Una perspectiva judía, con los Rabinos Max Godet y Daniel Dolinsky
La pandemia con la que lidia el mundo todo, enfrenta a la humanidad a un sinfín de problemas, no sólo relacionados estrictamente a la salud y a desafíos logísticos para responder a las urgencias, sino también a temas de fe, ética y religión. Uno de ellos es el de la cremación de los cuerpos, que en algunos sitios se ha impuesto como la única opción para evitar todo riesgo de contagio al tocar al fallecido.
Planteamos el tema también en el seno de la colectividad judía uruguaya y recibimos interesante opiniones de dos rabinos: Max Godet de la Kehila y Daniel Dolinksy de la NCI. Se refieren también a la singuaridad de la situación actual.
Aquí lo compartimos.
De Max Godet, Gran Rabino de la Kehila
“Hace unas semanas tuvimos una primera reunión con la Comisión del Plan de Emergencia comunitario del Comité Central y me explicaron la situación, lo que podría llegar a pasar en este tema, por el Corona. Ni yo ni nadie podíamos creer hace pocas semanas que estaríamos pasando por una situación así. Enseguida empezamos a hablar sobre las medidas que tomaríamos en la “Jevra Kadisha” (encargada de dar sepultura a los muertos) y ya empezamos a instruir al personal. Les llevamos ropas especiales con protección , máscaras especiales y demás, para que empezaran a hacer todas las “taharot” (purificación del cuerpo). Ya lo están haciendo respetando estas nuevas medidas de seguridad.
Estamos en contacto también con autoridades del Ministerio de Salud Pública. Y nuestra posición clara: vamos a respetar plenamente, sin dudar ni un segundo, las indicaciones de las autoridades. Si el tema de cremar a los cuerpos es sólo una recomendación, significa que no es obligatorio y que podemos tomar todas las medidas de seguridad necesarias para hacer el entierro como corresponde, dando “kavod”, respeto, a los cuerpos, a los muertos, como lo indica nuestra tradición, pero sin “tahará”, el lavado del cuerpo, algo que no se puede cumplir con fallecidos por Corona.
De todos modos, si el entierro mismo pone en riesgo la salud de las personas vivas que están a su alrededor, esto no aplica. Y si el tema de las cremaciones deja de ser una recomendación y pasa a ser una indicación, obviamente que lo vamos a acatar. No vamos a poner en riesgo a nadie para cumplir nuestra tradición y ley religiosa, ya que la vida viene antes.
Obviamente del tema del Coronavirus ha influenciado mucha cosa. Todas las ceremonias en el cementerio, sea por shloishim (el mes del fallecimiento), matzeiva (colocación de lápida) u otras, deben suspenderse. Me da mucha pena porque para la gente es muy importante dar el honor a sus seres queridos fallecidos en cada fecha. Tampoco se puede hacer velorios.
En otros ámbitos, la ley judía y la vida judía se pueden cumplir en la casa. Es hermoso ir a la sinagoga y tener vida comunitaria, pero el judaísmo está también en el hogar. Así que se hace el Shabat en el hogar, rezos en el hogar, Pesaj en casa, todo en casa. Se puede vivir sin minian de 10 hombres que rezan juntos, se puede vivir sin sinagoga pero no se puede vivir sin familia.
Así que estas semanas estamos plenamente enfocados en nuestra casa, también damos clases online, realizamos citas de trabajo de la misma forma yo también hago así la labor del rabinato, reuniones con novios, clases de conversión, de Shlom Bait (intentos de conciliación en parejas con problemas de relacionamiento), divorcios, todo sigue funcionando por videoconferencia. O sea que la vida comunitaria sigue, el Rabinato sigue trabajando desde la Kehila y todas las comunidades continúan haciéndolo. Seguimos buscando ideas, creando ideas para estar cerca de la gente.
Algo importante de destacar es que creamos un grupo de decenas de voluntarios que todos los días están haciendo llamadas a la gente mayor de la comunidad que está en cuarentena para saber cómo están, en que se les puede ayudar.
En resumen, la vida judía tiene que seguir, la vida comunitaria debe continuar, aunque adaptándonos por supuesto a las nuevas necesidades".
Rabino Daniel Dolinsky de la NCI
“No solamente estamos confinados en nuestros hogares, sino que también estamos llamados a revisar aquello que nos marca desde nuestra tradición, la práctica y la vida judía y resignificarla a partir de nuevas formas de llevar adelante nuestro vinculo con el judaísmo, entre ellas cómo nos vinculamos con situaciones complejas, con situaciones críticas como es la partida de miembros de nuestras comunidades a lo largo y a lo ancho del mundo, y que ellos partan, D´s no permita, por esta situación del coronavirus.
En tiempo de aislamiento nos encontramos con que las prácticas normales que tienen que ver con la cuestión de duelo y deudos se encuentra trastocada ya que hay altas prohibiciones hay muchas limitantes que no nos permiten desplegar esos momentos como debería ser.
En el movimiento Masortí, conservador, consideramos que en diferentes circunstancias de la historia nuestros antepasados se vieron expuestos a situaciones graves de epidemias o pandemias y tuvieron que dar respuestas, tuvieron que encontrar un punto de equilibrio entre lo que se debe hacer (la Halajá) y lo que se plantea sobre la “shaá”, la necesidad de la época. De hecho ya en la época talmúdica nuestros sabios establecieron un concepto muy interesante que es hasta hoy en día un pilar rector de muchos de nuestros comportamientos halajicos que dice "Dina deMaljuta dina" , o sea que la ley del país, del Estado, es para nosotros ley que se debe cumplir. Y si se encuentra en contradicción con alguna norma de la la tradición judía, debe prevalecer aquella norma que estableció el Estado de modo que nuestra tradición debe adaptarse a ella. Debemos ser muy respetuosos de aquello que establecen las autoridades constituidas, en este caso lo que determine el Ministerio de Salud Pública.
Esto puede también llevarnos a situaciones extremas. En diversos países ya se han establecido prácticas circunstanciales ante la muerte de gente por Coronavirus. Me refiero a países donde se dijo que el cuerpo puede seguir contaminando por fluidos incluso después de la muerte y por lo tanto establecieron en algunos casos como única solución la cremación.
La Comisión de Halajá del movimiento Masortí se ha reunido y está estudiando y trabajando sobre el tema. Ha producido algunos documentos que nos comprometen en primera instancia a saber que frente a circunstancias o situaciones que están más allá de nuestro propio domino de nuestro propio manejo, nosotros tenemos que tener esa capacidad de adaptación. Hoy lo primero que está establecido es que no se realiza la tahara, el baño ritual previo al entierro para poder envolver al fallecido en los “tajrijim”.
Este es un tema en desarrollo que implicará seguramente idas y venidas y en gran parte tratar de generar el menor impacto posible en nuestras tradiciones, sabiendo que en este momento todos nosotros debemos hacer nuestro máximo esfuerzo y poner nuestro máximo compromiso para que la pandemia deje de desplegarse y desarrollarse y podamos vencerla a lo largo y a lo ancho del mundo. Ese es también es parte de un compromiso de acción judía que debe ser rector para todos nosotros.
Debemos ser un realmente un pueblo responsable,ciudadano del mundo, sabiendo que ya tendremos tiempo para volver a nuestras tradiciones milenarias pero que en este momento si se contradice con aquello que las autoridades ponen sobre nosotros debemos trabajar en la contención amorosa de cada una de las familias de nuestra comunidad y poder poner lo mejor de nosotros respetando aquellas normas que se establezcan que sin duda están por encima de cada uno de nosotros y que nos igualan y nos constituyen en sociedad”.