Fuente. jabad.org.uy
El casamiento está compuesto por dos elementos integrales: el compromiso y el amor.
Debajo de la Jupá, el novio y la novia se prometen mantenerse fieles y leales uno con el otro; comprometiéndose a traer alegría y estabilidad a su relación. Mientras que el compromiso mutuo constituye la fundación de la relación, es la pasión, amor y sentimientos mutuos los que traen el color y la vida a la relación, y lo que hace que el casamiento sea tan atractivo. Es este último elemento el que causa a los solteros entregar su “libertad” y sus solterías.
La necesidad de estos ingredientes para asegurar un matrimonio estable y feliz no se discute. Cuáles de estos dos valores forman la base del matrimonio, sí es punto de contención entre los valores de la Torá y las normas Occidentales. ¿Debería el amor llevar al compromiso, o el compromiso lidiar al amor?
La tendencia en la sociedad sobre esta área está clara. Conoce a una persona durante unos años, quizá vive con ella durante un tiempo, y el salto se toma si es aparente y obvio que los sentimientos mutuos garantizan el compromiso del matrimonio. En contraste, la tradición Judía se avoca al acercamiento casi opuesto. Relaciónate con el individuo lo suficiente, como para determinar si sus valores y temperamento van en concordancia con los tuyos. Asegúrate que las dos personalidades (la del otro y la tuya) no chocan, y percibe si hay una atracción. Si todo esto encaja, entonces se realiza el compromiso. El amor se desarrollará y se profundizará luego del compromiso. Basado en el compromiso.
Si la “prueba está en el pudding”, este pudding ciertamente demuestra que el enfoque judío funciona. Está claro que conocer y amar a alguien antes de casarse, no aumenta las posibilidades de subsecuentemente tener un matrimonio feliz. Esto es totalmente lógico. Si el compromiso está basado en el amor, entonces, puede muy bien desaparecer y el amor comienza a apagarse o desaparece. Si el amor está basado en el compromiso, entonces si sucede que el amor comienza a apagarse, el compromiso asegurará que ambos hagan el esfuerzo de enamorarse otra vez.
De acuerdo a la ley Bíblica, el matrimonio es un proceso de dos pasos. El primer paso se llama “Kidushin”, y el segundo paso es conocido como “Nisuin”.
El Kidushin hace que el novio y la novia se conviertan en marido y mujer. Luego de este punto, si Di-s libre y guarde deciden separarse, precisarían un “get” (divorcio Judío). Sin embargo, el novio y la novia todavía no pueden vivir juntos como marido y mujer hasta que no se complete el segundo paso, que es, Nisuin. En los tiempos modernos, el Kidushin y el Nisuin se realizan seguidos debajo de la Jupá; el Kidushin es efectuado cuando el novio le da a la novia la alianza, y el Nisuin, a través de la unión del marido con la mujer bajo un mismo techo por el bien del matrimonio. Primero viene el Kidushin, el compromiso. Sólo después es que viene el Nisuin, y todas las expresiones de amor.
La receta para un matrimonio feliz y entregado.
El 15 de Av, “Tu Be Av”, observamos y celebramos la más alegre de las festividades. Este día, marca el aniversario de varios eventos, todos ellos asociados con la revocación de un evento trágico. Esta festividad, viene seis días después del día más triste del año, Tishá beAv, y es simbólica a la resistencia de nuestra nación, a nuestra capacidad de recuperarnos de todas las tragedias que nos han azotado.
Es también una festividad asociada con el matrimonio; el Talmud describe cómo en los tiempos de antes, éste era un día dedicado a la unión de jóvenes. Esto es porque el casamiento representa la recuperación de la tragedia más terrible ocurrida en Tisha beAv, la destrucción de los Templos Sagrados y el subsecuente exilio de nuestro pueblo.
Nuestra relación con Di-s también está compuesta por estos elementos básicos; el compromiso y el amor. Antes de que se manifieste el amor, debemos someternos a la etapa del compromiso, el Kidushin. Por eso se debe la destrucción de los Templos y los exilios. Pero luego de 2.000 años de sufrimiento y opresión, hemos asegurado nuestro compromiso sin duda alguna. Es tiempo ahora del Nisuin, el Nisuin cósmico entre Di-s y Su pueblo, que se celebrará con la inminente llegada del Mashiaj.
Por Naftali Silberberg
El rabino Naftali Silberberg, nacido en Detroit. Conocido por su agudo ingenio y extenso conocimiento del Talmud. Él reside en Brooklyn, NY, con su esposa Jaia Mushka y sus tres hijos.