Israel

Hezbollah, el nombre del terror.

Analizando la posición de la organización pro iraní y su condición de terrorista

(Por Gabriel Katz-JD Corps-WJC)

Por más absurdo que parezca, la organización islámica musulmana Hezbollah aún no es reconocida como terrorista por una cantidad de naciones. Este es el caso en América Latina, donde el grupo fundamentalista chiita libanés ha expandido sus operaciones en los últimos años, involucrándose con la guerrilla, tráfico de drogas y armas y lavado de dinero. Esto ocurre en particular desde la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay.

Entre los países que han designado a Hezbollah como organización terrorista se encuentran EEUU, Canadá, Israel, la Liga Árabe y el Consejo de Cooperación del Golfo. Algunos otros como Australia y la Unión Europea han designado como terrorista únicamente al brazo militar de la organización.

Desde sus comienzos en 1982, el grupo recibe armas, capacitación y apoyo financiero de Irán. Tiene un brazo político y uno armado que actúan de forma coordinada y su secretario general y líder máximo es Hassan Nasrallah, quien niega el Holocausto judío y sostiene que la única solución al conflicto en la región es la desaparición de Israel.

El manto de la muerte de Hezbollah y su patrocinador Irán ha estado detrás de decenas de actos terroristas contra civiles de distintas religiones en todo el mundo, recordándose particularmente por estas latitudes los atentados llevados a cabo en Argentina contra la Embajada de Israel en 1992 y la AMIA en 1994.

En las últimas semanas, el ejército de Israel ha descubierto dentro de su territorio al menos seis túneles cavados por Hezbollah con el fin de realizar ataques masivos en áreas residenciales contra inocentes. Hezbolllah usa la población civil reiteradamente como escudos humanos. Se estima que tan sólo en el sur del Líbano, una de cada tres casas es empleada como base por el brazo armado de Hezbollah, violando así la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU. Dicha resolución fue aprobada en 2006 de forma unánime con el aval del Líbano y del propio Hezbollah, por lo cual su violación implica no solo una provocación a la comunidad internacional sino también la violación de la independencia y soberanía del Líbano.

 

Foto frontal de Hassan Nasrallah jefe de Hizbala

Hezbollah también tiene un rol clave en Siria, luchando junto al ejército de Bashar Assad desde 2012 por mantener su régimen en el poder y cometiendo graves violaciones en contra de la población civil.

¿Hasta cuándo se le permitirá a Hezbollah seguir actuando con semejante impunidad? ¿Todavía hay distraídos que no saben que Hezbollah es un instrumento de Irán para imponer mediante las armas su hegemonía en el Medio Oriente y por lo tanto es una de las peores amenazas a la paz internacional?

Estamos frente a un momento coyuntural clave y por tanto es necesario que aquellos países que realmente anhelan la paz se sumen a la designación de Hezbollah como organización terrorista, tanto en su ala militar como la política. La inmediata imposición de sanciones internacionales podría tener un impacto real en la infraestructura de la milicia y contribuir incluso en buena medida a limitar su acción armada desde zonas pobladas.

La historia reciente demuestra que la indiferencia de las naciones frente a la amenaza terrorista, o peor aún, el mirar hacia un costado no sólo es la peor opción, sino que atenta contra sus propios intereses. Proteger la vida humana debería ser siempre su principal misión.

 

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