Entrevistas

Eli Cohen, ex representante de Betar en Uruguay, sobre la compleja situación política israelí

Defiende el derecho de los manifestantes a protestar y recalca: “Esto no es anarquía”

La opinión pública israelí está dividida en relación a las crecientes protestas contra el Primer Ministro Netanyahu. Una parte las considera absolutamente legítimas y democráticas, otra las considera un abuso al haber ya un gobierno aprobado por la Kneset . El rimer Ministro las tilda de "manifestaciones políticas de izquierda anarquista", agregando otras descripciones que han despertado mucha polémica.

En el marco de la cobertura de esta situación, compartimos con los lectores diferentes posiciones, de participantes en las manifestaciones por un lado, así como de otros que las critican. Y nos pareció interesante recurrir a una figura muy querida y recordada en la colectividad judía uruguaya, Eli Cohen, que fue sheliaj del movimiento juvenil Betar en Montevideo hace muchos años y encabezó luego del Departamento de Aliá en la Organización Sionista Mundial.

Pensar en Betar, es pensar en parte del alma del Likud. Al mismo tiempo, sabemos que Eli Cohen no es una persona de moldes estructurados sino que tiene un pensamiento independiente. Por eso recurrimos a él, para pedirle su análisis de la situación, como ciudadano israelí.

 

P: Eli, un gusto estar en contacto contigo nuevamente. Antes de entrar de lleno en el tema de la polémica actual ¿podemos recordar tu vínculo con Betar? Me imagino que no aterrizaste súbitamente en el movimiento sino que fue parte de tu juventud, quizás también de tu niñez ¿verdad?

R: Gracias Ana por esta introducción y por la oportunidad de compartir contigo y con tus miles de lectores mis pensamientos sobre lo que está ocurriendo ahora en el Estado de Israel, que considero tiene sin duda derivaciones también en las relaciones con la diáspora.

Indudablemente, el hecho que fui miembro del movimiento Betar en mi juventud y luego sheliaj de la tnuá, es parte importante de mi personalidad y mi concepción de mundo. Pero como creo que han hecho también muchos otros, todo camino, pensamiento, convicción, debe ser estudiado según el tiempo en que se da y cómo sirve al pueblo, no al beneficio personal. Ese es un principio fundamental y esencial del movimiento Betar.

P: Algunos críticos del Likud, también gente que votó siempre o muchas veces al partido, dice que uno de los problemas centrales es que la característica central del partido es que hoy todo gira en torno a "sí o no Bibi", o sea en torno a la figura de Netanyahu. ¿Estás de acuerdo?

R: El Likud aún es uno de los únicos movimientos políticos democráticos en el Parlamento israelí. La mayoría de los partidos, incluyendo aquellos que se quejan contra lo que presentan como “un gobierno personalista” del Likud- Yesh Atid de Yair Lapid, Israel Beiteinu de Avigdor Liberman y Kajol Lavan de Beni Gantz-están regidos por líderes únicos que son los que eligen a los miembros de su lista en la Kneset. O sea que ellos dependen en forma absoluta de sus líderes. Y en los partidos ultraortodoxos son los rabinos los que eligen a la lista de candidatos a diputados, los cuales dependen exclusivamente de su autoridad hasta que son electos.

P: Eso es absolutamente cierto. Los otros partidos son  en efecto el Likud, el partido laborista, Meretz, Habait Hayehudí  y la Lista Conjunta, que hacen elecciones internas en las que se arma la lista de candidatos a la Kneset. 

R:Claro, o sea que los diputados dependen de los miembros del partido. 

Netanyahu ha sido electo una y otra vez en las internas del Likud, incluyendo la última vez en la disputa con Gideon Saar, y ganó. Es un líder muy fuerte, apreciado en el mundo.Y en los últimos años no ha surgido un competidor serio dentro del Likud o fuera de él, que amenace su gobierno. Naturalmente, es el rostro del Likud.Es importante recordar que teoréticamente, hay en la Kneset mayoría para formar un gobierno sin Bibi, o mejor dicho sin el Likud, pero no lograron hacerlo.

P: Porque la oposición a Bibi, aunque mayoritaria, está muy dividida, no es nada homogénea.

R: Así es. Y no sólo que no lo lograron sino que Kajol Lavan, encabezado por Beni Gantz, se desarmó. Gantz no cumplió con su promesa, se unió a Bibi y eso engrandece más aún la posición de Netanyahu como un líder omnipotente. Por lo tanto, es natural que la discusión se concentre en su figura misma y sea a través de él.

P: Es indudable que ha sido electo democráticamente. Y las últimas elecciones, aunque la mayoría de la Kneset estaba contra él, dado que Gantz decidió sumársele,  creó una situación en la que también en este gobierno él es el Primer Ministro. ¿Pero no te  parece que es demasiado tiempo en el poder, que él mismo debería haberse retirado?

R: En Israel ya hubo años atrás un intento de elección directa de Primer Ministro, determinando que la limitación sería dos períodos de gobierno. Si no estoy equivocado, Bibi lo apoyó. Ese intento no funcionó y volvieron al sistema democrático anterior. No se puede determinar reglas de juego condicionales. Ya hubo en el pasado jefes de gobierno que estuvieron en el poder mucho tiempo. Ben Gurion estuvo más de 8 años.

