Tenemos el honor de compartir con nuestros lectores MiSinaí No. 29. Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros.
No. 29
Vaieshev
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Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 20/12 19.39
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COMO IOSEF MANTUVO SU SERENIDAD
Rochel Holzkenner
El Baal Shem Tov instigó una revolución espontánea a lo largo de toda Europa, llamada Jasidismo. En el centro de esta filosofía jasídica puso el principio de hashgajat pratit, providencia divina, la creencia de que D-os está realmente a cargo de todo, manejando cada detalle de nuestras vidas. Tuvo muchos oponentes que se enfrentaron a él. Quizás temían que esta creencia haría que la gente evada la responsabilidad y se vuelva pasiva. Pero el Baal Shem Tov enseñó que una verdadera comprensión de la hashgajat pratit genera proactividad, no pasividad.
¿Cómo es esto? Un examen de la historia bíblica de Iosef puede dar luz sobre este asunto.
La descripción que hace la Torá de Iosef no deja duda de que era un hombre con un compromiso absoluto en su creencia en la providencia divina. Cuando Iosef revela su verdadera identidad a sus hermanos, los ayuda a salir de su culpa paralizante compartiendo con ellos su versión sobre su venta:
Pero no se aflijan ni les pese por haberme vendido acá, que para preservar la vida me envió Elokim delante de ustedes, porque ya son dos años que hay carestía en la tierra, y aun restan cinco años en los que no habrá arada ni siega. Elokim me envió antes que ustedes para asegurarles la supervivencia en la tierra, para sostenerlos de una manera extraordinaria.” (Bereshit 45:5-7)
Es verdad, sus hermanos lo tomaron a él, un hijo adorado de la ilustre familia de Iaacov, y lo convirtieron en un pedazo de carne a ser rematado en un mercado. Pero él no estaba enojado con ellos, porque no los consideraba responsables por su humillación. En su mente era D-os, y solo D-os, quien dirigía su destino.
La estadía de Iosef en Egipto iba de mal en peor. Inicialmente fue vendido a Potifar, un dignatario egipcio, con quien fue muy exitoso, pero luego fue arrestado. Su supuesto crimen fue fabricado por la esposa de Potifar como venganza por el rechazo de Iosef a sus avances seductores. Iosef fue forzado a estar en prisión por años.
Mientras tanto, Iosef permaneció fiel a su creencia de que D-os estaba manejando el curso de su vida, y que había un sentido detrás de todo el caos.
Y entonces, un día, Iosef se dio cuenta que dos de sus compañeros de cárcel estaban deprimidos. El maestro de coperos y el maestro de panaderos del Faraón habían sido encarcelados por errores culinarios. Su dolor le preocupó a Iosef y se acercó a ellos. “¿Por qué se ven tan turbados hoy?”
“Tuvimos un sueño”, respondieron, “y no hay quien lo interprete” (Bereshit 40:7-8)
Iosef interpretó sus sueños correctamente. Dos años después, el maestro de coperos recomendó a Iosef al Faraón cuando este también tuvo sueños desconcertantes. Iosef interpretó exitosamente los sueños del Faraón y el resto es historia. Se convirtió en el vicerrey del Faraón, y salvó a Egipto y a toda su familia del hambre durante la sequía.
Pero volvamos a su pregunta original, la que desencadenó toda la secuencia de eventos que siguieron: “¿Por qué se ven tan turbados hoy?”
Si Iosef se hubiera sentido impotente y con ira, como se hubiera sentido cualquier otro en su lugar, hubiera sido incapaz de responder al dolor de otros, sino sólo al suyo. La gente con ira no nota el dolor de otras personas. Y ¿por qué Iosef se habría de acercar a funcionarios de un gobierno que lo había encarcelado injustamente?
Pero Iosef no estaba enojado, ni con el gobierno, ni con la esposa de Potifar, ni con sus hermanos. Y así, retuvo su serenidad incluso en la cárcel.
De forma que Iosef estaba en sintonía con el dolor de otras personas, y fue por lo tanto capaz de hacer ese pequeño acto de bondad. Poco sabría que eso cambiaría al mundo.
La convicción de que D-os está aquí, dirigiendo todo lo que sucede, es como un ajuste quiropráctico espiritual, que cambia nuestro enfoque de la frustración a la curiosidad. La respuesta instintiva de “¡¡Esto está mal; no me debería de haber pasado a mi!!”, se convierte en: “Esto es una oportunidad, ¿por qué sino me habría de pasar a mi?”
Nuestro trabajo es buscar oportunidades para hacer la diferencia. Y a veces una pequeña rendija de oportunidad trae todo un mundo nuevo de aire fresco.
Esto me recuerda la respuesta del Rebe a un periodista de la CNN que estaba en la famosa fila del dólar que se formaba todos los domingos fuera de los cuarteles centrales de Lubavitch. Cuando llegó su turno y llegó frente al Rebe, le preguntó, “¿Cuál es su mensaje para el mundo?”
El Rebe respondió, “el Mesías está pronto para venir ahora. Solo debemos hacer algo adicional en el ámbito de la bondad y la generosidad”.
