Entrevistas

Este hombre fue el primero en manifestar contra Netanyahu

Conoce a Amir Haskel, uno de los símbolos de la protesta en Jerusalem

(Fotos: Facebook de Ein Matzav)

Las manifestaciones contra el Primer Ministro de Israel Biniamin Netanyahu van en aumento. Este sábado 1° de agosto por la noche, eran-según estimaciones de la Policía-no menos de 10.000 los ciudadanos que se dieron cita en la zona de la Plaza París, en la calle Balfour de Jerusalem, a metros de la residencia oficial del jefe de gobierno. 

Una imagen de la manifestación del sábado en Balfour, la zona de la plaza París en Jerusalem
(Foto: captura de pantalla de KAN, canal de la tv pública israelí)

 

Aunque son diversos los grupos que se han sumado a la protesta y no hay realmente un liderazgo central que concentre todo-lo cual también significa todo tipo de variadas agendas- la base está clara. Los que comenzaron con esta protesta hoy  multitudinaria, fueron adultos con una vida ya recorrida, en general con carreras hechas y décadas de actividad en sus respectivos campos de trabajo, que se autodenominaron primero “Mejaát Haiejidím”, o sea “la protesta de los individuos”. Y quien se considera es el líder fundador del grupo es el Brigadier General en la reserva Amir Haskel (67), de la ciudad de Yavne, a quien hemos podido entrevistar.

Amir comienza aclarando el trasfondo del cambio de nombre del grupo. El original ya no es adecuado, considerando la cantidad de gente que se les suma, por lo cual se optó por cambiarlo por otro que además, tiene un fuerte significado: “Ein Matzav”. Traducido del hebreo es algo así como “Bajo ningún concepto” , lo que en inglés se diría “No way”. Y su idea central es precisamente que “bajo ningún concepto se puede aceptar que una persona en juicio por sospecha de corrupción sea el Primer Ministro de Israel”. 

Dan Halutz, ex Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, que se sumó a los manifestantes.
Aquí lleva puesta la remera con la marca de la protesta:
Ein Matzav, "no puede ser que una persona imputada sea el Primer Ministro", dice el texto

 

Amir Haskel fue el precursor. De hecho, comenzó a manifestar individualmente contra Netanyahu cuando ni se hablaba de la corrupción, en octubre del 2016, por diversas razones que nos explica en la entrevista. Recién dos meses más tarde empezó a publicarse todo el tema de las sospechas en los diversos expedientes que terminaron llevando al Primer Ministro a juicio. Hoy, está instalado junto a sus compañeros en lo que llama el “sitio” a Balfour, en una manifestación permanente que sostiene continuará hasta que alcance su objetivo, la dimisión de Netanyahu.

Amir Haskel es un manifestante especial. Llegó a ser Brigadier General en la Fuerza Aérea de Israel y se desempeñó en varios cargos destacados en ese marco. Hasta su liberación en el 2003, acumuló  8.000 horas de vuelo. Fue jefe de una escuadrilla de aviones de control aéreo, jefe de una escuadrilla de Hercules y comandante de la base Sde Dov. 

Fue de los promotores del proyecto “Testigos de uniforme” en cuyo marco miles de soldados y oficiales de Tzahal participaron en los viajes a los campos de concentración y exterminio en Polonia. Él mismo encabezó numerosos de dichos viajes. Es guía de grupos de adultos, como investigador de la Shoá, área a la que dedicó mucho tiempo desde que finalizó su servicio en Tzahal.

Este sábado por la noche conversamos con él. Este es su testimonio.

 

P: Amir, la protesta permanente en Balfour, junto a la residencia del Primer Ministro, ya está cumpliendo 2 meses. Y no me refiero a las manifestaciones multitudinarias sino al “campamento” que usted y sus compañeros han instalado en el lugar. Pero usted empezó mucho antes ¿verdad?

