Mundo Judío

MiSinai

Tenemos el honor de compartir con nuestros lectores MiSinaí No. 16. Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros.

No. 16
Parashá: Ki Tavó
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Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 20/9 18:22
Demás localidades ver en  www.jabad.org.uy

SEGURIDAD ESPIRITUAL

Por Yossy Goldman

Era mayo de 1967. El Presidente egipcio Gamal Abdul Nasser había movilizado sus tropas y amenazaba con "arrojar a los judíos al mar". Las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas fueron expulsadas y tímidamente dejaron la región, incitando al elocuente Ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Abba Eban, a preguntarse acerca del propósito de tener un paraguas si ni bien comienza a llover uno lo cierra. Siria y Jordania también se preparaban para unirse a la guerra, e Israel nuevamente era amenazado con la aniquilación por sus enemigos.

Yo estaba en New York. Ese año Lag BaOmer cayó el domingo 28 de mayo. Miles de escolares judíos se reunieron en Eastern Parkway en Brooklyn para el Desfile de Lag BaOmer. El momento culminante del evento era la alocución que daría el Lubavitcher Rebe. El Rebe habló apasionadamente acerca de la mortal amenaza contra Israel y su pueblo. Pero su discurso estaba lleno de una firme fe y un optimismo sin ambigüedades acerca de lo que ocurriría. Aseguró que Israel vencería. Previamente había instruido a estudiantes de Ieshivá americanos en Israel que permanecieran ahí y no volvieran a sus hogares a pesar que sus padres estaban extremada, y comprensiblemente, ansiosos. Al mismo tiempo urgió a los judíos de todo el mundo a que hicieran algo práctico para ayudar a Israel a vencer a esta amenaza directa a su existencia misma.

¿Qué podíamos hacer? Aparte del apoyo material para el esfuerzo de guerra, y en adición a los tanques y jets de combate, Israel también necesitaba apoyo espiritual. También hay un sistema de defensa espiritual, dijo el Rebe. Fue entonces cuando lanzó la Campaña Internacional de Tefilín. Cuántos más judíos posibles observaran esta santificada mitzvá contribuiría de una manera tangible a la seguridad de Israel. Llamó a los judíos de todo el mundo a animar a sus hermanos a comenzar a ponerse Tefilín, aun si no eran religiosos o no lo habían hecho desde su Bar Mitzvá, o ni siquiera en sus vidas. La gente respondió instantáneamente y los judíos, en un número sin precedentes, adhirieron a la campaña.

Nueve días después comenzaron las batallas. Israel hizo historia en materia militar cuando diezmó a la Fuerza Aérea egipcia y derrotó a las fuerzas armadas de Egipto, Siria y Jordania con la velocidad del relámpago. Jerusalén fue reunificada bajo la soberanía judía y la Guerra de los Seis Días sería registrada para la posteridad como la mejor hora de Israel.

Sin minimizar de ninguna manera los heroicos esfuerzos de nuestros bravos soldados o la brillante estrategia militar del Alto Mando, esta asombrosa, milagrosa victoria seguramente señala a una fuerza más alta. Creo firmemente que la cobertura protectora de D-os fue inspirada por los muchos miles de nuevas mitzvot llevadas a cabo por nuestro pueblo.

Pero ¿por qué Tefilín? ¿De todas las mitzvot, por qué el Rebe eligió específicamente Tefilín para la seguridad de Israel?

La respuesta está en la Parashá de Ki Tavo: "Y todas las naciones del mundo verán que el Nombre de D-os está sobre ustedes y les temerán" (Devarim 28:10). ¿Qué significa "el Nombre de D-os estará sobre ustedes"? El Talmud (Berajot 6a) cita a Rabí Eliezer el Grande, quien explica que el versículo se refiere a los Tefilín que se usan en la cabeza, que llevan la letra Shin, la cual simboliza el Nombre de D-os. Son visibles a los ojos y tienen el poder de inspirar temor en los corazones de nuestros enemigos. Realmente una de las imágenes más impactantes de la Guerra de los Seis Días, aun vívida en mi mente, es la de los soldados egipcios abandonando el Sinaí en completo desorden.

