada de ómnibus atacada.

Según publicaron fuentes palestinas, el atacante dejó un mensaje claro a su familia antes de emprender su marcha hacia el atentado, diciendo que si moría no lo lloren, que no realicen un funeral ni pongan su nombre en su lápida “así como se hizo con el Profeta Mahoma”. Agregó que no pertenece a ninguna organización-sabiendo probablemente que Hamas y Jihad Islámico saldrían a elogiarlo- sino “únicamente a Dios”.

El terrorista

 

En medio de la tormenta política que vive Israel en los últimos meses, podría parecer que lo demás ha desaparecido. Lamentablemente no es así. La alerta es siempre necesaria, pero la singularidad israelí combina ese cuidado y conciencia sobre el peligro que puede acechar, con el constante empuje hacia adelante. Eso es Israel. Eso, no puede cambiar.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(1 de Agosto de 2023)

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