Aprovechando el tiempo artísticamente en el tren
Dina Alfasi (49), casada y madre de un hijo de 15 años, Ayudante de Arquitecto de profesión, vive en Hadera y trabaja en el hospital Rambam de Haifa, por lo cual tiene todos los días algunas horas de viaje. No las desaprovecha. Le gusta observar a la gente y sacarles fotos, con lo cual ya ha cruzado fronteras.
Aunque no es fotógrafa profesional y esto es para ella solamente un hobby, sus fotos ya le han valido reconocimientos internacionales. Eso hace más interesante aún conocer un poco los entretelones de este amor al que dedica parte de su tiempo.
P: Dina, un gusto estar en contacto directo contigo luego de haber visto tus fotos. No te dedicas a la fotografía en forma profesional sino como hobby, pero aún así has tenido mucho éxito. ¿Cómo lo explicarías? ¿Qué te parece que hay de especial en tus fotos?
R: Suelo fotografiar gente. Creo que hay algo apasionante en la capacidad de observar a las personas en su vida diaria, desde un costado. Las fotos logran capturar pequeños momentos, humanos y emocionantes. Siento que todo aquel que mira mis fotos puede crearse una historia imaginaria de lo que está viendo o lo que cree que sucedió cuando yo estaba tomando esa foto. Y son esas historias que las fotos transmiten lo que hace que la gente se identifique y las ame. Si logro realmente transmitir una historia, sin palabras, sólo con la imagen, siento que logré lo que quería.
P: ¿Cómo comenzaste con esto? Entiendo que esto además, la fotografía se convirtió casi en una ocupación paralela a tu trabajo en el hospital.
R: Yo viajo todos los días al trabajo y por supuesto vuelvo a mi casa, por lo cual paso muchas horas por día en el transporte público. Al principio, simplemente para entretenerme, observaba a la gente a mi alrededor, a los pasajeros que tenía cerca. A medida que fue pasando el tiempo, también empecé a sacarles fotos y subirlas a Instagram. Desde un primer momento las fotos gustaron y tuve muy buenas reacciones. Vi que la gente sentía una conexión fuerte con mis foto. Así que eso me impulsó a seguir y se fue convirtiendo en una actividad que espero día a día.
P: ¿Cómo reacciona la gente cuando les sacas fotos? Por un lado, se nota que son fotos sacadas muy de cerca. Por otro, son escenas sumamente naturales, no parece que nadie posa para eso.
R: Yo no digo nada a los fotografiados, a fin de que el resultado sea el más auténtico posible. Es la única forma, así lo siento yo, de lograr una imagen totalmente natural. Con el tiempo fui acumulando experiencia y aprendí cómo sacar fotos de cerca sin que la gente se percate de ello.
P: O sea que no pides permiso.
R: No, no pido permiso. Mis fotos son todas en un espacio público por lo cual por ley, está permitido. Pero lo que puedo asegurar es que nunca publico fotos que pueden perjudicar a alguien o causarle alguna molestia.
P: ¿A veces les muestras la foto?
R: No, no las nuestros. La verdad es que en general, recién unas horas más tarde, cuando llego a casa, tengo tiempo de mirar las fotos que saqué durante el día. En algunas ocasiones pasó que gente a la que le tomé fotos se vio a si misma en Instagram y afortunadamente, en todos los casos se mostraron muy entusiasmados con la foto.
P: ¿Qué es lo más emocionante que te han dicho sobre tus fotos los fotografiados que las vieron?
R: Aquellos que se reconocieron dijeron en general que logré fotografiarlos de modo que les mostré a ellos mismos su propia belleza. La gente suele ser muy crítica consigo misma y cuando de repente se ven de modo tan natural, les da la posibilidad de quererse más, o de gustar más de lo que ven.
P: ¿Has aprendido algo interesante sobre la naturaleza humana a través de la fotografía tal cual la ejerces?
R: Aprendí que cada persona es una historia en sí misma y que a veces vale la pena observar a la gente que nos rodea y así descubrir cosas nuevas. Es apasionante y despierta mucha curiosidad.
P: ¿Y qué has aprendido sobre la multifacética sociedad israelí?
R: La sociedad israelí realmente es muy variada, para bien y para mal. Está la gente amable y están los gritones y prepotentes. Hay quienes ven a la gente a su alrededor y quienes hacen caso omiso de los demás de modo manifiesto. Hay comunidades variadas, religiones, jóvenes, ancianos, veteranos del país, nuevos inmigrantes, a todos los puedes encontrar en un mismo vagón del tren.
P: ¿Ves distintas actitudes según las distintas culturas? Quizás entre judíos y árabes, religiosos y laicos…
R: No tomo fotos según la división cultural sino que fotografío situaciones. Cuando hay algo que atrae mi atención, mi corazón, mi curiosidad, saco la foto.
P: Me imagino que con el corer de los años habrás acumulado muchas vivencias. ¿Puedes compartir conmigo alguna que te haya resultado especial?
R: Te contaría sobre una foto que se hizo famosa, del hombre en el ómnibus. Tuve esa foto en el I-phone durante varias semanas hasta que la publiqué en Instagram. Sentí que tenía algo muy especial. Por un lado era una situación muy sencilla y por otro lado había allí una especie de momento mágico. Y la verdad es que en efecto, apenas la publiqué, arrastró numerosos comentarios tanto en Israel como en el exterior. Y lo lindo era que cada uno veía otra cosa en la foto.
P: Hermoso todo esto Dina. ¿Hay algo que quisieras agregar?
R: Simplemente comentar que me alegra poder tocar de alguna forma a tanta gente en el mundo. Sin palabras, solamente con mi celular y las fotos. Esto muestra, creo yo, que simplemente hay que saber mirar alrededor para apreciar los momentos mágicos de todos los días. Es un privilegio poder emocionar a gente de diferentes partes del mundo. Mi sueño es poder publicar alguna vez un libro con mis fotos, que se distribuya en todo el mundo.
P: Que así sea. Gracias mil Dina. Y mucho éxito.
R: Gracias a ti por el interés.