Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

Un atrevido llamado de una docente de la UdelaR contra uruguayos judíos


 

Estos días ha circulado un corto video-evidentemente cortado del original- en el que una profesora en la Facultad de Derecho en la UdelaR , Florencia Salgueiro, llama a detener a los uruguayos hoy radicados en Israel que sirven en el ejército israelí, que lleguen a Uruguay, acusándolos de genocidio y alegando que Uruguay, comprometido con el Estatuto de Roma, tiene el deber de apresarlos. Nos cuesta repetir el resumen de su mensaje, por una mezcla de furia y vergüenza ajena por el nivel de mentira y difamación de esta mujer que se jacta de dar clase en la facultad, pero denota no sólo un odio rabioso a Israel sino también gran ignorancia. Es Coordinadora de Palestina en Uruguay, así que nada sorprende: cualquier cosa sirve a su “causa”.

Antes de entrar en el tema genocidio, estas líneas tienen como propósito dejar en claro que su intención es alevosamente antisemita, dirigida contra los ciudadanos uruguayos de fe judía, que ella tiene muy claro tienen familiares en Israel que al haberse radicado allí, como ciudadanos, tienen la obligación legal de hacer el servicio militar. Tiene el tupé de hablar del ejército israelí como “ejército de ocupación” aunque no había ni un soldado israelí en Gaza cuando los terroristas le atacaron salvajemente el 7 de octubre.

Pretende criminalizar a un país entero, presentar a los soldados que defienden la tierra y al pueblo como genocidas, y tiene inclusive el atrevimiento de tratar de dar a entender que la Corte Internacional de Justicia determinó que hay genocidio, lo cual es una burda mentira.

Como tantas de la propaganda palestina.

Dejamos ahora a Salgueiro, que si no fuera por sus burdas mentiras, no merecería que se le dedique ni una línea.

Vayamos al tema genocidio.

La verdad es que la Corte Internacional de Justicia no ha determinado en absoluto que Israel cometió genocidio. Recibió la demanda de Sudáfrica, a la que Israel debe responder hasta comienzos del año próximo, tras lo cual habrá otra ronda de argumentos de las partes.

La Corte emitió unas órdenes provisionales exhortando a Israel a garantizar que toma las medidas para asegurarse de que no haya genocidio, con lo que cual Israel estaba comprometido internacionalmente ya desde antes. Eso es sumamente distante de lo que Sudáfrica quería conseguir y por cierto de lo que alegan quienes dicen, faltando a la verdad, que la Corte determinó que hubo genocidio.

 

La impresión es que lo que quiso el país demandante, Sudáfrica, fue imponer una agenda pública en la que se asocie mundialmente a Israel con una acusación de genocidio. Si realmente pensara o creyera que lo hay, no habría pedido un proceso tan largo como el que está llevando a cabo, con varias instancias. Si hay genocidio, hay urgencia. No es el caso. No parecen apurados en absoluto por cerciorarse de los hechos concretos en el terreno.

Lo fundamental es recordar que genocidio es un crimen que se comete con intención, que busca el objetivo de exterminar total o parcialmente a un grupo humano, sea por etnia, raza, religión u otras razones. La propia Corte Internacional de Justicia determinó en otros casos que no se puede determinar violación de la Convención contra Genocidio “a menos que de los hechos no sea posible hacer otra interpretación”. Y está claro que mucha gente que usa con ligereza el término para criminalizar a Israel, no tiene ni idea de las definiciones jurídicas y de cómo se demuestra una intención de este tipo.

Consideremos lo ineludible: si Hamas depusiera las armas, terminaría la guerra y con ello también el sufrimiento de los civiles palestinos detrás de los cuales Hamas se esconde. Pero si Israel depusiera las armas, no existiría Israel. O sea que los únicos que han tenido aquí intención genocida, han sido los enemigos de Israel-en este caso Hamas-que ha tratado de aniquilarle. 

Recordemos: más allá de legítimas críticas a tal o cual decisión de Israel y a tal o cual operativo de las Fuerzas de Defensa de Israel, aquí hay dos lados claramente definidos. Israel es la parte que exige repetidamente la liberación de los secuestrados y la rendición del grupo terrorista que le atacó, afirmando que con eso se terminaría la guerra, mientras que Hamas es quien no sólo se niega a hacerlo sino que proclama que quiere volver a cometer otras masacres como el 7 de octubre todas las veces que pueda.

Quien acusa a Israel de genocidio, tiene el deber de explicar por qué Israel pone en peligro a sus tropas en operativos militares- más de 450 soldados han caído en combate desde el comienzo de la operación por tierra en Gaza el 27 de octubre del 2023, además de los más de 400 asesinados o muertos luchando el 7 de octubre- en lugar de bombardear todo desde lejos con armas más poderosas de las que usa, que le evitarían bajas.

También es legítimo exigir que quien difunde la demonización de genocidio, explique por qué Israel avisa en muchos casos antes de atacar para garantizar que en la medida de lo posible, los civiles no sea ven alcanzados por los disparos. Y por qué crea zonas humanitarias a las que evacúa la población precisamente con el mismo objetivo. Es incómodo, no es fácil, pero es para salvar vidas. Y por qué Israel proclama que termina la guerra apenas Hamas libere a todos los secuestrados que se llevó ilegalmente a Gaza por la fuerza hace más de 680 días, la mayoría civiles, y si entrega las armas. 

Esto no significa que no pueda haber situaciones complejas en el terreno e inclusive casos puntuales en los que las leyes de guerra no se cumplen. Puede suceder. Entre eso y genocidio hay una distancia sideral.

La doble vara con la que se juzga a Israel, o mejor dicho de acuerdo a la cual se inventan demonizaciones, es notoria. En Rwanda fueron asesinadas a cuchillazos entre 500.000 y 800.000 personas en 100 días. No había duda ninguna sobre las intenciones. Gaza es otra cosa totalmente distinta, afortunadamente, con todo el pesar por los civiles muertos.

No está claro cuándo ni cómo termina la guerra en curso. Queremos que termine ya, con el regreso de todos los secuestrados, los vivos y los muertos.

Todos los falsamente preocupados por los palestinos, incluyendo los antisemitas uruguayos como la docente Salgueiro, los habrían ayudado mucho más si hubieran salido a las calles a manifestar contra Hamas. No pueden, se ve que eso es traicionar su espíritu.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(28 de Agosto de 2025)

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