R: Así es. Yo estoy manifestando desde octubre del 2016. Durante 3 años y 8 meses manifesté solo. A veces se me sumaba alguien más. Traté de llamar la atención del público. El 11 de junio decidí que es el momento de concretar lo que siempre me pareció debía ser el escenario principal de la protesta: en Balfour, junto a la entrada a la residencia oficial de Netanyahu. Y desde entonces estamos ahí. Y ahora vemos que esto se amplía cada vez más. Este era mi sueño. El objetivo es que Netanyahu se vaya a su casa, y hasta que eso no se logre, no podemos irnos.

P: ¿Realmente cree que lo lograrán?

R: Me  parece bastante claro que Netanyahu no ve bien que se manifieste las 24 horas del día junto a la entrada a su residencia. El hecho es que usa a Amir Ohana, el Ministro de Seguridad Interna, para intentar sacarnos de allí. Nuestra protesta no le hace bien. Pero  evidentemente no está solo. Está rodeado de ministros y diputados del Likud que lo apoyan. Pero no tengo dudas de que cada vez hay más grietas dentro del partido Likud.

P: ¿Qué quiere que Netanyahu haga?

R: Si le queda un poco de dignidad, si respeta la dignidad del país, que se vaya a su casa y se dedique a sus asuntos . No puede ser que una persona en juicio sea el Primer Ministro de Israel.

Una de las protestas callejeras, 19 de julio

 

P: ¿Qué lo llevó a usted a salir a la calle?

R: Dediqué 32 años de mi vida al servicio en la Fuerza Aérea de Israel. Fui piloto de transporte, llegué al rango de Brigadier General. Desde que me retiré en el 2003 estudio e investigo la Shoá y soy guía de adultos en los viajes a Polonia. Con el transcurso de los años fui aprendiendo y llegando a conclusiones sobre todo lo que estudié sobre aquella época, la Shoá. Y entendí que lo más significativo es que la tendencia básica de la gente ante diversos eventos es mantenerse a un costado, no intervenir, lo cual es sumamente peligroso. Yo no puedo mantenerme a un costado cuando algo me molesta. Y por eso empecé a salir a los cruces carreteros con los carteles exigiendo la renuncia de Netanyahu.

P: Claro que los temas son muy distintos, y por cierto las circunstancias históricas. Pero usted habla del principio de no quedarse sin reaccionar, de tomar una posición ante cosas importantes que ocurren. ¿Y por qué sintió que había que manifestar?

R: Por tres motivos. Primero, aunque me llevó mucho tiempo entendí que del discurso que pronunció en su momento en la universidad de Bar Ilan sobre el sueño de dos Estados, no había nada. A mi modo de ver, eso nos conducía a un estado binacional y al fin del sueño sionista de un Estado judío y democrático.

Además. Desde 1997, cuando Netanyahu le susurró al Rabino Kaduri que “la izquierda se olvidó qué es ser judío”, incita y divide. Y estoy seguro que un Estado cuya sociedad está desgarrada, no tiene futuro. Por último, sentí que los continuos ataques a los guardianes del gobierno de Derecho, eran inaceptables. Por todo esto, salí a manifestar en cruces y puentes en octubre del 2016.

P: O sea que todo esto fue antes de empezarse siquiera a hablar de sospechas de corrupción.

R: Exacto. Recién en diciembre del 2016 empezaron a publicarse informaciones sobre esos expedientes, o sea que después de empezar yo a manifestar entendí que sus manos no están limpias.

P: Eso todavía no se puede determinar. Está en juicio, hay sospechas, pero aún no sentencia. Por ahora es sospechoso, no culpable.

R: Es cierto. Y siempre se dice que uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Pero cuando se refiere a figuras públicas, no pueden tener privilegios. Lo vimos siempre que hubo intendentes sospechosos, o inclusive en algunos casos de oficiales de Tzahal, si hay alguna nube de dudas sobre ellos, ante todo se retiran. Es lo primero que hay que hacer.

