Israel

El significado de la clara victoria de Netanyahu en las internas del Likud

No está claro si eso ayudará o perjudicará al partido en las elecciones de marzo

Fotos: Facebook de Netanyahu y de Saar

Por un amplísimo margen se confirmó la victoria-nada sorprendente-del Primer Ministro Biniamin Netanyahu en las elecciones internas en el partido Likud. Al finalizar el escrutinio de los votos, se anunció que el 72.5% de los participantes en los comicios, habían optado por Netanyahu, y solamente el 27.5% por el diputado y ex ministro Gideon Sa´ar, que desafió su liderazgo. Fueron las primeras elecciones internas en el Likud en 14 años.

Muchos antes de publicarse el resultado oficial, Netanyahu se declaró ganador y sostuvo, con razón,  que la victoria fue “gigantesca”. Su adversario, el primero que osó en muchos años intentar quitar a Netanyahu de la jefatura del Likud, lo llamó sin demora a felicitarlo y ambos destacaron que ahora trabajarán juntos para lograr la victoria del Likud en las elecciones nacionales del 2 de marzo.

Sin embargo ello no será tan fácil.

División interna

El Likud, aunque confirmó su aplastante apoyo al Primer Ministro, que sigue teniendo al partido con él, está dividido, y emerge de las internas con serias heridas. Gideon Sa´ar, que se dijo convencido de haber tomado la decisión correcta y oportuna al intentar ser electo como jefe del Likud, fue atacado por seguidores de Netanyahu prácticamente como traidor, por el paso que dio. Le acusaron de haber “asestado una cuchillada por la espalda” al líder, justamente cuando pasa un momento difícil por la imputación, lo presentaron como quien ilegítimamente debilita el liderazgo del Likud y otros comentarios similares, que difícilmente sean olvidados.

Sa´ar confirmando su derrota y la victoria de Netanyahu
Sa´ar confirmando su derrota y la victoria de Netanyahu

 

Pero más allá de ello, Sa´ar no podrá borrar en la campaña electoral de cara a los comicios del 2 de marzo, todo lo que dijo sobre el liderazgo de Netanyahu en la campaña interna. Si bien nunca recurrió a bajezas para desprestigiarlo, su análisis político sobre el por qué hay él se presentaba como alternativa, fue contundente. Dijo que Netanyahu está “bloqueado”, recordó repetidamente que fracasó dos veces en sus intentos de formar coalición (tras las elecciones de abril y las de setiembre) e inclusive afirmó que “votar ahora por Netanyahu equivale a votar por el próximo jefe de la oposición”. Con ello dio claramente a entender que con Netanyahu al frente, el Likud nuevamente fracasará  y  aún si se le da la opción de hacerlo, no logrará formar coalición. Todo eso quedó registrado y por más que Sa´ar asegure que trabajará por la victoria del Likud con Netanyahu al frente en las elecciones nacionales, tendrá dificultades para desdecirse de sus propios argumentos.

Gideon Sa´ar votando en las internas
Gideon Sa´ar votando en las internas

 

De todos modos, no sería la primera vez que Sa´ar llama a votar por Netanyahu a pesar de sus críticas. Antes de las elecciones de abril, Netanyahu acusó a Sa´ar de planear quitarlo del medio, conspirando con el propio Presidente del Estado al respecto. Tras mucho tiempo de rumores negativos de parte del entorno del Primer Ministro contra Sa´ar, esa acusación fue la gota que rebasó el vaso y Sa´ar dijo públicamente que Netanyahu había faltado a la verdad. Sin embargo, seguía defendiendo su candidatura, convencido de que el camino del Likud es el correcto y que por ende, debía ser el que guíe los destinos del país.

Pero desde entonces corrió mucha agua bajo el puente. Tanto después de las elecciones de abril como de setiembre, Netanyahu no logró formar gobierno y Sa´ar decidió que es el momento de lanzar su propia candidatura. Esta terminó en una gran derrota, aunque sus seguidores, entre los cuales no hubo ningún ministro en funciones pero sí algunos de los diputados del partido, dijeron que cualquier resultado será un éxito. Esto, estimando que el ser la única figura que desafió a Netanyahu, lo cual requería no poca valentía política, lo confirmaba como el futuro sucesor. Eso aún está por verse.

