Con el académico y traductor egipcio Amr Zakarya
Este martes 25 de febrero falleció a los 91 años de edad, el ex Presidente de Egipto Hosni Mubarak, al parecer a raíz de las complicaciones sufridas tras una reciente intervención quirúrgica. Mubarak, ex General en la Fuerza Aérea de su país, ascendió al poder a raíz del asesinato del Presidente Anwar el-Sadat cuando él era Vicepresidente, y gobernó desde 1981 hasta su derrocamiento a comienzos del 2011.
El Primer Ministro de Israel Biniamin Netanyahu se pronunció sobre la muerte de Mubarak, expresando “profundo pesar, en nombre de la ciudadanía israelí y el gobierno de Israel”. Netanyahu llamó a Mubarak de “mi amigo personal”, y aseguró que fue “un líder que condujo a su pueblo a la paz y la seguridad, a la paz con Israel”. Cabe recordar que la paz entre Israel y Egipto fue firmada por su antecesor Sadat, el 26 de marzo de 1979. Mubarak heredó ese acuerdo de paz y en efecto lo preservó, aunque nunca convirtió esa relación en un vínculo cálido de paz entre ambos pueblos.
“Me reuní con el Presidente Mubarak en muchas ocasiones, quedé impresionado por su compromiso”, dijo Netanyahu. “Nosotros seguiremos marchando por este camino conjunto. Quisiera transmitir mis condolencias al Presidente Al-Sisi, a la familia Mubarak y al pueblo egipcio”.
Para analizar la situación un poco más a fondo de lo que transmiten los comentarios oficiales y formales en una situación así, nos comunicamos con Amr Zakarya (48), conocido traductor del hebreo al árabe (ya ha traducido 24 libros), académico, Director Administrativo del Centro Académico Israelí en el Cairo desde 1996. En conversación desde El Cairo, Amr comparte su visión, que combina por un lado tristeza, como ciudadano egipcio, por la muerte de quien rigió los destinos de su país durante tres décadas, y por otro no pocas críticas, tanto en lo interno como en lo relacionado a la paz con Israel.
P: Amr, quisiera comenzar preguntándote casi a nivel personal, como ciudadano egipcio, cómo estás viviendo el fallecimiento del ex Presidente Mubarak.
R: Ante todo, Egipto ha declarado tres días de duelo oficial. Como ciudadano egipcio le diré que recuerdo a Mubarak desde mi niñez. Yo recuerdo, cuando tenía 10 años, su ascenso al poder. Hoy tengo 48, y mi hija mayor ya tiene 18. O sea que dos generaciones vivimos con Mubarak, hasta que cayó en el 2011.
Creo que uno de sus grandes logros fue la estabilidad que logró preservar en Egipto, sin entrar en conflictos con ningún otro país. Supo preservar la paz con Israel, intentó desarrollar la economía pero en los últimos 10 años de su gobierno no alcanzó ningún logro. Yo personalmente, a pesar de las críticas que su gobierno me mereció, también siento cierta tristeza.
P: ¿Cómo se puede comparar entre la época de Mubarak, al que se derrocó como un dictador, con la situación actual? No podemos decir que el régimen actual sea un dechado de democracia.
R: Yo considero que no se puede comparar ambas situaciones. Durante los 30 años del gobierno de Mubarak, había una gran estabilidad en Egipto. La represión que él ejerció era absolutamente innecesaria. Y una de las razones por las que el pueblo se levantó contra él era precisamente su despotismo, la crueldad de la policía con la gente. En sus últimos años como Presidente, no se preocupó de las necesidades de la población, de lograr desarrollo económico y de atender la salud pública y la educación, temas esenciales por cierto para todos.