P: El problema de fondo es que desde un punto de vista legal, no hay impedimento para que Netanyahu siga en el poder aunque está en juicio.

R: Nadie se imaginó que llegaríamos a una situación así. Dijeron que hay que tomar en cuenta que puede pasar que alguien quiera ensuciar el nombre del Primer Ministro e inventar cualquier cosa, y que sería muy complicado porque si el Primer Ministro renuncia, de hecho se dispersa también la Kneset. Puedo entender la cautela cuando se trata de una situación en medio del período para el que fue elegido. Pero si ese período ya terminó y hay elecciones, es inconcebible que se permita encomendar la formación del gobierno a alguien que ya fue acusado ante los tribunales.

P: Dicen los allegados a Netanyahu que la izquierda quiere sacarlo del poder por la vía judicial, ya que no lo logra por las urnas. ¿Qué les responde?

R: La izquierda no tiene nada contra la derecha. Si el pueblo de Israel quiere un gobierno de derecha, está perfecto. El problema es sólo con Netanyahu. Todos sus intentos de culpar a la izquierda, son pura incitación. Es el método conocido de Netanyahu. Es él quien ha hecho que mucha gente vea a la izquierda como traidores. Yo serví 32 años en la Fuerza aérea de Israel. Tengo 4 hijos que han servido en Tzahal. Dos de ellos, en unidades especiales. Realmente no creo que alguien pueda vernos como familia de traidores.

Y Netanyahu sigue diciendo todo lo que dice contra nosotros. Ahora que la gente salió a la calle, dice que todos son izquierda anarquistas. Y como hay Coronavirus, dicen que los manifestantes propagan enfermedades.

"No hay derecha, no hay izquierda, hay gente que ama a Israel".El "campamento" en Balfour.

 

P: Quienes defienden a Netanyahu también sostienen que las manifestaciones son violentas. Todos hemos visto algunas escenas de vandalismo. Y yo también lo he escuchado a usted llamando explícitamente a una protesta sin violencia. ¿Algo se fue de las manos?

R: Cuando la protesta se amplía y se suman miles de personas, siempre hay elementos marginales que no actúan debidamente. Estimo que también aquí. Pero esas son claramente las excepciones. Vienen a Balfour a vernos todos los días y hablar con nosotros, familias con hijos. Pactamos con la Policía que todos los viernes, el Kabalat Shabat que hacemos debe terminar media hora antes de iniciado el Shabat, y se cumple en forma estricta. Pero también puede haber, claro que sí, quienes actúan en forma extremista.

Por otro lado te diré que la situación en sí no es sencilla. Hace un mes se nos sumaron los jóvenes. Según datos de la radio pública, entre los jóvenes de 21 a 34 años de edad, el desempleo alcanza el 50%. Numerosos jóvenes tienen que volver a vivir con sus padres porque no tienen dónde vivir, no pueden pagar un alquiler. Están frustrados, la situación no es nada sencilla, y en lugar de ocuparse de ellos, la comisión de Finanzas de la Kneset se ocupa de la devolución de impuestos a Netanyahu. Y ven un gobierno de 34 ministros, caro, que desperdicia fondos públicos, toma decisiones que todo el tiempo cambian y no inspiran confianza. Se les está llamando la generación perdida.

 

P: ¿Cree usted que es para tanto?

R: Mira, no se sabe cuándo habrá una vacuna. No se sabe cómo terminará la crisis económica aquí. Hay muchos jóvenes que no tienen dinero para iniciar su próximo año de estudios universitarios.

P. Y  realmente hay en las manifestaciones distintos planteamientos. ¿Eso aporta a la protesta?

R: La realidad es dinámica. El mensaje de  nuestro grupo pone énfasis en el valor moral que dice que no puede ser que una persona acusada por sospecha de corrupción, sea el Primer Ministro de Israel. Pero además está el Coronavirus con sus derivaciones, por lo cual se agregaron los damnificados directamente de esta situación, que protestan por la forma en que se ha estado manejando a Israel. Todo se mezcla.

