Una emoción que tiene historia
(Fotos: Capturas de pantalla de VTV-Uruguay)
Mario Bursztyn no escatima en palabras al afirmar que la victoria de su amado equipo, Rentistas, que preside desde hace años, por primera vez en Primera División, es “histórica”.
Esta entrevista combina los comentarios que compartió con nosotros este jueves, ya consagrados campeones, con una entrevista que realizamos años atrás, en la que nos contaba sobre el amor al equipo, sus raíces, y el rol de uruguayos de la colectividad judía en el mismo.
P: Mario, ante todo, cabe felicitarte a ti y a Rentistas en general por este logro. Es la primera vez que salen campeones de primera división. ¿Cómo explicar este logro? Seguramente no es puro azar.
R: Gracias Ana. Te cuento que este proyecto empezó el año pasado, estando en segunda división. Contratamos un cuerpo técnico nuevo , cuya pieza central es Alejandro Cappuccio, abogado, escribano, preparador físico y técnico, muy joven, 44 años, una persona extraordinaria. En aquel momento hubo alguna dificultad y recién alrededor de la tres cuartas parte del campeonato logró formar el equipo que él estaba buscando. A partir de ahí empezamos a ganar, y a ganar y logramos el ascenso, o sea volver nuevamente a primera división .Ya el primer partido, con Nacional, fue una victoria, con una extraordinaria actuación, ganamos 2 a 0.
P: Y no pararon…
R: Así es. Seguimos ganando, empatando y ganando, hasta culminar en esta final, con Nacional de nuevo, y logramos esta victoria... Una hazaña, para un equipo, que viniendo de la segunda división, logra salir campeón, en la A, por primera vez para nosotros. Es un hecho histórico.
P: Además de la lógica felicidad del club ¿qué significa esta victoria?
R: Esto nos permite jugar en la Copa Sudamericana el año próximo , y jugar la final con quien gane la tabla anual o la segunda rueda de este campeonato, con la posibilidad de salir campeones uruguayos, de la tabla anual. Esto es extraordinario. Y se debe a un trabajo correcto.
P: Entiendo que te referís a algo que va más allá del buen desempeño de los jugadores mismos, que son evidentemente quienes la pelean en la cancha.
R: Hace ya un año y medio se formó una sociedad anónima deportiva, SAD. Esto nos dio fortaleza económica y la posibilidad de encarar el trabajo con seriedad. Por ejemplo, el cuadro se concentra antes de los partidos, como corresponde, y ahora tenemos los resultados.
P: Cuando llega una alegría así, me imagino que sos un hincha más para celebrar.
R: Para mí esto es increíble .De niño iba a ver a Rentistas jugar con los cuadros de barrio y campeonatos de barrio. Y llegar ahora a ser Campeón Uruguayo en primera división, realmente es una hazaña deportiva. y esperemos que sigamos así.
El amor desde niño por Rentistas
P: Esta pasión por tu equipo es de toda la vida ¿verdad?
R: Claro. Es que nací en Industria y General Flores, frente a la sede. Lo que pasa es que Rentistas es un cuadro de barrio, y mi finado hermano me llevaba a verlo cuando jugaba en los campitos. Era un cuadro, cómo te puedo decir, como si nos juntáramos varios y fuéramos a jugar, y después fue creciendo, muy despacito, porque es un cuadro muy chico. El club está por Industria y General Flores, ahora es Serrato, es parte del Cerrito de la Victoria. Y sigue ahí.
P: Y entiendo que tú no sos el primer uruguayo judío Presidente de Rentistas ¿verdad?
R: Así es. Primero fue mi hermano, lamentablemente ya fallecido, David Bursztyn, le decían "Coco". Después otro que fue muy hincha Moisés Werba. Fue una gran pena que murió muy joven. Después estuvo Américo Szabolcs, no sé si lo conociste, dueño del frigorífico Centenario, también preciosa persona. Y, por último, Víctor Kruchinski, ya fallecido. Así que Rentistas tuvo varios presidentes de la colectividad.
P: Pero antes de llegar a Presidente, creciste con el club. ¿Cómo fue tu historia de amor con Rentistas?