¿Una victoria contraproducente?

Para el Primer Ministro, la victoria contundente en las internas de su partido, son un elemento clave para presentarse ante la ciudadanía toda como un líder con amplio apoyo y mandato renovado en las elecciones nacionales del 2 de marzo. Quedó reconfirmado en el cargo aún sabiéndose de la imputación por sospechas de corrupción, un elemento que probablemente use en su campaña contra la cúpula jurídica que decidió enviarlo a juicio, a la que ya acusó de querer quitarlo del poder con acusaciones que él considera infundadas, ya que no logran-dice él- hacerlo en las urnas. Es otro elemento para presentarse como elegido con apoyo del pueblo, mientras otros quieren sacarle del medio.

Pero el avasallante apoyo del que goza en su partido, no necesariamente se reflejará en la votación nacional del 2 de marzo.

Puede sin duda haber quienes sostengan que si su partido vuelve a elegirlo, pues hay que darle chance pesar de las sospechas, y apoyarlo. Pero hay otro escenario posible: que inclusive gente que tiende al lado conservador de la política israelí y quisiera al Likud nuevamente al frente, no lo vote porque no quiere a Netanyahu como Primer Ministro. Ello puede deberse a las sospechas de corrupción, a “ya basta de Bibi” o a considerar que con él al frente, se prolongará el estancamiento político actual y no se podrá formar gobierno. Cabe recordar que en las últimas elecciones, votaron por el Likud 300.000 ciudadanos menos que en las de marzo del 2015.

 

El temor sobre la continuación del estancamiento político, tienen razón de ser. El partido que desafía al Likud, “Kajol Lavan” de Beni Gantz, se mantiene firme en su postura: no irán a un gobierno encabezado por Netanyahu. Unidad nacional con el Likud, sí, dijo reiteradamente Gantz, y eso se habría podido lograr al parecer con bastante facilidad, si Gideon Sa´ar hubiese ganado. Pero con Netanyahu, imputado, recalcan que no. No alegan que es culpable, ya que eso lo puedo determinar recién un tribunal, pero sí consideran indigno entrar a un gobierno con él cuando hay  serias sospechas de fondo.

Por otra parte, para “Kajol Lavan” es más fácil ir a elecciones con un Likud nuevamente liderado por Netanyahu, precisamente por sus argumentos sobre la imputación. Si hubieran tenido que hacer campaña electoral presentándose como mejor opción que el Likud encabezado por Sa´ar, aunque llaman a unidad nacional, les habría resultado más complejo.

Los obstáculos jurídicos

De todos modos, Netanyahu tiene aún varios obstáculos con los que lidiar en el camino.

El martes, la Suprema Corte de Justicia analizará una demanda que le fue presentada pidiendo que se manifieste sobre un punto no contemplado en la legislación israelí : si se puede encomendar la formación del gobierno a un Primer Ministro imputado. Netanyahu sostiene que es el pueblo quien decida quién lo gobierna, pero no hay contradicción al respecto.

Claro que el pueblo debe decidir, pero parece legítimo plantear el tema de fondo, dado que nunca se dio una situación así. Recordemos que a las elecciones de abril Netanyahu fue cuando aún no había decisión acerca de si enviarlo o no a juicio. En el interín, como es sabido, el Fiscal del Estado decidió al respecto, y ese es un elemento nuevo en el escenario electoral de cara a marzo.

El Fiscal, como asesor legal del gobierno, dijo recientemente que Netanyahu puede continuar al frente del gobierno de transición aún con imputación. Pero encomendarle la formación de un nuevo gobierno después de las elecciones, es otra cosa, una situación no contemplada en ninguna ley israelí.

Ana Jerozolimski
(27 Diciembre 2019 , 05:03)

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