Queridos amigos, hay oportunidades en que creemos que hemos visto todos los absurdos posibles, en el obrar de los organismos internacionales, bajo la tutela de la ONU, en lo referido a Israel y el conflicto israelo-palestino. La realidad, nos demostrará que estamos equivocados.
Siempre y bajo los auspicios de los palestinos, podremos enfrentarnos a acontecimientos irracionales de tal magnitud, que fácilmente podremos creer que estamos frente a una mala película de absurdos, en que se logra sobrepasar sobradamente, nuestra capacidad de imaginación y asombro.
Recientemente, hemos sido testigos de 3 acuerdos, que calzan perfectamente al cuadro ya descrito. Todos se dan en un corto período de tiempo, lo que nos lleva a esta conclusión. Veamos de que estamos hablando: El Grupo de las Naciones Unidas de los 77 más China, conocido como G77 + China, acaba de elegir como su Presidente, al Presidente de Palestina, Mahmoud Abbas. La Unión Europea (UE) declaró que Abbas ya finalizó su período presidencial, por lo que debe llamar a elecciones para elegir un nuevo Presidente y la ONU reconoce que Hamás dispara y guarda cohetes en zonas prohibidas.
Analicemos cada uno de estos acuerdos en profundidad. El G77, que según fuentes de la ANP (Autoridad Nacional Palestina) la integran 134 países, ha elegido como su Presidente al ¡Presidente Abbas! ¿Presidente de qué? ¿Con qué legitimidad se arroga dicho título, cuando la UE necesitó 8 años para darse cuenta que su mandato caducó en el 2011? ¿A quién representa este personaje?
Sabemos que Palestina no es el nombre de ningún país actualmente y nunca existido. Al serlo de la ANP, no lo acredita como mandatario de un país determinado. Incluso si se quisiera aducir que es la patria palestina, se estaría desconociendo que en la actualidad, estos están divididos entre los que son tiranizados por la ANP en Judea y Samaria y los subyugados por Hamás, en la Franja de Gaza.
Que debe caracterizar a una nación para serlo: Tener fronteras determinadas en que, desde luego, se sabe cuál es su capital. Aquí ¿Es Ramallah? El mundo así lo estima, pero ellos aseguran que es Jerusalén, la cual tenemos muy claro, es la capital de Israel. Para hacer más compleja esta respuesta, ¿En qué estatus queda Gaza, la capital de la Franja, sobre la cual Abbas carece de autoridad?
¿Cuál es el idioma y que moneda circula en Palestina? ¿En que se basa su economía, o pretende seguir viviendo eternamente de las donaciones de organismos internacionales y países que, voluntariamente, aportan sumas cuantiosas para que solventen sus gastos?
Esto, nos lleva al asunto de la frontera. ¿Alguien, incluidos los propios palestinos, podría indicarlas con datos fidedignos y reales? Para aquellos que estén pensando que la culpa de estas anomalías es de Israel, recordemos que el 14 de Mayo de 1948, acorde al acuerdo de la ONU de establecer un Estado Judío y otro Árabe en lo que era el mandato británico, sólo Israel lo acató, mientras el otro Estado no figuró ni siquiera en los pensamientos más remotos de los países integrantes de la Liga Árabe, los cuales invadieron la zona con la declarada intención de hacer desaparecer borrando hasta sus cimientos, a la nación judía. Fue necesario que Israel conquistara la totalidad del ex mandato británico, para que naciera el concepto de “palestinos” en la población árabe y la necesidad de crear el Estado acordado por la ONU. Con todos los territorios que iban quedando, luego de cada guerra, perfectamente podrían haberlo creado, pero nadie tenía ni la intención ni el deseo de hacerlo.
Para finalizar, una nación que se considere como tal, debe tener un Presidente, elegido democráticamente, dentro de lo posible y por el período que su propia constitución lo establezca. Si no reúne estos requisitos, no será Presidente sino que un Dictador. Hemos visto que la UE acaba de “descubrir” que Abbas fue elegido el 2007 por 4 años, pero Abbas, por propia decisión, no ha llamado a elecciones, por lo que al menos éste organismo, no lo considera legítimo.
