Mundo Judío

MiSinai

 Compartimos MiSinai  No. 54 con nuestros lectores.

No. 54
Koraj
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Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 26/06  17.24
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DIVISORES

Por Elisha Greenbaum

La política es algo desagradable, la política en un pueblo pequeño puede ser feroz y la política en una comunidad judía también puede ser algo vicioso. Quizás exagero, pero solo un poco. A lo largo de la historia muchas comunidades maravillosas fueron destruidas por los males del rumor malintencionado y la búsqueda de poder.

La gente a veces pelea; todos lo sabemos y desafortunadamente es algo que prevemos. No todos pueden o deben compartir la misma opinión. Hay un gran mundo allí afuera que sería muy aburrido si la uniformidad de actitud se volviera norma.

Pero tenemos derecho a exigir una discusión civilizada en medio del desacuerdo y respeto incluso hacia nuestros oponentes. El Rebe de Kotzk una vez interpretó la famosa frase talmúdica “así como los rostros de las personas son distintos, así también sus opiniones son distintas”, como una reflexión general sobre la actitud correcta en los conflictos interpersonales: así como no me molesta que la gente tenga rostros distintos, lo que en todo caso demuestra mi singularidad e individualidad, así tampoco debería molestarme el hecho que piensen distinto a mi o se suscriban a otra ideología.

A veces puedo estar en desacuerdo contigo, puedo sentir que es mi responsabilidad convencerte de mi perspectiva en el asunto, puedo no estar dispuesto a ser convencido por tu opinión, pero prácticamente no hay un proponente de aún la ideología más extraña con quien no esté dispuesto a conversar personalmente y reconocer su humanidad esencial.

Todo esto puede ser cierto en teoría, pero en la práctica la gente discute, se forman bandos, crece la desavenencia y se hieren sentimientos. A veces es tentador distanciarse de todo eso y llevarse la pelota a casa. ¿Cómo puedo saber cuando corresponde apartarse rápidamente y cuando quedarse y discutir?

Era justamente este el dilema con el que estaban lidiando los judíos de un pequeño pueblo polaco. Una gran pelea se había instalado desde hacía meses y todo indicaba que iba a ser una larga disputa. Casi la mitad del pueblo se habían vuelto Jasidim mientras que aquellos en el campo opuesto se consideraban como Mitnagdim (oponentes).

A veces es difícil aceptar que viejos amigos y vecinos abandonen algunas de las tradiciones de su pasado en común por una forma de vida nueva y más atractiva, por lo que los Mitnagdim intentaron forzar a los Jasidim a retractarse y volver a sus prácticas previas. Desafortunadamente los medios que eligieron emplear a veces cruzaban la línea de la persuasión a la persecución.

Cuando se les acabó la paciencia, muchos de los Jasidim consideraron separarse de la comunidad judía establecida y fundar nuevas instituciones y sinagogas en las cuales pudieran vivir y rezar en paz.

Antes de dar este paso drástico buscaron el consejo del venerable Rabí Israel, el santo Magid de Kozhnitz, el mentor de las comunidades Jasídicas regionales. Para su sorpresa, Rabí Israel se opuso fuertemente a abandonar el orden establecido y les aconsejó permanecer dentro de la comunidad y presentar respetuosamente su punto de vista.

El Magid indicó que la Biblia registra muchos episodios de enojos y desavenencias; a lo largo de nuestra fracturada historia la gente constantemente peca o pecan contra ellos, pero solo una vez se nos ordenó “sepárense de esa comunidad” (Bamidbar 16:21). Esta orden fue dada con respecto a Koraj y su comitiva rebelde. 

¿Cuál fue la diferencia entre el argumento de Koraj y sus cómplices contra Moshé y  todas las otras rebeliones y resistencias? ¿Por qué en esta ocasión se les aconsejó a los judíos que se separen totalmente y dejen a D-os encargarse del problema? La respuesta es que Koraj y sus seguidores estaban discutiendo por discutir. El único propósito de su rebelión era causar división dentro del pueblo judío.

Cuando alguien difiere conmigo sobre ideología, religión o política, me puedo sentir amenazado por sus técnicas o molesto por su modo de discutir; pero aún hay alguna perspectiva en común que nos permite mantener una discusión civilizada mientras discutimos respetuosamente. Incluso si mi oponente se extralimita durante la discusión y recurre a la violencia o el abuso, puedo defenderme para proteger mis creencias, pero aun reconoceré su derecho a su propia opinión, aunque deplore sus tácticas.

Solo en esas extremadamente raras ocasiones en las que estoy convencido que la causa de nuestro desacuerdo es que el otro lado solo quiere pelear conmigo, sin ninguna posición ideológica subyacente que apoye su perspectiva, me alejaré de la discusión con mi cabeza en alto y sin mirar atrás.

