Tenemos el honor de compartir con nuestros lectores MiSinaí No. 9. Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros.
No. 9
Parashá: Matot Masei
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EL MOSHÉ INTERNO
Por Tali Loewenthal
Entre las múltiples batallas descritas en la Torá está la guerra de los Israelitas contra la nación de Midián. En el capítulo 31 del Libro de Números, leemos cómo D-os le dice a Moshé que debe atacar a los Midianitas. La Torá prosigue describiendo la forma en que Moshé reunió a la gente para formar un ejército y los detalles sobre la batalla y su resultado.
Hay dos formas de mirar esto.
La primera es el hecho histórico literal. Para sobrevivir, el pueblo judío tenía que luchar contra una variedad de fuerzas. Los Midianitas buscaban la destrucción de los judíos, por lo tanto había que tomar acción contra ellos. La Torá nos cuenta esto porque en formas distintas y en épocas diferentes nos enfrentamos con batallas similares. A veces son batallas militares, y a veces culturales.
La segunda forma de entender este evento es a nivel interno. Las naciones hostiles que el pueblo judío encuentra en las páginas de la Biblia representan fuerzas negativas dentro de uno mismo. Las batallas constantes del pueblo judío representan la lucha continua del individuo contra cualidades negativas internas.
Midián, dicen nuestros sabios, está relacionada con la palabra “madón” que significa “pelea” y “disenso”. Esta cualidad negativa se expresa en una antipatía hostil hacia los demás. Uno siente que la otra persona está ocupando el territorio de uno. Su sola existencia es irritante. Esta es la cualidad de “odio gratuito” que, según dice el Talmud, causó la destrucción del Templo. Rabí Shalom Dovber, el quinto Rebe de Lubavitch (1860-1920) analiza, en su ensayo jasídico “Hejaltzú”, la batalla contra Midián como una lucha interna contra el egoísmo propio de uno y el rechazo a los otros .
Un aspecto clave de la batalla es el hecho de que D-os le dice a Moshé que debe involucrarse personalmente. Cada uno de nosotros tenemos la cualidad de “Moshé” dentro nuestro. Este Moshé interno representa el poder del altruismo: lo opuesto al egoísmo y el egocentrismo que causa que rechacemos a los demás.
Cada uno de nosotros tiene un potencial interno para ir más allá de uno mismo. Se expresa en actos de heroísmo, y también en momentos de dedicación intensa. Un grupo de personas quedándose hasta tarde planificando un evento de caridad; o una persona sola cuidando desinteresadamente a un familiar anciano; hay innumerables formas en las que nuestro interno y puro “Moshé” puede expresarse en nuestras vidas.
Este Moshé interior nos ayuda a romper la fuerza interna de Midián. En vez de resentir y despreciar a las demás personas, las aceptamos, e incluso llegamos a amarlas como requiere el mandamiento de la Torá “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18). La batalla contra Midián descrita en la Torá es, en realidad, una lucha crucial que continúa en nuestros días.
SEÑALES DE ARRIBA
[D-os ordenó a Moshé decir al pueblo judío:] “Debéis designar [seis] ciudades para vosotros que funcionarán como ciudades de refugio.” (Bamidbar 35:11)
Los caminos que llevaban a las ciudades de refugio debían ser anchos y despejados, de forma tal que quienquiera necesitara usarlos pudiese hacerlo con facilidad. También se colocaban señales en cada cruce de caminos para indicar claramente el rumbo hacia dichas ciudades de refugio.
Del mismo modo, D-os mantiene el camino hacia el estilo de vida de la Torá (nuestra “ciudad de refugio” espiritual) abierto, accesible y despejado para cada uno de nosotros. Además, nos va enviando indicios y señales para ayudarnos a encontrar el rumbo correcto en la vida.
Sin embargo, para poder escuchar la voz de D-os con más claridad debemos ayudar a los demás a encontrar la dirección correcta en sus vidas. Todos debemos considerarnos “señales de tránsito” cuyo trabajo es señalar a los demás la dirección de la vida y la bondad. Cuando D-os nos ve indicar el camino a los demás, Él nos indica el nuestro con más claridad.
En sentido ideal, debemos intentar ser más que “señales de tránsito” inanimadas que ayudan solamente a quienes se acercan en busca del camino correcto. Podemos ser señales vivientes y acercarnos a nuestros prójimos para ayudarlos y, si es necesario, hacerlos conscientes del hecho de que una vida sagrada y divina debe ser la más importante de sus búsquedas.
Likutei Sijot, vol. 2, pág. 363 y ss.
Bamidbar (Números): 30:2 – 36:13
La novena sección del libro Números comienza con el momento en que Moshé se dirige a las cabezas de las tribus (matot, en hebreo) para enseñarles las leyes de promesas y juramentos. Luego continúa con la narrativa histórica de los acontecimientos ocurridos durante el último año del viaje del pueblo judío por el desierto hasta que se prepara para cruzar el río Jordán hacia la Tierra de Israel.
La décima y última sección del libro Números comienza con el repaso de los viajes (mas’ei, en hebreo) del pueblo judío desde Egipto hasta la frontera con la Tierra de Israel. Continúa con instrucciones de D-os relativas a la inminente entrada y conquista de la tierra.
