Mundo Judío

Mi Sinaí

Tenemos el honor de compartir con nuestros lectores MiSinaí No. 74. Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros.

No. 74
Jaie Sará
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Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 13/11  19:09
Demás localidades ver en  www.jabad.org.uy

SOLTEROS EN EL CIELO

Por Yanki Tauber

Encontraste al hombre de tus sueños. Fue amor a primera vista, te caíste del camello la primera vez que posaste los ojos en él... No sólo él es virtuoso, cortés, guapo, sensible y espiritual, el tipo de persona que en las tardes de verano medita en el campo, sino que también es inmensamente rico. ¡El heredero acérrimo de la familia más prestigiosa de Canaán!

Pero hay una sola cosa medio extraña: nadie sabe dónde ha estado o lo que hizo durante los últimos tres años. Hace tres años, de viaje con su padre a la cima de una solitaria montaña, desapareció en el fino aire. Y ahora volvió tan de repente como desapareció, y aquellos que lo conocen juran, que no se ve ni un día más viejo que el día que se fue.

¿Qué significa esto? ¿Qué presagia esto para tu matrimonio?

En un marcado contraste con otras religiones, el Judaísmo no promueve el desapego del mundo físico. De hecho, algunos dirían que el estilo de vida de la Torá no es, en absoluto, una "religión." El compendio de sus 613 mitzvot (preceptos divinos) se preocupa específicamente, por los problemas no religiosos: qué comes, cómo te vistes, qué tipo de vecino sos, cómo tratas a tus padres, cómo le hablas a tus hijos, cómo te relacionas con tu cónyuge.

El Tania (el libro básico del Jasidismo de Jabad) lo pone así:

De esto se trata el hombre, este es el propósito de su creación, y de la creación de todos los mundos, el superior y el inferior: constituir una morada para D-os en el reino físico.

Ciertamente, también hay mucho de espiritualidad. Cada día comienza con una hora entera de rezos. Cada día tiene consagrado tiempo al estudio de Torá. El judío se dedica a meditar en la grandeza de D-os y desarrollar sentimientos de amor y temor en su corazón. Los pasajes del Talmud (Ética de los Padres 5:22) que describen el ciclo de vida ideal para el judío asigna las primeras dos décadas de su vida enteramente a las aficiones espirituales.

Pero siempre lo espiritual está allí como un preludio y preparación para lo material, y no viceversa. Las plegarias de la mañana lo entonan a uno para el día en el "mercado"; una niñez y una juventud santificada lo preparan para una vida de interacción con el mundo material; se crea un alma completa y primordial que descenderá a la vida física; el estado espiritual de Gan Edén ("la vida después de la vida") precede la investidura del alma en su cuerpo, en el también físico "Mundo para Venir."

Una "morada para D-os en el reino físico" es el objetivo, el propósito. La espiritualidad es el mapa de ruta, las palabras de estímulo para guiar, inspirar y vivificar la materialización de nuestras vidas físicas, tan verdaderas a su creador y esencia.

Un exámen de la cronología de la vida de Itzjak, contada en el Libro de Génesis y sus Midrashim, revela un hueco inexplicable de casi tres años. Según Génesis 21:5, Abraham tenía 100 años cuando nació su hijo Itzjak. Según Génesis 25:26, Itzjak tenía 60 años cuando nacieron sus hijos gemelos, Iaacob y Esav, 20 años después de que se casó con Rivka, a los 40. Ese mismo capítulo cuenta un evento (la venta de la primogenitura de Esav a Iaacob) que ocurrió el día que "los muchachos maduraron". La Torá considera los 13 años como la edad de madurez; Itzjak tendría 73 en ese momento. Ese mismo día también fue el día del fallecimiento de Abraham. Según Génesis 25:7, Abraham vivió 175 años, que ubica a ese día 75 años después del nacimiento de Itzjak.

