Tenemos el honor de compartir con nuestros lectores MiSinaí No. 26. Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros.
No. 26
Toldot
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Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 29/11 19.23
Demás localidades ver en www.jabad.org.uy
CAVAR UN POZO
Por Yanki Tauber
Para cavar un pozo se necesita persistencia. Elija un punto y manténgase en él. No pare de cavar cuando encuentre un estrecho rocoso. Tampoco va a poder llevarse el trabajo a casa.
Para cavar un pozo se necesita humildad. Si usted es una de esas personas creativas que necesita dejar una impronta personal en todo lo que hace, busque otro trabajo. Aqui no esta creando un producto, ni siquiera lo está fabricando. El producto está debajo de la superficie, pronto y esperando. Usted está allí solo para quitar lo que está en el medio, de forma que la fuente pueda emerger, fresca y burbujeante, por sí misma.
Para cavar un pozo se necesita fe. Fe en que debajo de la arena y la roca, debajo del fango y la mugre, del polvo y la tierra, espera esa agua fresca y burbujeante, esperando a que usted se haga camino hacia ella. Fe en que si elige un punto y se mantiene en él, deja de lado sus pretensiones y simplemente se compromete a hacer lo que hay que hacer, eventualmente encontrará una veta de vida fluida.
Abraham e Itzjak tenían mucho en común por supuesto. Abraham fue el primer judío, e Itzjak fue su heredero y quien tomó la posta del credo y la moral del monoteísmo en un mundo pagano. Cada uno tuvo desafíos similares en el curso de sus vidas (décadas sin tener hijos, hambre, secuestro de la esposa, tiranos hostiles, hijos renegados...). Pero también tenían personalidades muy distintas.
Abraham estaba constantemente en movimiento; Itzjak se quedó en su lugar. Abraham era el vendedor de D-os, poniendo su tienda en el cruce de caminos de las rutas de las caravanas e invitando a los transeúntes para poder enseñarles e iluminarlos. Itzjak, por el otro lado, era del tipo silencioso y recluido; él también tuvo muchos discípulos, pero ellos se inspiraron en su piedad y compromiso más que en su carisma y activismo. En la Kábala, Abraham personifica el atributo de Jesed (benevolencia, amor), mientras que Itzjak personifica la Guevurá (rigor, temor, auto abnegación). En sus vidas diarias, Abraham era un pastor, Itzjak un cavador de pozos.
Como judíos, somos hijos de Abraham. Atravesamos el mundo como vendedores de D-os, trayendo la palabra y el camino de D-os a sus habitantes. Cuidamos del mundo como pastores de D-os, alimentando al hambriento, vistiendo al desnudo, educando al ignorante y redimiendo al oprimido. Lo transformamos como artistas y artesanos de D-os, encargados para rehacer la mente y el corazón humanos, rehacer la sociedad, rehacer la creación.
Pero incluso mientras viajamos y exploramos, incluso mientras exhortamos y enseñamos y damos y transformamos, también somos hijos de Itzjak. También apreciamos que en el núcleo de cada individuo y de cada creación descansa un pozo de aguas puras y vivificantes. Entendemos que nosotros no creamos la bondad, ni la fabricamos ni la concedemos. La bondad está allí; nosotros solo la desenterramos. Solo somos cavadores de pozos.
DOBLE IDENTIDAD
D-os le dijo a ella: “Hay dos naciones en tu vientre; dos poderes saldrán de ti. La mano superior pasará de un poder al otro.” (Bereshit 25:23)
Metafóricamente, Jacob y Esaú representan las dos almas (y sus instintos opuestos) que existen dentro de cada uno de nosotros. Todos poseemos un Jacob interno, es decir nuestra alma Divina con sus instintos Divinos, y también un Esaú interno, es decir nuestra alma animal con sus instintos egoístas. Cuando nuestra alma Divina se afirma, debilita las tendencias materialistas del alma animal.
El alma Divina se sobrepone al alma animal en la misma forma en que la luz se sobrepone a la oscuridad. La luz no tiene que esforzarse activamente para disipar la oscuridad, esta simplemente deja de existir en presencia de la luz. Similarmente, en cuanto dejamos que la santidad y la bondad de nuestras almas Divinas brillen estudiando Torá y cumpliendo con los mandamientos, el egoísmo del alma animal desaparece.
