Ianai Silberstein

Ianai Silberstein

 Nacido 1957, casado, dos hijos, un nieto. Jubilado. Egresado con título de grado en Teoría Literaria y Literatura Inglesa de la Universidad de Tel-Aviv en 1980. PDD en la Universidad de Montevideo en 1999. Participante de los Seminarios para líderes comunitarios del Shalom Hartman Institute en Jerusalémdesde 2009 a la fecha. Integrante del Consejo de la EIHU entre 1997 y 2006. Miembro de la Comisión Directiva de la NCI desde 2003. Presidente 2006 a 2009. Actualmente Presidente de la NCI por el período 2021-2024. Creador del programa radial “radiomaná” entre 2004 y 2009. Creador del blog TuMeser on-line desde 2009. Escritor. Charlista. Juez All-Rounder del Kennel Club Uruguayo desde 2017.

Columna de opinión

Sobre el Comunicado del Frente Amplio del 19 de Junio de 2020

En relación al comunicado del Frente Amplio (FA) fechado el pasado 19 de junio titulado “Declaración ante el anuncio por Israel de la anexión del territorio de Cisjordania”, caben las siguientes observaciones.

En su “Visto” toma en cuenta por un lado “declaraciones” por parte del actual Primer Ministro del Estado de Israel Benjamín Netanyahu, y por otro lado una “iniciativa” del gobierno de los EEUU en relación a un plan de paz denominado, pomposamente, el “Acuerdo del Siglo”. El uso de las comillas tiene doble propósito: el primero y tradicional, citar el documento en cuestión; y el segundo, poner en evidencia el significado de los términos. Declaraciones no son acciones, ni iniciativas son acuerdos. El FA se apura a condenar algo que todavía no ha sucedido y que de hecho muchos dudan que suceda, y a lo cual con certeza muchos se oponen; tanto el plan de paz como la idea de la Anexión.

En cuanto a los “Considerando” la única referencia indiscutible es al respeto por parte de Uruguay del Derecho Internacional. No seré yo quien me adentre en la maraña leguleya en relación a declaraciones, status, términos y normas de guerra, no soy experto. Del mismo modo que no corresponde que un partido político uruguayo opine sobre asuntos que conciernen a la soberanía de otro país (el Estado de Israel) o tan livianamente sobre un conflicto sin siquiera aludir a la complejidad del mismo.

En su “Resuelve” se destacan algunas joyitas, como el supuesto reconocimiento a la soberanía de ambas naciones, cuando en el capítulo anterior desconoce el derecho del soberano Estado de Israel a discutir una Anexión. La solidaridad manifiesta con el pueblo palestino no hay que aclararla, ya ha sido suficientemente manifestada por el FA en repetidas ocasiones, así como la insistencia en llamar Estado a una entidad política, la Autoridad Palestina, que con toda su autonomía, todavía NO es un Estado. Por otro lado, nuevamente me abstengo de comentar en relación a la ONU y sus resoluciones: en parte porque, como ya aclaré, no soy experto en el tema, y en mayor parte porque las considero sesgadas. Sin embargo, sí quiero afirmar: que la tensión en la zona no obedece a acciones de Israel o los EEUU sino a otros jugadores poderosos e imperialistas, como Irán o la propia Rusia; que los exilios no son de palestinos desde Cisjordania sino de minorías en Siria y otras zonas de Oriente Medio producto de la Guerra Civil y el avance de ISIS; que no habrá paz justa y mucho menos duradera si Israel no garantiza su propia seguridad, razón de fondo en relación al tema de la Anexión.

Por último, es curioso que el documento “exhorta a apoyar el camino del diálogo basado en los acuerdos avanzados entre las partes y por la necesaria resolución pacífica del conflicto”. Digo curioso porque el documento termina reconociendo no sólo el diálogo ya existente (más secreto que público), sino que existen acuerdos y que estos son avanzados. En cuanto al cierre de la declaración del FA, lo de pacífica pertenece al lenguaje panfletario, lo de necesario es voluntarista, lo de resolución es verticalista, lo único real es el conflicto.

Conste que en Israel, y asumo que en Palestina también, el tema es desvelo de la población, está en el centro del debate intelectual y político, y por lo menos para Israel representa un problema no sólo existencial sino moral, complejo, duro, y dados los acontecimientos históricos en los últimos setenta y dos años, de poca probable resolución (esa palabra mágica que el FA piensa que se puede imponer sobre pueblos soberanos). En todo caso, y hacia eso parece apuntar hoy la historia, se trata de lograr una minimización del conflicto y una mejora en la calidad de vida de los palestinos en Cisjordania, lo cual no depende de Israel sino del gobierno autónomo de la misma.

Por último, me permito cuestionarme acerca de la oportunidad del comunicado del FA. ¿Acaso es para motivar a su masa de votantes incondicionales con un viejo discurso anti-imperialista y con visos de antisemitismo en vísperas de una elección municipal? ¿Tan poco hay para decir de la realidad nacional que hay que hablar de zonas remotas? ¿Por qué entonces no hablamos de Siria y su dictador Assad? ¿Irán? ¿Black LivesMatter? ¿O la inoperancia de los populismos frente al Covid-19? El chivo expiatorio siempre fueron los judíos; en el concierto de las naciones, el Estado (soberano) de Israel es el judío.

Escribo en relación al comunicado por la indignación que me produce admitir que en mi país todavía haya quienes piensen con tanto simplismo, tan ideológicamente sesgados, y con tan poca información.

Ianai Silberstein
(23 de Junio de 2020 a las 15:02)

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