Resumiendo, el G77 ha elegido para dirigirlos, a un Presidente que no lo es, perteneciente a un país que no existe y donde llega la culminación de la más refinada y aplaudida hipocresía, es el discurso de Abbas al asumir el cargo, ya que basándose en el reciente atentado en Kenia, condena al terrorismo, llamando al mundo entero a combatirlo por todos los medio posibles.
¿Se imaginan al principal y más asiduo promotor del terrorismo palestino, llamando a combatirlo severamente? ¿Se olvidó tan siniestro personaje que él es un seudo Presidente que promueve y fomenta el terrorismo, al punto que gran parte de su presupuesto, financiado por donaciones del mundo, lo dedica a pagar estímulos a los terroristas presos por el delito de haber efectuado atentados terroristas contra civiles israelíes y, a los que sucumben al efectuar sus macabras actuaciones, le otorga dichos estímulos, de por vida, a los familiares más cercanos, dependiendo en ambos casos, presos y muertos, una cifra acorde al daño causado. Mientras más civiles israelíes muertos, mayor será lo otorgado.
Por ningún motivo me hago la ilusión que el acuerdo de la UE sobre la ilegitimidad de Mahmoud Abbas, tenga que ver con un vuelco a favor de Israel. A diario estamos viendo como las muestras de antisemitismo, resurgen vigorosos y emponzoñados a través de toda Europa. Es sabido como desde siempre, el antisemitismo ha reinado en sus distintos países. En estos días, hemos visto como muchos de sus integrantes inician acercamientos al Estado de Israel, mientras las muestras y actos antisemitas, se multiplican en sus propios territorios, sin que las supuestas medidas para evitarlo, surja efecto alguno.
No son pocos los ingenuos que pretenden atribuir este rebrote antisemita al problema israelo-palestino, condenando a Israel cada vez que se defiende, pero condenando con mayor dureza, los atentados terroristas cuando ellos son las víctimas. Si fuera este el real motivo antisemita ¿Por qué existía desde cientos de años previos al renacer de Israel y cuando el concepto de “palestino” simplemente no existía?
Este fenómeno, se está dando no sólo en Europa. También lo vemos en el continente americano. Desde siempre, la extrema derecha ha sido la fuente que ha dado vida a los más refinados métodos antisemitas. Hoy, debemos agregar a la extrema izquierda, auto titulados de “progresistas” y, en Europa, le agregamos a los invasores musulmanes que, lenta pero eficazmente, van ganando más espacio en la vida y costumbres de sus habitantes.
Nuevamente nos encontramos con una realidad que nos hace más difícil entender esta moda antisemita. Estamos presenciando Presidentes de extrema derecha, que se acercan y proclaman su “amor” por Israel. El más destacado de todos, es Yair Bolsonaro de Brasil. Ucrania honra a militares que colaboraron con los nazis en sus intentos de la “solución final” mientras firma, por primera vez en su historia, acuerdos multilaterales con Israel. En Inglaterra, un antisemita declarado, el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, cada día tiene más opciones de llegar al cargo de Primer Ministro, mientras el actual gobierno, recurre a Israel para solucionar problemas tan graves como fue la obstrucción de su principal aeropuerto, por drones desconocidos.
Para finalizar, veamos el acuerdo de la ONU, sobre el actuar de Hamás. “Reconoce” y “No Condena” que dispara y guarda cohetes en zonas prohibidas, como ser escuelas, hospitales, mezquitas y casas de civiles. Hasta donde me he enterado, en ninguna parte de este reconocimiento, se menciona que los cohetes son para atacar civiles israelíes, ya que Hamás sabe que el ejército israelí, el más ético del mundo, se abstiene de atacar lugares conocidos desde donde se lanzan y guardan dichos cohetes, para no dañar a civiles palestinos. Cuando de Israel se trata, la “condena” más categórica, no se hace esperar, incluso antes de haber visto los antecedentes.
David ben Jaim