ENFRENTANDO TENTACIONES
[José le dijo a la esposa de Potifar] “¿Cómo voy a cometer esta gran maldad y pecar contra D-os?” (Bereshit 39:9)
Siendo un esclavo, José obviamente estaba a merced de la esposa de su amo. La esposa de Potifar intimidó a José con todo tipo de amenazas, incluyendo la muerte, si él no accedía a su seducción. Pero entonces José vio una imagen del rostro de su padre Jacob frente a él, de lo que comprendió que estaba obligado a resistir sus tentaciones. El rostro de Jacob le recordó a José que nuestros pecados individuales no son meramente un asunto personal nuestro para los que pueden haber racionalizaciones mitigantes; sino que afectan el balance moral de toda la realidad.
Cuando nos enfrentamos con tentaciones, es tentador convencernos que nadie se va a enterar, que está técnicamente justificado, que sucumbir a ellas es sólo un retroceso temporario y que después nos podemos arrepentir y así sucesivamente. En dichos momentos, nosotros también debemos “visualizar la imagen de Jacob”, es decir, recordar que nuestras acciones no son meramente las acciones aisladas de individuos en momentos y lugares aislados. Nuestras acciones tienen ramificaciones cósmicas; pueden dañar o curar a todo el mundo.
Talmud, Iomá 35b; Bemidbar Rabá, 14:18.
Hitvaaduiot 5721, vol. 1, págs. 262-265.
PARASHÁ EN 30"
Bereshit (Génesis) 37:1 – 40:23
La novena sección del libro de Génesis comienza con la crónica de José, hijo de Jacob. José comparte sus sueños, en los cuales se ve a sí mismo como el futuro líder de la familia de Jacob, con sus hermanos. Esto convence a sus hermanos que él representa una amenaza para la misión Divina de la familia, y deciden eliminarlo. Es vendido como esclavo a Egipto, donde primero asciende a una posición de responsabilidad en la casa de su amo luego de lo cual es puesto en prisión como resultado de acusaciones falsas. Interrumpiendo esta narrativa está el relato de cómo el hijo de Jacob, Judá, es excluido por su familia y luego es engañado para tener hijos con su nuera viuda Tamar.
EL JUEGO
En una oportunidad el Rabino Menajem Najum de Stepinesht, maestro jasídico, se detuvo para observar a sus alumnos mientras jugaban a las damas en Janucá. Y preguntó: "¿Me podrían explicar las reglas del juego?" Ninguno de los estudiantes le contestó, por lo que el propio Rabino dio la respuesta a su pregunta: "
Las reglas básicas son tres. 1) No retroceder, 2) no hacer dos jugadas de una sola vez, y 3) cuando se ha llegado a la última fila, se tiene el poder para ir a donde se quiera."
Recuerden que estas 'reglas del juego' ¡son para el resto de vuestras vidas!
LA MENORÁ DE JANUCÁ
Por qué: El encendido de la Menorá fue instituido como una estrategia de publicidad: dar a conocer a todo el mundo que D-os hace milagros por aquellos que defienden la verdad y la justicia.
Cuándo: Los Macabeos expulsaron a las fuerzas de la oscuridad con espadas; nosotros lo hacemos con velas. Es por esto que encendemos la Menorá poco después de la puesta del sol. Dos excepciones: el viernes a la tarde encienda las velas antes de la puesta del sol. El sábado a la noche, enciéndalas cuando ya es de noche.
Dónde: Donde quiera que esté viviendo en el momento. Ponga la Menorá en un corredor central, cerca del marco opuesto a la mezuzá. Otros tienen la costumbre de ponerla frente a una ventana que da a la calle.
Quién: Toda persona judía, hombres, mujeres y niños. En muchos hogares el jefe de la casa enciende una Menorá para todos. En otras, todos encienden la suya. Algunos encienden una vela y dejan que los niños enciendan el resto.
La Menorá: El milagro de Janucá está asociado con el aceite de oliva, de forma que este es el combustible preferido. Pero puede usar cualquier vela que arda hasta media hora después del anochecer. Las menorás eléctricas son buenas para decoración, pero va a necesitar una con velas para cumplir con la mitzvá.
Cómo:
1. Haga que todos se reúnan alrededor de la Menorá.
2. Encienda la vela del shamash (“asistente”).
3. Parado, recite las bendiciones que están en el libro de oraciones.
4. Encienda las velas. En la primer noche ponga una vela a la derecha de la menorá, y agregue una cada noche hacia la izquierda. Cada noche, encienda la nueva vela primero y continue encendiendo de izquierda a derecha. Agregue de derecha a izquierda y encienda de izquierda a derecha.
5. Ponga el shamash en su lugar en la menorá y cante los himnos de Janucá de “Haneirot Alelu” y “Maoz Tzur”.
6. Permanezca alrededor de las velas cerca de media hora (excepto el viernes por la tarde). Comparta algunas historias de Janucá con su familia, disfrute de un juego de dreidel y ¡deléitese con algunos latkes calientes!.
MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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