Según una explicación que ofrecen los comentaristas bíblicos, Itzjak se pasó tres años ,el período entre el tiempo que estuvo en el Monte Moriá y su casamiento con Rivka, en el Jardín del Edén, en un estado totalmente espiritual de existencia. Estos años no fueron parte de su vida física. Así, en el día que Iaacob y Esav hicieron su trato histórico, Itzjak  estaba en su 73mo. año de vida física, mientras que para todos los demás, 75 años de tiempo físico habían transcurrido desde el momento del nacimiento de Itzjak.

¿Qué significa esto para nosotros? El Rebe de Lubavitch ofrece la siguiente visión. En el ciclo de vida de un ser humano, no hay nada que signifique el descenso del alma en la vida física más que el acto y la experiencia del matrimonio. El matrimonio es cuando una persona deja de vivir dentro de su propio cuerpo y empieza a compartir su misma alma con otro cuerpo, en una relación que se practica en el más físico de los viajes humanos. Los aspectos "mundanos" de la vida, el ganarse el sustento, la planificación financiera, llevar el hogar, las compras, consumen cada gota de existencia de uno y toda la energía. Al mismo tiempo, es la satisfacción más profunda de nuestros esfuerzos en la vida. Porque de esto se trata el hombre.

¿Cómo se prepara uno para el matrimonio? ¿Volviéndose más físico, más orientado hacia lo material, en la preparación para esta gran zambullida de su ciclo de vida? Itzjak hizo exactamente lo contrario, se retiró a un estado de espiritualidad absoluta. Esto le dio la visión, la perspectiva, la fortaleza, para hacer de su vida física un lugar divino, en vez de un lugar que disimula lo divino.

¿Quieres saber qué cerca estás de D-os? Mira qué tipo de marido eres. ¿Quieres ser un buen marido? Acércate a D-os.

 

D-OS NO ESCATIMA EN NADA

[Eliezer le dijo a la familia de Rebeca], “Sara, la esposa de mi amo dio a luz un hijo a mi amo después de haber envejecido, y él le cedió [a su hijo Isaac] todas sus posesiones.” (Bereshit 24:36)

Abraham estaba dispuesto a dar toda su fortuna para asegurar que Isaac se case con Rebeca. Así también, D-os está dispuesto a dar “toda Su abundancia” para ayudar a cada uno de nosotros a cumplir nuestra misión de llevar a cabo el “matrimonio” de las dimensiones físicas y espirituales de la realidad transformando el mundo en un hogar para D-os a través de nuestras buenas acciones.

Séfer HaSijot 5752, vol. 1, pág. 109.

Génesis (Bereshit) 23:1 – 25:18

El nombre de la quinta sección del libro de Génesis se toma de sus primeras palabras, “La Vida de Sara” (Jaiei Sara en Hebreo), y comienza con la muerte y entierro de Sara. Luego seguimos al sirviente de Abraham, Eliezer, cuando compromete en matrimonio a la sobrina nieta de Abraham, Rebeca, para el hijo de Abraham, Isaac. Este relato es seguido por el matrimonio de Isaac y Rebeca y las últimas etapas de la vida de Abraham: su nuevo casamiento con Hagar, su muerte, y el alejamiento de su hijo Ismael de su familia y su misión Divina.

SABIOS DE ISRAEL

RABÍ NISIM GERUNDI (HARAN) (1300 – 1360)

Por Nissan Mindel

Nació en Barcelona en el año 5060. Estudió con su padre Rabí Reuben y también fue discípulo de Rabí Perez Hacohen (Kore Hadorot) personalidad que Rabí Nisim Gerundi mencionaba en sus libros con el título "Mi Maestro y Rabino".

Rabí Nisim fue también un gran doctor en medicina y también era Sofer. Fue famoso por su obra de explicación del Código de Rabí Itzjak Elfasi escrita de forma clara y comprensible. Fue gran Posek (legislador que expone la decisión del din) y su opinión era a veces diferente a la de Rashi y Rabenu Tam y a veces a la de Rambam.

