La idea del Canciller uruguayo Mario Lubetkin, de estudiar la posibilidad de traer jóvenes palestinos de Cisjordania a Uruguay a capacitarse en nuevas técnicas agrícolas en el marco de un programa internacional de la FAO, estimamos que tiene buena intención. Ayudar a jóvenes de una en conflicto a salir adelante, es loable. El problema es si tiene sentido, si es realista o meramente efectista y cómo planea su implementación y aplicabilidad.
Hay varios comentarios al respecto que sentimos es oportuno realizar.
1) A los jóvenes palestinos de Cisjordania, así como a los de Gaza y todo el mundo árabe que no están indoctrinados en terrorismo y que lo que quieren es vivir en paz, enamorarse, trabajar y estudiar, les deseo lo mejor del mundo. No tengo dudas de que hay jóvenes así.
2) El problema son todos aquellos que crecieron con lavados de cerebro llenos de odio a Israel y los judíos, no por la guerra actual en Gaza sino desde que nacieron. Lamentablemente, ningún joven palestino se puede escapar de ello, porque ese es el sistema. Están expuestos a ello en sus medios, en sus redes, y en los mensajes de sus propios líderes.
3) Teniendo esto presente ¿se puede tener plena certeza que se trae a jóvenes que quieran abocarse a la capacitación profesional y que se dejen usar por elementos extremistas para otros fines? Puede sonar a locura, estoy de acuerdo. Pero hay que estar atento a todos los escenarios.
4) Resulta ineludible recordar a los sirios traídos por el entonces Presidente Mujica a Uruguay, que se fueron desagradecidos protestando por lo caro de Uruguay.
5) Resulta un poco ridículo pensar que los palestinos hagan capacitación agrícola en Uruguay, cuando tienen al lado a Israel, una potencia en agricultura moderna. Claro que después del 7 de octubre, no es lo más lógico pensar en que vayan a un curso en Israel, pero han sido muchos los marcos en los que Israel invitó a palestinos de distintas áreas a capacitarse en Israel. Durante muchos años fue así. Es más, en medicina eso continúa, con numerosos médicos palestinos capacitándose en hospitales israelíes.
6) Si Uruguay puede hacer algo que ayude a gente de bien, como uruguayos eso nos llenaría de orgullo. Pero es ineludible concordar con numerosos comentarios que están apareciendo en las redes en Uruguay recordándole al Canciller todos los jóvenes uruguayos a los que les vendría bien una ayuda desde arriba.
7) Y para terminar, un comentario general sobre un fenómeno generalizado. Es increíble la obsesión que tiene Uruguay actualmente (estamos generalizando un poco, así es) con el tema palestino. Los medios están abocados enormemente a tratar la guerra en Gaza, nos parece-y claro que esto no es estadística- que la mayor parte de los consultados en los medios son los que dan opiniones anti israelíes, y nadie considera que tiene que explicar por qué se hace esto y no se mira siquiera a otros conflictos mundiales en los que es facilísimo confirmar que muere muchísima más gente que en Gaza. La ligereza y por ende irresponsabilidad con que se habla de “genocidio” y “limpieza étnica”- lo planteamos así no por defender a Israel sino porque simplemente no es verdad que eso sucede- es increíble.
Esto no pasa por defender a Netanyahu en absoluto e inclusive no por defender la necesidad de continuar la guerra, un tema muy discutido dentro de Israel.
Pero oir, leer y escuchar a políticos que le exigen a Israel el fin de la guerra y no dicen nada de los terroristas de Hamas, no les exigen liberar a los secuestrados y deponer las armas, realmente es duro. En realidad, patético. Inspira vergüenza ajena.
Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(6 de Junio de 2025)
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