P: Bibi ya lo pasó hace rato.

R: Así es. Ben Gurion estuvo en dos períodos, luego otros dos. El sistema político israelí no limita y por ende hasta que no haya otras reglas sobre los que el sistema se ponga de acuerdo, hay que respetar las existentes.

Reitero un tema clave: había mayoría para cambiar al gobierno y no aprovecharon la oportunidad. En principio, creo que hay que limitar el poder a dos períodos o a 8 años en total.

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 El derecho a manifestar

P:  Te preguntaba por el tema de demasiado tiempo porque me parece que no es sano para el país, influye negativamente en mi opinión en la mentalidad del gobernante. Pero el tema central aquí es el hecho que Netanyahu continúa a pesar de que está en juicio. Nadie dice que es ilegal. La ley sin duda lo permite. La pregunta es si es legítimo. Esto me lleva a preguntarte qué opinión te merecen las manifestaciones. Sabemos que hay allí de todo, pero los dos componentes principales son la exigencia de que dimita porque está en juicio y por otro lado lo de la crisis económica.

R: Las manifestaciones son un derecho democrático básico, sea cual sea la motivación de las mismas, sea política, económica, social o religiosa. Y aunque se junten varias consideraciones, hay que permitir las manifestaciones. La Policía debe hacerlas posibles y también debe hacer cumplir la ley de modo que no se cause daños al público en general.

P: ¿Estás de acuerdo con lo que dice el Primer Ministro, que son manifestaciones de anárquicos de izquierda? Claro que también habló de propagadores de enfermedades y alguna otra cosa.

R: Creo que esas declaraciones no son irrelevantes.  Si lo que ocurre en las manifestaciones en Israel es anarquía, pues habrá que cambiar la explicación del término anarquía en el diccionario. Hay algo de desorden, algunos detenidos, pero por eso no se rompe el principio democrático básico del derecho a manifestarse. Ya nos olvidamos las manifestaciones de Shabat de los haredim (ultraortodoxos), las manifestaciones de la extrema derecha , las de la izquierda en el Bulevar Rotschild , las manifestaciones de Paz Ahora, las manifestaciones contra Shimon Peres e Itzjak Rabin. La distancia entre lo que ocurre hoy y anarquía es enorme.

P: ¿Consideras que se persigue a Netanyahu en la opinión pública, como él alega constantemente?

R: En base a la lectura de artículos de quienes no se identifican con la derecha o con Bibi, entiendo que desde que entró a su cargo de Primer  Ministro, no ha tenido un día de complacencia por parte de los medios. Pero en los últimos años ha un cambio significativo en el mundo de los medios en Israel,  hay más y más diarios, más canales de comunicación, más programas en los medios generales y en las redes sociales tanto objetivos como representando a distintas partes, que se identifican plenamente con la derecha y apoyan a Bibi. Responden y combaten a quienes desde el centro y la izquierda actúan contra Netanyahu. Yo creo que para que se vuelva a confiar en los medios, debe haber una separación clara entre información y opinión personal.

P: Me permito suponer que al menos algunas veces votaste Likud. Hoy me topo con gente que lo hizo hasta hace poco y que me dice "este ya no es mi partido". Como ciudadano ¿qué te parece que hay que hacer? ¿Qué salida ves a todo esto?

P: Mi opción personal no es relevante. Lo que sí puedo decir es que el ambiente político en Israel debe cambiar y una de las formas de hacerlo es fortalecer la democracia en los partidos, garantizar que entre buena gente a la política, un mundo que hoy parece ahuyentar a quien intenta activar. Los medios deben actuar con responsabilidad y distinguir claramente entre sus opiniones personal y los informes “fríos”, para que el público pueda ver cada cosa en su lugar. Hay que devolver la confianza en el sistema público, que cada poder respete al otro y que así el público pueda respetarlos. 

Es imperioso recordar que las decisiones más importantes y significativas tomadas por líderes en el Estado de Israel, fueron producto del trabajo de líderes que tenían el apoyo de la mayoría del pueblo, que habían sido electos en forma democrática, como Ben Gurion que declaró la independencia y Menajem Begin que hizo la paz con Egipto.

P: Bueno, democráticamente todos fueron electos. Nadie aquí llegó al poder en golpe de Estado, Dios no permita.

R: Es cierto. Pero a lo que voy es que mientras haya políticos que son servidores de los líderes no electos de sus partidos, la situación será complicada. Hay que recordar que nuestro pueblo ha lidiado con duros exámenes en la diáspora y también al formarse el Estado de Israel. A lo largo de los 72 años de existencia en esta casa, la fuerza siempre provino de la unidad, la preocupación por las necesidades del colectivo social, el apoyo a los débiles. Nos hemos sobrepuesto a amenazas existenciales, a duras guerras y a crisis nacionales. Siempre supimos que había un liderazgo responsable que sabía lo que hace y que trabaja en pro del pueblo todo. Los líderes de la derecha, el centro y la izquierda deben garantizar que recuperemos esa confianza. Para eso, deben respetar su propia palabra, sus compromisos públicos, las reglas del juego de una mayoría electa y por otro lado, los derechos de la minoría.

P: Muchas gracias Eli.

R: A ti .

 

Ana Jerozolimski
(10 Agosto 2020 , 07:25)

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