Hoy en día Egipto intenta recuperarse de la sacudida que se vivió en todo el mundo árabe en la así llamada primavera árabe, volver a la estabilidad de los tiempos de Mubarak y luego tratar de construir un país verdaderamente democrático. Pero primero necesitamos estabilidad, calma, tras los años transcurridos al ser derrocado Mubarak y el ascenso y posterior caída de los Hermanos Musulmanes. Ahora sufrimos de terrorismo, deterioro económico a un grado que no había antes…Recién después se podrá abordar la reconstrucción política, con partidos democráticos. Eso es algo que Mubarak nunca intentó durante 30 años.
P: ¿Cómo crees que Israel debe recordar a Mubarak? No fue él quien firmó la paz, aunque por cierto la preservó, pero la mantuvo siempre como una paz muy fría y él mismo ni siquiera visitó realmente Israel, más que para el funeral de Itzjak Rabin.
R: Mubarak en efecto mantuvo las relaciones de paz con Israel, pero no hizo nada para desarrollarlas. No tomó ninguna medida ni dio ningún paso para que la paz toque a los pueblos sino que la dejó a nivel de relacionamiento entre los dos gobiernos. Creo que eso no era lo que Sadat quería. Él sí quería paz entre los pueblos.
P: Y Mubarak tuvo mucho tiempo para cambiar la situación.
R: Por supuesto. Podría haber educado hacia la paz en las escuelas, para que la nueva generación crezca con un nuevo espíritu respecto a la relación con Israel, pero no lo hizo. La paz con Israel no aparece en los programas de estudio e Israel ni siquiera aparece en el mapa de la región. En todos dice “Falestin”, Palestina. En los programas de estudio Israel apareció siempre como enemigo de Egipto y Mubarak tenía mucho para cambiar al respecto, pero no lo hizo. Si la paz hubiera crecido desde abajo, entre los pueblos, habría habido mucho para hacer y avanzar. Espero que se llegue en algún momento a una paz verdadera. Y en ese sentido, mucha gente en Egipto considera que Israel debe mostrar que realmente quiere solucionar el problema con los palestinos, que sin eso, no puede haber normalización.
P: ¿Crees que hay hoy, con el gobierno de Al-Sissi, un encare un tanto distinto?
R: La situación hoy no es muy distinta de la que reinaba en los tiempos de Mubarak. Aunque él no educó a la nueva generación a la paz con Israel, tenía una muy buena relación a nivel de gobiernos. Era una paz por intereses, claro está, y hoy inclusive hay cooperación en la lucha contra el terrorismo, pero no educación hacia la paz. Es algo en lo que hay que trabajar.
Para Mubarak lo principal fue en su momento recuperar el liderazgo de Egipto en el mundo árabe y las relaciones con todo ese mundo, que se habían roto a raíz del acercamiento de Sadat a Israel. Para lograr ese objetivo, Mubarak no podía promover una relación muy cercana a Israel. Le bastaba con que no haya guerra y haya una buena relación con el gobierno.
P: Y tú, tan cercano a Israel, hablando en perfecto hebreo…sigues siendo un caso “extraño” en Egipto ¿verdad?
R: Así es. No soy el único que defiende la paz con Israel, pero sin duda esto no es lo común. Lo que me distingue a mí es que aprendí hebreo, leo en hebreo, traduzco del hebreo, y puedo realmente saber lo que pasa en forma directa, sin tener que escuchar lo que me dicen de arriba para conocer la situación. Pero la mayor parte de la población en Egipto forja su opinión en base a la incitación que oyen, más que nada en los medios de comunicación, por órdenes de arriba. Esto, porque no se educó al pueblo hacia la paz, por lo que yo culpo directamente a Mubarak, que en 30 años podría haber logrado mucho al respecto.
Recordemos que Egipto estuvo ocupado por Gran Bretaña durante 76 años, pero la gente se olvidó, hay buenas relaciones, todos quieren viajar a Gran Bretaña. Pero cuando yo voy a Israel y vuelvo , no le cuento a nadie, y aún me hacen problemas en el aeropuerto al volver. Espero que algún día la situación mejore.
P: Que así sea. Gracias Amr.
R: A ti.