Aconsejó el Magid, “Podemos creer fuertemente en la justicia de nuestra posición, sin embargo nuestros oponentes también están motivados por su amor al Judaísmo y una creencia honesta en la virtud de su camino. Pueden haber llevado la discusión muy lejos y recurrido a prácticas injustas y tácticas desesperadas, pero en el fondo son puros y aun hay esperanza de reconciliación. Deben permanecer dentro de la comunidad establecida, trabajar para hallar una causa en común y esperar y rezar que con el paso del tiempo la verdad prevalezca.”

SANTOS REBELDES

"Que cada hombre tome su incensario y ponga incienso sobre él, y que cada hombre presente su incienso ante D-os." (Bamidbar 16:17)

A pesar de que sabían que el uso no autorizado del incienso les causaría la muerte, Kóraj y sus seguidores aceptaron el desafío. Querían experimentar el servicio elevado del sumo sacerdote aunque esto les costara la vida.

En este sentido, sus motivaciones fueron puras, y podemos aprender de su ejemplo, de aspirar a las experiencias espirituales más elevadas. Su error, del cual también debemos aprender, fue no pensar en lo absurdo que es ir contra la voluntad de D-os para acercarse a Él.

Likutei Sijot, vol. 18, págs. 190-191.

Números (Bamidbar) 16:1 – 18:32

La quinta sección del libro de Números relata la rebelión de Kóraj, un primo hermano de Moisés, y sus repercusiones.

RABÍ OSHAIA (SIGLO II)

Por Nissan Mindel

Hijo del Sabio Raba bar Bisna, nació en Jerusalén en el año 3830. Fue uno de los primeros 'Amoraim'. Estudió en la Ieshivá de Rabí Iehudá Hanasí y con el tiempo llegó a ser un sabio muy renombrado.

Con la cooperación de Rabí Hiía, hizo una recopilación de todas las leyes que no fueron incluidas en la Mishná y llamadas Baraitot; son la base del desarrollo del Talmud.

Rabi Oshaiá fundó su Yeshivá en Zipori. Fue un gran orador. Sus Derashot (conferencias) figuran de forma esparcida en el Midrash Raba. A una edad avanzada, transfirió Rabi Oshaya su Ieshiva a Kisrin, a la cual afluían discípulos de todas partes del país para aprender la Torá de este gran sabio.

Rabí Oshaia fue llamado por los Sabios "El padre de la Mishná".

EL PIDIÓN HABEN

Originariamente, los primogénitos judíos eran la clase sacerdotal santificada, que fueron reclutados para el servicio de D-os cuando se salvaron de la Plaga de los Primogénitos que atacó a Egipto. Sin embargo, cuando los judíos –incluidos los primogénitos– sirvieron al Becerro de Oro, los primogénitos perdieron su estatus y entonces el sacerdocio les fue transferido a la única tribu que no participó de los festejos del Becerro de Oro, o sea, los levitas, y en especial, los hijos de Aarón.

A partir de ese momento, todos los primogénitos varones de los israelitas deben ser redimidos en una ceremonia de pidión haben a cargo de un descendiente de Aarón, alias “un kohen”.

Quién:

Todo varón que sea primogénito de su madre. Excepciones:

1. Si alguno de los padres es hijo de un kohen o un levita.

2. Los bebés que nacen por cesárea.

3. Si la madre sufrió un aborto antes del nacimiento de este hijo, consulta a un rabino.

Si los padres no redimen a su hijo, entonces, cuando este se vuelve adulto, debe redimirse a sí mismo.

Cuándo:

El 31º día de vida del niño. ¿Ya pasó? Entonces cuanto antes.

Los judíos sefaradíes celebran la ceremonia la víspera del 31º día. Los ashkenazíes, el 31º día a la tarde.

¿Qué pasa si ese día cae en Shabat o en una festividad judía? Entonces la ceremonia se realiza la noche siguiente o el día siguiente.

Cómo:

La Torá establece el precio de cinco shekalim, aproximadamente 100 gramos de plata.

Tradicionalmente, la mitzvá se realiza durante una “comida de mitzvá” a la que asiste la familia y algunos amigos. Una vez iniciada la comida, se trae al bebé en una elegante bandeja de plata, adornado con joyas.

“Mi mujer israelita me ha dado este primogénito”, le dice el padre al kohen designado.

Entonces el padre y el kohen mantienen un diálogo preparado de antemano y al finalizarlo, el padre le da al kohen el dinero de la redención, recitando una bendición especial. Entonces el kohen recita una bendición por la copa de vino.

Nuestros Sabios afirman que participar de una comida de pidión haben ofrece el mismo beneficio espiritual que ayunar 84 días (¡!). Es por eso que se acostumbra servir paquetitos de azúcar y ajo, que son alimentos que tienen muchos usos y duran mucho tiempo.

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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