No son pocas las críticas que tenemos a la forma en que el gobierno de Israel ha conducido la guerra en los últimos 19 meses, aunque está claro que los logros han sido muchos,también en los frentes en los que sigue habiendo serios desafíos.
La Franja de Gaza es uno de ellos.
Frente a quienes, como el Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, están seguros de que la ampliación del operativo , tal cual lo aprobó el gabinete el domingo último, es ineludible para recuperar a los secuestrados porque en la práctica Hamas no quiere un acuerdo, están las familias de los secuestrados, temerosas de que la intensificación de los combates mate a sus seres queridos en los túneles de Gaza.
Es difícil prever y casi imposible tranquilizar.
Pero aún en medio de estas dudas , hay algunos puntos claves de aclarar:
1) Si Hamas libera a los ciudadanos israelíes que secuestró al invadir el sur del país hace 19 meses, no hay guerra. Digan lo que digan algunos ministros del ala nacionalista del gobierno sobre la toma de territorios con o sin rehenes, el operativo tiene como objetivo presionar a Hamas. Nada de esto habría pasado si no hubieran secuestrados a 251 personas. Si Hamas depusiera las armas, si dejara Gaza, si anunciara que deja el poder, la guerra termina de inmediato.
2) La prueba es que el operativo no empieza enseguida. Dan tiempo a Hamas para reconsiderar y aceptar un acuerdo para liberar rehenes.
3) Es indudable que la planeada movilización de la población palestina del norte hacia el sur, no es fácil para la gente. Pero la intención es justamente proteger a la población, alejarla de los combates, para que se pueda atacar a los terroristas sin poner en peligro a los civiles. El destino de la población palestina depende muchísimo más de Hamas que del ejército israelí. Es que Israel aleja a los civiles de las zonas que atacará para destruir a los terroristas, pero si los terroristas se mezclan entre los civiles en las zonas humanitarias tal cual han hecho en diversas ocasiones, los ponen en peligro.
Es legítimo preguntarse si todos los pasos que da Israel son los más sabios para llegar al punto deseado. Si acaso ahora, 19 meses después del comienzo de la guerra desatada por la masacre del 7 de octubre, se podrá hacer algo que no se hizo antes.
Pero no se debe olvidar nunca que sin Hamas no habría guerra.
Que Israel se retiró de Gaza el 12 de setiembre del 2005 y nunca le volvió a atacar por su iniciativa, sino siempre en respuesta a cohetes y ataques desde allí.
Que el 7 de octubre se cruzaron todas las líneas rojas. Y que en ese momento, también israelíes profundamente amantes de la paz y la idea de la convivencia con los vecinos de Gaza, entendieron que si el terrorismo impone guerra, no hay más remedio que librarla.
Es clave, sí. Pero lo primero es hacer todo para recuperar a los secuestrados. Sin eso, se traiciona a nuestro criterio la base misma de la existencia del Estado judío.
Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(7 de Mayo de 2025)
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