Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

¿Qué son los días nacionales de Israel, que ya han comenzado?


No tengo claro quién acuñó la expresión, pero es certera y significativa, combinando-como tantas otras cosas en la vivencia judía-, el dolor con la alegría y un gran orgullo: los “días nacionales”. Comienzan con Iom Hashoá, el día recordatorio del Holocausto, la mayor hecatombe del pueblo judío, continúan casi una semana después con Iom HaZikaron, el día recordatorio de los caídos en combate y las víctimas del terrorismo, y al día siguiente, la máxima alegría a nivel nacional, Iom Haatzmaut, el Día de la Independencia.

Hay muchos símbolos en cada una de las fechas. Uno de los más singulares en Iom HaShoá, es lo que vivió Aliza Landau, cuyo testimonio es requerido todos los años en diversos marcos, tanto del ejército como civiles. Tenemos el privilegio de conocer personalmente a Aliza por un cercano vínculo familiar, y nos consta cómo combina la memoria de los suyos asesinados cuando ella era sólo una niña, con el empuje por seguir viviendo con sentido. Y esta semana, combinó todo eso en un impactante testimonio que brindó contando su historia, nada menos que en la Plaza de los Secuestrados en Tel Aviv, absolutamente repleta de gente.

 

Aliza a los 6 años quedó viva milagrosamente tras caer en una fosa de la muerte porque estaba abrazada de la pierna de su padre, que había sido alcanzado  por las balas de los nazis.

“No te preocupes, no te dolerá”, le había dicho minutos antes su  padre al borde de la fosa, tratando de calmarla. Y tras el silencio de la muerte que la rodeaba, pensó “papá tenía razón, no me dolió”, antes de entender que a ella no le habían tocado las balas. Recién después entendió que estaba viva. Y a su corta edad, tenía claro que no debía moverse ni emitir sonido alguno. Recién bastante después, cuando todos los nazis se habían ido del lugar, se movió y logró salir de la fosa.

Consiguió salvarse, reunirse con su madre a la que creía muerta  y llegar en 1947 a la tierra de Israel, que poco después celebró la declaración de independencia del Estado judío.

Una independencia que tiene mucho por festejar y también mucho dolor a cuestas. Y desde el 7 de octubre del 2023, es difícil hallar las palabras para describir las múltiples dimensiones de ese dolor, las tragedias, la ira, la angustia y preocupación. Fechas solemnes, pegadas, todas juntas, de la tristeza a la celebración, porque son parte de la historia de la lucha de Israel.

“El Estado de Israel no es una compensación por la Shoá”, dijo años atrás el entonces Presidente Reuven Rivlin, con mucha razón. “Porque el pueblo de Israel no nació en Auschwitz”. Lo afirmaba en forma contundente también el gran investigador de la historia de la Shoá Profesor  Yehuda Bauer, ya fallecido.

Aliza y tantos otros como ella, después de vivir lo peor, llegaron a la tierra de sus antepasados y celebraron la creación de Israel. “Cumplí con lo que me pidió mi padre”, contó Aliza en distintos programas a los que fue invitada. Y en la plaza.  “Formé nuevamente una familia, con mi esposo Yosi, tuvimos hijos y nietos.  Y aquí estoy”.

Uno de los nietos de Aliza es Adam. Y su esposa es Liat Jerozolimski, la hija de mi hermano Ariel. Es por eso que en la familia tenemos el privilegio de conocer a Aliza Landau personalmente, de haber compartido con ella cenas de Shabat y otros eventos familiares. De ver de cerca su entereza y apego a la vida, así como la responsabilidad por cuidarse en la época de la pandemia, sin querer jamás ser una carga para nadie.

Este año, envuelta en la bandera de Israel, Liat, mi adorada sobrina, hizo nuevamente la Marcha por la Vida, llevando también el broche de la lucha por los secuestrados. Casi al mismo tiempo, Aliza, abuela de su esposo, estaba preparándose para salir hacia la Plaza de los Secuestrados. Años atrás, ambas viajaron juntas a Auschwitz-Birkenau.

 

 

liza tuvo suerte al quedar viva en medio de los muertos. Pero eso no basta. Empujó hacia adelante y decidió que sigue viviendo. Y este jueves, Iom HaShoá 2025, desde la ceremonia de la Marcha por la Vida en Birkenau, Eli Sharabi, sobreviviente del cautiverio de Hamas, liberado hace dos meses y medio tras casi 500 días en los túneles terroristas, envuelto con la bandera de Israel , recordando a su esposa y dos hijas asesinadas en su casa en el kibutz Beerí, afirmaba que el pueblo judío no se rinde. Tampoco él .

Eli Sharabi junto al Presidente de Israel Itzjak Herzog y su esposa Mijal, así como, a la derecha, al Presidente de Polonia

 

Y que él seguirá luchando para recuperar el cuerpo de su hermano Iosi asesinado en Gaza, y para el regreso de todos. Y aunque era notorio que se contenía para no llorar, aseguró que él no pierde el optimismo, que apuesta a la vida y a seguir adelante. “Los enemigos no podrán con nosotros”, aseguró Eli, que al aparecer ante las pantallas el día de su liberación, muchos dijeron “parece salido de Auschwitz”.

Y hay mucho por lo que luchar, a nivel personal y nacional. A pesar de las catastróficas fallas del Estado el 7 de octubre que hicieron posible el horror, del hecho que civiles clamaban por ayuda y nadie llegó durante horas, el pueblo judío en su tierra milenaria no está desamparado. Ese horror no tiene perdón, pero Israel se levantó de esas horas oscuras para luchar. 

Es que “Nunca más” es hoy. 

Por eso, en unos días Israel se cubrirá de duelo por el recuerdo y al día siguiente, aunque es muy difícil celebrar con 59 personas aún en manos de los terroristas , se destacarán 77 años de independencia. 

Am Israel Jai

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(24 de Abril de 2025)

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