Puede no haber hoy masivos ejércitos en nuestras fronteras. Pero nadie puede negar que la seguridad de Israel aun está en alto riesgo. Gracias a D-os, desde su lanzamiento la Campaña de Tefilín ha tocado las vidas de cientos de miles de nuestros hermanos. Si los Tefilín aun no son parte de su rutina diaria, que esta historia los inspire para comenzar a cumplirlo ahora. Si ya están acostumbrados, entonces comparta la mitzvá con un amigo. Aparte de todas las maravillosas razones para usar Tefilín, contribuir a la seguridad espiritual de Israel agrega una motivación más importante. En mérito a ello, Israel estará seguro hasta la era final de paz en la tierra con la venida de nuestro justo Mashíaj, rápidamente, en nuestros días. Amén.

QUE SIGNIFICA SER APARTADOS

[Dijo Moshé al pueblo judío:] “D-os os ha apartado hoy, para ser Su pueblo preciado.” (Devarim 26:18)

D-os nos ha “apartado” del mal y la maldad. Nuestra naturaleza divina y nuestro verdadero ser interno nos colocan absolutamente por encima de toda participación en el mal, lo que nos vuelve inherentemente incapaces de cometer daño.

Es por ello que, cuando hacemos algo que nos distancia de D-os, siempre podemos regresar a Él. Cuando el regreso a D-os está motivado en un apasionado amor a Él, no solo podemos abandonar comportamientos negativos y malos hábitos en cualquier instante (desafiando así las fuerzas naturales de la inercia y el hábito), sino que incluso podemos convertir deliberados pecados pasados en motivación para comportamientos de signo positivo.

Likutei Sijot, vol. 9, pág. 173.

Devarim (Deuteronomio): 26:1 – 29:8

En la séptima sección del Deuteronomio llega a su término el segundo discurso de despedida de Moshé al pueblo judío. El discurso comprende el último repaso a algunos mandamientos, comenzando con uno que habría de ser relevante una vez que el pueblo judío entrara (tavó, en hebreo) a la Tierra de Israel, el consistente en llevar al Templo Sagrado los primeros frutos de la cosecha de cada año. Luego Moshé continúa con su evocación del pacto entre D-os y el pueblo judío.

BARRILES EN LA NIEVE

Por Tuvia Bolton

Se cuenta la historia de un Jasid, que cada año visitaba en el mes de Elul a su Rebe, Rabí Menajem Mendel de Lubavitch (1789-1866), para estar con él durante las Altas Festividades...

De todas formas no era una fácil empresa pues en esa época del año, ya el clima era terriblemente frío y nuestro protagonista realizaba todo el trayecto a pie.

En cierta ocasión, cuando sus fuerzas se habían agotado y el frío ya no le permitía mover sus piernas, escuchó el ruido de una carreta que avanzaba por el camino. Se la escuchaba lejos, ocasionalmente se oía la voz del conductor que cantaba alguna melodía. Al rato el carruaje ya estaba a su lado. La parte de atrás del coche estaba repleta de enormes barriles. El conductor se detuvo al lado del judío.

"¡Hey, Moshke!" (así llamaban los gentiles a los judíos), gritó. "¿Deseas viajar conmigo? ¡Si encuentras un sitio detrás, sube!" Con fuerzas renovadas el anciano Jasid subió a la carreta agradecido y se sentó entre los barriles.

Pero su alegría no duró mucho tiempo. Después de unos pocos minutos, hundido entre los barriles, se dio cuenta que se estaba congelando, sin poder siquiera moverse. En ese momento se le ocurrió que los toneles podían contener vino, vinagre, o aceite. Con un movimiento vacilante abrió uno de los tapones y olió. No, no era vino ni aceite, era... ¡vodka!

"Iván", gritó el Jasid, "necesito un poco de tu mercadería. ¡Me estoy congelando! Te lo pagaré, lo prometo. ¿Puedo tomar una pequeña copa?"