R: Mirá, yo vivía en frente y me acuerdo que de pantalón corto y chiquito iba a la sede, cuando todavía era un club amateur, más bien de barrio. Y bueno, lo fuimos viendo crecer, despacito. En aquella época se competía en una divisional que se llamaba Extra, que era amateur. Después se subía a la Extra B, todo de barrio ¿no? Después se subía a la intermedia, cosa que hoy ya no existe. Después se subía a la B, que ya fue una cosa increíble cuando subimos a la B, yo en esa época tendría 18 años, algo así. Y finalmente en el año 70, subimos a la A, cosa inesperada totalmente, y ahí el entonces presidente, Carmelo Cabrera me nombró presidente de las divisiones menores, porque ya era más profesional. Fue una época divina, porque hacíamos kermeses y cosas para mantener, y ahí empecé... y sigo.
P: ¿Eso significa necesariamente que hacés buen trabajo, si seguís ya por varias presidencias consecutivas?
R: Eso no lo puedo decir yo. Puedo sí decirte que llegué en el año 1988 y logré cuatro campeonatos de la B para ascender a la A.Pero debo ser sincero y decirte que no es que hay elecciones ordenadas. Nunca hay dos listas, porque siempre nos ponemos de acuerdo, como somos pocos. Y bueno, y se ve que los pocos que somos están contentos.
P: Tengo entendido que ser Presidente es mucho honor, pero también mucho trabajo y a veces hasta necesidad de poner dinero de tu bolsillo...¿Por qué entonces seguir tanto tiempo al frente?
R: Muchos dicen que es un poco irracional, porque el fútbol es todo, y sobre todo en los cuadros chicos como los nuestros, las satisfacciones son las menos, son todos problemas. Pero bueno, si uno analiza un poco, es como un desafío , es algo que es difícil de explicar...Pero hay también otro lado, hay que reconocerlo, te hacés conocido también con un club chico, y estás en el tapete. Y es un desafío para uno mismo, llevar un club a competir a veces de igual a igual con los clubes grandes.
El fútbol uruguayo
P: Una pregunta sobre el fútbol uruguayo en general…Lo de la garra charrúa ¿es una realidad o un mito que nos ayuda?
R: No, no es mito. Yo te digo que los jugadores ya nacen con una obligación, por el famoso mundial del 50. Hay países que no tienen eso. Por ejemplo, una Holanda, que tiene jugadores excepcionales, nunca ganó nada. ¿Por qué? Yo creo que les falta el antecedente. Y el jugador uruguayo siente que tiene la obligación, es increíble.
P: Y habrá sin duda quienes no soportan que Uruguay haya ganado tanta cosa...
R: Mirá, yo estaba cuando a Suárez lo echaron, pobre, estaba con la señora, estaba marginado, no lo dejaban estar ni en el hotel. El cometió un error, pero la reacción fue un destrato total. Yo tengo la sensación de que hay países que no toleran que un paisito como Uruguay esté por arriba de otros. No lo conciben, y en el mundo hoy, comercial, Uruguay no significa nada, entonces cada vez más es menos el interés que Uruguay esté.
Pero gracias a Dios realmente tenemos hoy un equipo muy competitivo con el Maestro Tabárez. Son gente muy seria, no hay jugadores -como pasaba en otras épocas- que se salgan de tono, realmente un grupo muy profesional, muy bien ubicado, y yo creo que eso hace que realmente estemos en el lugar que estamos mundialmente, porque no solo que hay muy buenos jugadores,sino también muy buen comportamiento.
Y en tono personal
P: Mario, en todos estos años habrás acumulado muchas anécdotas interesantes...¿Compartirías alguna conmigo?
R: Te cuento una en la gira del Mundial del 90. Hubo una gira previa, en la cual estuve, en la que jugamos en Sttutgart, Alemania. Fuimos tres delegados, un armenio, uno de España creo que vasco, y yo, judío. Nos llevaron a una zona de Bavaria que a mí me hacía pensar en la época nazi ..En un hotel donde nos hicieron un agasajo, nos dieron una medalla, y resultó que el que la entregó fue el intendente de Stuttgart que era ni más ni menos, era el hijo del Mariscal Rommel, jefe del Afrika Korps.
P: ¡Impresionante!
R: Muy fuerte, sin duda.
P: ¿Alguna vez te dio por jugar al fútbol?
R: Yo jugué en Hebraica Macabi hasta muy joven, porque me casé muy joven. Pero no, nunca fui bien jugador. Tuve esa experiencia linda de jugar, pero no a nivel ni profesional, ni nada por el estilo.
P: ¿Sos de los hinchas que pierde la cabeza?
Lo vivo mucho, la verdad que hay días que llego a casa como si me hubieran dado una paliza. Lo vivo intensamente.
P: Hasta los 120 pues. Gracias Mario.
R: A vos Ana, realmente.