Séfer HaMaamarim 5691, pág. 328
Bereshit (Génesis) 25:19 – 28:9
La sexta sección del libro de Génesis describe la historia (Toldot, en Hebreo) de Isaac y sus hijos, el justo Jacob y el malvado Esaú. Comienza relatando sus nacimientos, que vaticinan su futuro conflicto. Esaú, el primogénito, le vende su primogenitura a Jacob. La narrativa luego sigue a Isaac en Filistea, enfocándose en el curioso proyecto de cavar pozos. Luego vemos a Esaú casarse. Poco después, Rebeca toma la iniciativa de engañar a Isaac para que le conceda a Jacob sus bendiciones - y con eso el futuro liderazgo del pueblo judío - en vez de a su primogénito de hecho Esaú. Luego de darse cuenta que Rebeca estaba en lo correcto, Isaac envía a Jacob a Aram para que se case con la hija de uno de sus parientes.
"TE ENVIDIO" ME DIJO EL REBE
Es domingo. La fila de personas que esperan para ver al Rebe es muy larga. Después de esperar durante horas, finalmente me encuentro cara a cara con el Rebe. Al principio lo único que vi fueron los penetrantes ojos del Rebe. Me olvidé de todo lo que había preparado para decirle. Finalmente le dije “Tengo un problema… estoy empezando a ser más observante, pero estoy involucrado en una relación inapropiada…”.
Ya me estaba adelantado a la respuesta. Probablemente el Rebe se iba a enojar y me iba a decir que estaba cometiendo un terrible pecado. El Rebe me iba a hablar del Cielo y del Infierno... Pero la respuesta fue totalmente diferente. La expresión del Rebe era muy seria, pero creí percibir la sombra de una sonrisa en sus labios.
“Te envidio”, me dijo el Rebe.
Al principio no entendí lo que el Rebe había dicho. El Rebe, el piadoso judío, el admirado Rabino y genio de la Torá, el famoso líder judío ¿me envidia a mí?
El Rebe continuó: “en la vida hay muchas ‘escaleras’. Cada persona, ya sea hombre o mujer, tiene su propia ‘escalera’ que subir. Nunca me vi enfrentado a un desafío como el tuyo. D-os te ha dado una elección; esa es tu escalera personal cuyo punto más alto llega a los Cielos. En esta prueba está el desafío que te puede elevar a la mayor de las alturas”.
No recuerdo lo que sucedió después. Varios minutos más tarde me encontré en la sinagoga, sollozando como un bebé. Alguien se me acercó y me preguntó si quería un poco de agua y, antes que pudiera contestar, me alcanzó un vaso de agua…
LAS COMIDAS DE SHABAT
“Llama al Shabat un deleite” (Isaías 58:13)
En el Shabat nos elevamos por encima de las distracciones y frustraciones de la semana, y nos enfocamos en objetivos superiores, como D-os y la familia. Nos deleitamos en el Shabat participando de tres comidas, donde las familias pueden conectarse e inspirarse. Las primeras dos, el viernes de noche y sábado al mediodía, se preparan en forma generosa, con comidas suntuosas y platos especiales. La tercera, hecha sobre el fin del Shabat, es generalmente una comida ligera.
Lo Preliminar:
La mesa se adorna con un mantel elegante, velas de Shabat, platos “especiales”, y dos jalot cubiertas. Las primeras dos comidas comienzan con el kidush recitado sobre una copa de vino.
Después del kidush, hacemos el lavado ritual de manos para el pan. El jefe de la casa toma dos jalot, marca una de ellas con un cuchillo, dice la bendición de Hamotzí y corta una rebanada. Todos comen un pedazo de jala con sal.
La Comida:
Derrochar en las comidas de Shabat es una virtud. Es una mitzvá darse el gusto con vino fino y carne tierna.
La comida tradicional de Shabat tiene varios platos, e incluye pescado, sopa, carne o pollo, y acompañamientos. (Sirva el pescado y la carne o pollo en platos distintos, con cubiertos y platos separados). Para el almuerzo es costumbre comer “cholent”, una comida a la cacerola preparada antes del Shabat que se mantiene caliente toda la noche en la cocina.
Canciones e inspiración:
Disfrute de tiempo de calidad con su familia. Cante canciones judías alegres. El sentimiento sagrado y especial que imbuyen es indescriptible. Comparta palabras de Torá. Prepare una discusión profunda, quizás algo sobre la lectura semanal de la Torá. Capture la imaginación de sus hijos con una historia judía.
Concluya con la Bendición Después de las Comidas.
MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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