Shurat HaDin, una singular organización jurídica israelí que combate con herramientas legales las campañas de desligitimización de Israel, publicó este miércoles un comunicado oficial celebrando que en los próximos días finaliza sus funciones la Fiscal de la Corte Criminal Internacional (CCI) Fatou Bensouda. La abogada, originaria de Gambia, asumió en el 2012 y desde entonces, en distintas ocasiones adoptó posiciones criticadas por “Shurat HaDin”.
En el 2015, la CCI admitió a la Autoridad Palestina como “Estado miembro”-aunque no lo es desde el punto de vista del Derecho Internacional- y se permitió a los palestinos exigir que sea llevada a cabo una investigación de Israel y las Fuerzas de Defensa de Israel por “crímenes de guerra”. Además, Bensouda también abrió una investigación del mismo tipo contra Estados Unidos en relación a sospechas de crímenes de guerra cometidos supuestamente por las tropas norteamericanas en Afganistán.
Pero Shurat HaDin recalca: “Ni Israel ni Estados Unidos son signatarios del Tratado de Roma así como tampoco son miembros de la Corte. De acuerdo a ello, su posición es que la CCI no tiene jurisdicción para investigar o procesar a sus oficiales y sus tropas. Ambos países alegan que la investigación de la CCI tiene motivación política y por ende se han negado a cooperar con la misma”.
Estados Unidos adoptó una serie de medidas fuertes contra Bensouda, que ella calificó de “política agresiva de antagonismo respecto a la Corte”.
Aquí nos concentraremos en el caso de Israel, sobre el que Shurat HaDin no tiene plena certeza respecto ni al momento ni a la situacón actual de la investigación en curso.
Los dos puntos principales en los que se concentra la Corte Criminal Internacional respecto a Israel son:
-las acciones de las Fuerzas de Defensa de Israel (Tzahal) en el conflicto en Gaza en el 2014
- la construcción de comunidades judías en Cisjordania , que los palestinos alegan constituya una violación de la Convención de Ginebra.
Shurat HaDin ha tomado medidas legales para frustrar la investigación en cuestión. Un punto que no depende de Israel y puede tener gran incidencia, se refiere a la política que adoptará la nueva administración de Joe Biden en Estados Unidos respecto al ICC. La gran pregunta es si continuará la línea dura de la administración Trump que ha adoptado sanciones contra la Corte o tratará de desarrollar una mejor relación.
Desde Europa, diversas voces, desde distintos países, critican a Estados Unidos y defienden a la Corte en nombre de “la Justicia”. Lo que falta demostrar es que eso sea realmente lo que busca la Corte también en el caso de Israel.
Nitsana Darsha-Leitner, la abogada que preside Shurat HaDin y que no tiene reparos en denunciar a viva voz lo que considera injusto, es categórica: “Nadie extrañará a Bensouda o a su tendenciosidad contra Israel, Tzahal y Estados Unidos. Su escandalosa política con la que considera que puede extender su jurisdicción universal a países no signatarios del Tratado de Roma y a Estados que no son miembros de la Corte, deja claramente en evidencia la peligrosa politización de la CCI”. Y agregó: “Bensouda no ha podido hallar los medios legales para investigar a Tzahal y el ejército norteamericano por su opinión que todo lo que hacen es ilegal, y por ende recurrió a un camino no autorizado e ilegal. Lo que podemos hacer es rezar para que la nueva administración de Estados Unidos no baje la guardia ni la protección de sus aliados tratando de hallar la forma de acomodar a esta institutución tendenciosa”.
Darshan-Lerner resumió: “ La agenda de la Corte Criminal Internacional constituye una seria amenaza a la democracia y la seguridad internacional .Es por eso que Israel y Estados Unidos son colocados en el banquillo de los acusados, mientras que Irán, Siria, Chia, Rusia y Líbano, todos reciben paso libre”.