P: ¿Cree que es bueno que se estén juntando diferentes protestas?

R: Considero que cuanta más gente salga a la calle, es mejor para la protesta. Lo que pasó ahora es que mucha gente se aguantó, guardó todo para adentro, y ahora se siente al fin cómoda de salir a la calle. Y el punto central de concentración debe ser en Balfour.

Esta foto fue tomada por Amir Haskel cuando hacía 25 días que estaban instalados en Balfour.
Este es el texto con que la acompañó:
"Mis compañeros de protesta, temprano a la mañana. Todos tienen hogares, amas, aire acondicionado.
Es una edad en la que los hijos ya salieron de la casa, algunos ya están jubilados y podrían elegir una vida cómoda.
Pero optaron por ser parte de una lucha que no podía ser más justa, por israel, por el legado que dejamos a nuestros hijos y nietos".

 

P: ¿No diría que son manifestaciones de la izquierda?

R: Yo personalmente tengo mis posturas, pero no sé qué es izquierda y qué derecha. En esta protesta hay de todo. Hay derecha, izquierda, religiosos, seculares. Yo considero que por el bien de Israel, hay que separarse de los palestinos. No por ellos, por nosotros. También sé que hay que reducir las diferencias sociales, hay que dedicar más a la educación. Hay mucho por hacer. Todos sabemos qué rol clave jugó la izquierda en la construcción de Israel. Pero yo vivo en un país democrático y si el pueblo quiere un gobierno de derecha, lo acepto sin problemas. Eso no es el tema en esta protesta, que está dirigida únicamente contra Netanyahu.

P: ¿Cree que el propio partido Likud tiene un papel a jugar en todo esto?

R: Por supuesto. El problema es que el Likud de hoy no es un partido ideológico, de principios, como lo fue siempre. Lo que hay hoy es “Bibismo”, por “Bibi”, no ideología.

P: ¿Considera que mucha gente de derecha es consciente de ello?

R: Mira, te cuento que el viernes, antes de la hora de Shabat por cierto, llegó a vernos en Balfour una mujer con sus dos hijos, para traernos una torta y expresar su apoyo. ¿Sabes de dónde vino? Del asentamiento de Ofra. Mucha gente que tradicionalmente votó al Likud nos ha expresado apoyo. También gente que vive en los territorios. De a poco, también han ido llegando haredim, judíos ultraortodoxos. En la víspera de Tishá beAv tuvimos un evento sobre la fecha, no una manifestación, y se veía muchas cabezas cubiertas con kipot. De a poco, la gente va entendiendo que hay que decir basta.

P: ¿Y cuánto durará esto en su opinión? ¿Cuánto cree que estarán protestando?

R: Espero que no sean meses sino semanas. Seguiremos en Balfour hasta que veamos que Bibi se va a su casa. Esa es la primera etapa. Luego hay que corregir muchas cosas que funcionan mal. Israel es una señora con ya 72 años, una edad en la que a veces hay que empezar a curar algunos problemas que aparecen. Tenemos un país maravilloso, pero con la edad, siempre aparece alguna enfermedad.

P: ¿Cómo ha incidido todo esto en su vida personal? No está mucho en su casa últimamente…

R: Así es. Claro que me ausento mucho más de mi casa. Hace ya casi 4 años que reduje todo el resto de mi actividad, aunque he publicado tres libros con mis investigaciones sobre la Shoá. Esto exige tiempo. Mi familia me apoya pero sin duda la gran heroína es mi esposa. Tenemoes 4 hijos, 6 nietos de entre 5  y 15 años.

P: ¿El de 5 también entiende qué hace su abuelo?

R: Sí, claro que sí. Hasta preparó un cartel-le ayudaron por cierto- en el que decía “Amir Haskel, defensor de la democracia”. En definitiva, todo esto lo hago por ellos.

Ana Jerozolimski
(03 Agosto 2020 , 02:05)

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