Fuente: Ynet en español
Por Navit Zomer
Con una población de menos de diez mil habitantes y un clima propicio para la agricultura, el pueblo sureño de Yeruham apuesta al apoyo del gobierno para seducir a los emprendedores de la marihuana.
Yeruham, un pueblo al sur de Israel con menos de diez mil habitantes, quiere convertirse en la capital del cannabis medicinal de Israel, y apuesta al apoyo del gobierno para lograrlo. El jueves, un comité interministerial del gobierno se estableció para promover la búsqueda de Yeruham de convertirse en una potencia del crecimiento y la manufacturación de marihuana medicinal. Dirigido por el ministro de Agricultura y Desarrollo Rural israelí, Uri Ariel, e incluyendo representantes de los ministerios de Salud y Economía y del Instituto Volcani de Investigaciones Agrícolas, el comité apunta a ofrecer a emprendedores asistencia gubernamental y beneficios. Estos beneficios serán exhibidos en una conferencia local planeada para el 7 de julio, e incluyen una rentabilidad de inversión del 30%, una tasa de impuesto corporativo del 7,5%, una subvención de hasta U$S 40.000 por cada empleado nuevo, y opciones de tierra agrícola en el área. Según la invitación a la conferencia, Yeruham tiene cinco kilómetros cuadrados de tierra aprobada para propósitos agrícolas e invernaderos, está a 524 metros por sobre el nivel del mar, y tiene un clima adecuado la mayor parte del año.
Según el alcalde Tal Ohana, el modelo a seguir de Yeruham es el pueblo canadiense Smith Falls, el cual se enfrentó a un severo nivel de desocupación luego de que la compañía Hershey cerrara su fábrica y se mudara a México para abaratar costos. En 2014, la planta fue comprada por la empresa de cannabis medicinal Canopy Growth Corporation, ahora la mayor empresa de cannabis medicinal de Canadá y empleadora de cientos de personas. Yeruham está en una dura situación desde que Emilia Cosmetics, que emplea alrededor de 250 personas a nivel local, anunció en mayo el cierre de su fábrica en Yeruham. Una planta local de Phoenicia Glas Works, que emplea una cantidad similar de personas, está también en riesgo de cerrar tras un boicot de los jaredíes israelíes (judíos ultraortodoxos). Compañías y emprendedores con alto potencial de empleo serán invitados a comenzar negocios en un centro que se abrirá en la fábrica de Emilia. El pueblo apunta a crear un “completo ecosistema de la industria del cannabis”.