Superó por su ciencia a todos los sabios de su época. Siendo aún joven ya era el gran Rabino de la Ieshivá de Barcelona. Se dirigían a él de todas partes de Europa y aun de Eretz Israel para cuestiones de Halajá, que aclaraba con gran sabiduría. Aparte de sus obras sobre el Talmud, escribió una obra sobre la ciencia de la Cábala.

Rabi Nisim Gerundi murió en Barcelona el año 5120.

SABIOS DE ISRAEL

RABÍ MENAJEM BEN SHLOMO (HAMEIRI) (1249 – 1315)

Por Nissan Mindel

Nació en Francia el año 5009. Estudió con Rabí Reuben Ben Rabí Haíim. Fue un gran sabio y vivió en la ciudad de Perpiñon donde fue nombrado gran Rabino. Correspondía con los grandes sabios de su época discípulos de Rambam y Rashba.

HaMeiri meritó fama por su gran obra Bet Habehira, publicada el año 5060, explicación del Talmud – siguiendo el modelo de Rambam en su obra Mishne Torá – escrita en el mismo hebreo claro de la Mishná, sin mezclar las palabras en Arameo del Talmud. No menciona los nombres de los grandes Posekim que le precedieron, sino por su calificativo, el rif por "Guedolé Haposekim", Rashi – "Guedolé Harabanim o Guedolé Hazorfatim" y Rambam "Guedolé Hamehaberim".

HaMeiri consiguió atraer los corazones de los estudiantes por su obra maravillosa Bet Habehira, que por su presentación especial y su forma de aclarar todos los temas, es considerada como uno de los comentarios más populares del Talmud. Hameiri compuso también otras obras: explicación de Tehilim y de Mishle (parte en lenguaje simple y parte en ideas profundas); Maguen Avot; Kiriat Sefer; Bet Iad; Ohel Moed.

HaMeiri murió el año 5075 en Perpiñón. Fue uno de los grandes de su época.

UNA LETRA EN EL ROLLO DE LA TORÁ

 

El rollo de la Torá es una materialización tangible de nuestra conexión con D-os, nuestro tesoro más preciado y nuestro guía en la vida. “Ahora pues,” dijo Moisés, “escribid este cántico para vosotros” (Deuteronomio 31: 19). Por lo que cada judío debe escribir un rollo de la Torá.

Pero la escritura de la Torá es un trabajo arduo. Cada una de sus 304.805 letras debe ser manuscrita con tinta y pluma, en papiro, con una caligrafía especial, por un escriba entrenado.

Si no eres un escriba entrenado, siempre está la posibilidad de encargarle a uno que escriba la Torá. Pero si no tienes el suficiente dinero, hay otra manera de cumplir la mitzvá: comprar una sola letra en una Torá, es decir, que haya una letra escrita específicamente para uno.

Unidad Judía

¿Cuál es la letra más importante de la Torá? ¿La primera? ¿La última? ¿Las letras de los diez mandamientos? De hecho, si cualquier letra está ausente o incompleta, todo el rollo será nulo.

La nación judía es un enorme rollo de la Torá. Cada individuo, menor o adulto, sabio o inculto, constituye una letra. Todos somos uno, interdependientes y con el mismo grado de importancia.

El Rebe de Lubavitch, Rab Menachem Mendel Schneerson, que D-os lo tenga en la gloria, propuso que todos los judíos se unieran mediante la compra de un carácter para un rollo “colectivo” de una Torá que expresara nuestra unidad inherente. Una nación, una Torá, un D-os.

Además, una letra en la Torá pone a su dueño en el “libro de D-os”. “En aquel tiempo”, dijo el profeta Daniel, “será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro…”.

La Torá de los Niños

El Rebe también instó a escribir una Torá especial para unir a los niños. Su unidad es perfecta, pura, impoluta por el pecado. Cada niño o niña judía menor a la edad de su bar o bat mitzvá puede adquirir una letra en el Rollo de la Torá para niños. 

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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