LA VIDA PREVIA DEL BAAL SHEM TOV
Una noche, cuando apenas había terminado la plegaria de Tikun Jatzot elegías de medianoche y se afligía por la destrucción del Sagrado Templo, escuchó que alguien golpeaba a su puerta.
A su "¿Quién es?", le respondieron "Eliahu Hanavi". Rápidamente abrió la puerta y Eliahu entró a la habitación. El recinto de repente se llenó de luz y alegría.
He venido a revelarte el poderoso secreto de la venida del mashiaj. Pero primero tu debes revelarme qué acto digno de mérito hiciste en el día de tu Bar Mitzvá, un acto que movió a la Corte Celestial a decretar que tu eres digno de escuchar la revelación de los más esotéricos secretos.
El hombre le respondió simplemente, "Lo que hice, lo hice solo por la Gloria de D-os y yo no puedo revelarlo a nadie. Si ello implica que tú tampoco me reveles el secreto de la redención, entonces renuncio a conocerlo. Es un principio básico para mí que los actos del ser humano deben ser solo para la Gloria de D-os.
Eliahu desapareció y volvió al Cielo, donde había causado gran excitación la lealtad de ese hombre a D-os, una lealtad que le había hecho rechazar la posibilidad de aprender los más importantes secretos del Cielo. Se decidió que Eliahu no debería nunca más retornar a enseñarle Torá y revelarle sus secretos.
Este hombre sencillo fue único en su generación, pero como él lo había deseado, nadie conoció su grandeza. Sus actos fueron solo para la Gloria de D-os.
Cuando llegó el momento de su partida al otro mundo, su alma pura fue llevada ante la Corte Celestial. Allí fue decretado que como recompensa debería descender nuevamente a la Tierra y volver a nacer. Esta vez el debería revelarse al mundo, y a través suyo, una nueva forma de vida. El purificaría al mundo con su espíritu. Así podría él glorificar el Nombre Divino, llenar al mundo con sabiduría y así acelerar la redención.
Así fue que ese mismo espíritu del sencillo Judío de Safed renació en Reb Israel Baal Shem Tov.
¿POR QUÉ UN BRIT?
Por Aron Moss
Pregunta:
Un amigo me preguntó por qué realizamos el Bris (circuncisión). Le hablé sobre la salud, tradición, ancianos, ocho días, dolor y un montón de otras cosas sin sentido antes de dejar que usted lo responda.
Respuesta:
El Bris es un símbolo físico de la relación entre D-os y los judíos. Es un recordatorio constante de lo que la misión judía trae consigo (un recordatorio que los hombres necesitan más que las mujeres).
Miremos sus detalles:
¿Si la circuncisión es lo que D-os desea, por qué no nacemos circuncidados?
D-os creó al mundo imperfecto, y nos dio la misión de perfeccionarlo. D-os creó el trigo, los humanos hacen el pan. D-os creó una selva, los humanos crean la civilización. Nos fueron entregados los materiales crudos, y usamos nuestra ingeniosidad para mejorar el mundo en el que nacimos. Esto está simbolizado por el Bris - nacemos incircuncisos, y nosotros "terminamos el trabajo". Esto también es metafóricamente verdad. Cada uno de nosotros tiene instintos y tendencias naturales que son innatas, pero necesita ser refinado. "Nací de esta manera" no es excusa para un comportamiento inmoral - debemos cortar cualquier rasgo negativo, no importa cuán innato pueda parecer.
¡¿Por qué D-os escogió la circuncisión para representar algo sagrado?!
La espiritualidad judía consiste en hacer el mundo físico sagrado. La manera en que comemos, dormimos, trabajamos y procreamos debe imbuirse con la misma santidad como la manera en que oramos; nuestras casas deben ser tan santificadas como nuestras sinagogas. Encontramos a D-os en la tierra así como (y quizás más) que en los cielos. Así que ponemos una señal en el órgano más físico y potencialmente bajo, para decir que puede y debe usarse de una manera santa. De hecho, es en la intimidad donde podemos tocar la parte más profunda de nuestra alma, cuando la asumimos con santidad.
¿Por qué circuncidar a un bebé? ¿La declaración no sería más poderosa si fuera hecho por un adulto maduro?
La circuncisión se realiza cuando un niño todavía no es consciente de lo que está pasando. Esto es porque la conexión judía con D-os es intrínseca - si nuestras mentes creen en D-os o no, si nuestros corazones aman a D-os o no, nuestras almas conocen a D-os. Podemos unirnos en el Pacto con D-os sin ser reflexivamente conscientes de Él, porque subconscientemente ya lo conocemos.
¿Por qué específicamente en el octavo día?
El número siete representa la naturaleza - siete días de la semana, siete colores del arco iris, siete notas musicales; el número ocho es el número que supera al siete, y así representa lo milagroso, lo que está más allá de la naturaleza. Hacemos el Bris en el octavo día porque los judíos sobreviven por los milagros. Nuestra historia desafía las leyes de naturaleza. ¡Damos la bienvenida a un nuevo niño judío en esta existencia milagrosa en el octavo día de su vida, como para decir: "¡Espera milagros!"
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