"Claro que sí, amigo!", respondió el conductor, "toma todo lo que necesites. Ciertamente hace mucho frío allí afuera".

La segunda copa fue mejor que la primera, y en un minuto ya se sentía el calor. ¡Estaba feliz! ¡Viajaba a lo de su Rebe, D-os le había realizado un milagro! El Jasid comenzó a cantar y junto con él cantaba Iván. Las 10 horas de viaje pasaron cual minutos. Antes de que lo notara, ya habían llegado a Lubavitch. El conductor lo ayudó a bajar, lo abrazó y besó y se despidieron afectuosamente. Nuestro Jasid entró a la Sinagoga y saludando a todos pidió silencio y dijo:

"Hoy he aprendido una gran lección. Ustedes saben que la Torá es comparada con el agua. Se supone que la Torá te dará calor y te hará feliz. Y eso es lo que el Baal Shem Tov y los Rebes nos enseñaron con el Jasidut (filosofía jasídica), lograr que los judíos sientan calor y alegría ¿verdad? La Torá incluye todo tipo de aguas, entonces el Jasidut debe ser la vodka de la Torá, ¿cierto?. La parte de la Torá que nos hace sentir cálidos y felices".

Nadie entendía exactamente lo que el hombre quería decirles, pero por respeto a su edad lo dejaron continuar.

"Acabo de descubrir que un Jasid puede estar rodeado de barriles de Jasidut, por el mar de la Torá, y sentirse todavía frío, incluso estar a punto de morir congelado. Pero cuando permite que aunque sea un poco de Jasidut penetre en él... Ah! ¡La historia cambia! Nos sentimos vivos y apasionados. Y a partir de ese momento somos capaces de dar calor al mundo entero..."

EL SHOFAR

Qué: El shofar es un cuerno de un animal kasher al que se le quitó la médula. Si lo soplas, vas a oír su sonido. Si soplas la secuencia indicada de sonidos en el momento indicado del año, has hecho una gran mitzvá.

Cuándo: En la Biblia, Rosh Hashaná es llamado “El día del toque del shofar”. Esa es la mitzvá del día: oír los sonidos del shofar. Dado que Rosh Hashaná dura dos días, necesitamos oírlo durante las horas diurnas de ambos días, a menos que el primer día caiga en Shabat; en cuyo caso, solamente, lo tocamos el segundo día.

Por qué: Básicamente, porque es una mitzvá. Pero los sonidos del shofar también son llamados de atención. Rosh Hashaná es el momento de sacudirnos de nuestro letargo espiritual, reconectarnos con nuestra fuente y reiniciar un compromiso con nuestra misión divina en este mundo.

Quién: Todos los hombres, mujeres y niños judíos. Todos necesitamos reconectarnos.

Dónde: El lugar de preferencia es tu sinagoga local. Allí se toca el shofar después de la lectura de la Torá.

¿No tienes forma de asistir a la sinagoga? Entonces, contacta al rabino de Jabad de tu zona. Él va a hacer todo lo que esté a su alcance por arreglar una visita a domicilio.

Cómo: Puede parecer muy simple, pero tienes que atenerte a las reglas del juego. A menos que conozcas todas las reglas, mejor será que lo dejes a cargo de tu rabino o de otro profesional. Estos son los puntos básicos:

La persona que toca el shofar recita dos bendiciones y luego toca una secuencia de tres clases de sonidos: 1) Tekiá, un sonido ininterrumpido que dura varios segundos; 2) Shevarim, tres sonidos de longitud mediana; 3) Truá, un mínimo de nueve sonidos muy breves.

Si lo haces en la forma debida, vas a completar treinta sonidos como estos. Ese es el requisito mínimo. En la sinagoga, tocamos un total de cien sonidos, en los que los toques adicionales se reparten en el transcurso de las plegarias que siguen a la lectura de la Torá.

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
Para recibir MiSinaí por email o por whatsapp, contactar por teléfono al 2628 6770 o por mail: [email protected].

 

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