Israel

Israelíes laicos y religiosos, de todos los credos, reconocidos por su voluntariado en pro de la sociedad

Aquí, una historia: Baraah Jalta de Nazaret

Hace decenas de años se concibió en Israel un marco de aporte a la sociedad alternativo al servicio militar obligatorio en Tzahal: el Servicio Nacional Civil, llamado en hebreo “sherút leumí ezrají”.

 Ya en 1953 se promulgó una ley determinando que toda jovencita judía que al llegar a los 18 años pide no enrolarse por observancia religiosa, tendrá que hacer dos años de servicio nacional en aporte a la comunidad.La obligación al respecto despertó polémica y la ley nunca fue implementada. Tras ciertos altibajos en los intentos de regularizar y ordenar el tema-aunque voluntariado en pro de la comunidad siempre hubo- el gran empujón fue a partir del 2006 al adoptar el gobierno de entonces las recomendaciones de una comisión oficial  cuyo punto central era abrir la posibilidad de voluntariado a todos los exentos de servicio militar por distintas razones.

Desde el 2000 va en aumento la cantidad de ciudadanos israelíes no judíos que participan en el Servicio Nacional Civil. En el 2003 eran 100 y en el 2010 eran ya 1.350. Eso es sólo parte del espectro general. Están los israelíes laicos y religiosos, ultraortodoxos y de otros matices de observancia, así como también ciudadanos con necesidades especiales que precisamente por su conciencia sobre lo que aporta recibir ayuda, deciden esforzarse ellos mismos para entregarse a los demás.

Hoy en día, en total, son aproximadamente 18.000 los ciudadanos israelíes de todos los sectores de la población que participan voluntariamente en el Servicio Nacional Civil, aportando a la comunidad en distintas funciones. 

Son hombres y mujeres de entre 18 y 24 años a los que no se convoca al servicio militar obligatorio sea por razones religiosas, médicas o de otra índole.  Cerca de la mitad de los voluntarios son las jóvenes religiosas (no ultraortodoxas) que ven en esto un marco apropiado para aportar a la comunidad sin arriesgarse a vivir en condiciones que socaven su forma de vida observante. Otro casi 25% son jóvenes seculares y casi 25% ciudadanos árabes. Un 8% son jóvenes con necesidades especiales y en situación de riesgo. 

Se destacan aportando en distintas áreas del quehacer nacional, en variadas formas de ayuda social, en instituciones médicas y educativas principalmente.Enriquecen a la sociedad y con su aporte, también ellos salen sin duda enriquecidos.

Y como en toda actividad, están aquellos que se destacan en especial por la labor que despliegan en su voluntariado, por su encare y la actitud con la que trabajan diariamente.

Para reconocer a los excelentes entre todos los buenos del año que ha terminado, se llevó a cabo en Beit HaNasí, la residencia oficial del Presidente Reuven Rivlin, una ceremonia especial en la que fueron entregados certificados especiales a 27 elegidos . Así, llegaron emocionados al acto los voluntarios destacados, provenientes de todos los sectores de la sociedad israelí: seculares, religiosos, ultraortodoxos, judíos, musulmanes, cristianos y drusos, inclluyendo jóvenes en situación de riesgo y con necesidades especiales. 

Todos ellos, perlas de la sociedad israelí, a los que el Presidente agradeció emocionado.

 El Presidente los felicitó recordando que “la resiliencia nacional se mide en tiempos de crisis, cuando debemos ser fuertes y trabajar juntos desplegando actividades que nos permitan lidiar con los desafíos”. Y con emoción, mirando a los destacados por la excelencia de su labor, recalcó: “Aquí está el mejor rostro de la sociedad israeí: judíos y árabes, religiosos y seculares, hombres y mujeres, cuyo comun denominador es su significativo aporte a nuestro país, a nuestra sociedad. Ustedes nos inspiran esperanza, esperanza israelí”, agregó agradecido.

 Una historia ejemplar

Baraah Jabla, destacada como voluntaria excelente en la organización de ayuda de emergencia Magen David Adom (Foto: Mark Nayman, GPO)

 

La historia de Baraah (se pronuncia Baraá)  Jalta (21), una jovencita árabe israelí, musulmana, de Nazaret, quien a los 17 se presentó como voluntaria en Magen David Adom (la Estrella de David Roja) en la zona del Guilboa, es un ejemplo de entrega y dedicación. Ha trabajado en una ambulancia y una unidad móvil de atención intensiva, en centros de testeo de Coronavirus y de vacunación contra la enfermedad, ha sido instructora de primeros auxilios y sueña con ser la primera israelí árabe en trabajar como paramédica en el helicóptero ambulancia de Magen David Adom.

Y está segura de que no puede fallar, menos que menos en la situación actual de crisis: “Cuando hay una guerra, los soldados no huyen, así que nosotros, los paramédicos, debemos tratar a nuestros pacientes en cualquier situación, no abandonarlos”, declaró en Beit HaNasí.

Hemos podido entrevistarla. Este es su testimonio:

P: ¿Cómo te sientes con este reconocimiento que has recibido?

R: Sumamente feliz , no tengo palabras para describirlo. Cuando me dijeron que había resultado electa, sentí  que no podía haber mayor honor que esto. Cuando tenía 17 años decidí sumarme a Magen David Adom como voluntaria y eso fue muy significativo para mí. Fui creciendo en la organización , trabajando a toda hora para ayudar a gente que necesita nuestra ayuda, recorriendo el país para responder en forma inmediata a las necesidades de la gente enferma o en cuarentena. Hice todo lo que pude para el pueblo de Israel y estoy muy orgullosa de ello y de estar en Magen David Adom, que ayuda sin distinción de religión ni genero, sin distinción de ningún tipo.

P: ¿Por qué te sumaste de jovencita a Magen David Adom?

R: Porque siempre me gustó aportar, dar de mi misma al prójimo. Creo que es muy importante poder ayudar a los demás. Es cierto que es difícil ir al ejército pero se puede aportar mucho con lo que yo estoy haciendo.

Baraah junto a una ambulancia de Magen David Adom

 

P: Y mencionas al ejército ya que has hecho dos años de Servicio Nacional Civil, que es alternativa al servicio militar. ¿Qué ha dicho tu entorno al respecto?

R: No fue fácil,pero mis padres siempre me apoyaron. Especialmente mi mamá, siempre me apoya mucho, quiere que yo estudie, que tenga éxito. Siempre me dice que tengo que ser fuerte para avanzar en lo que busco.Te cuento que influí también sobre mi hermana, que ahora es voluntaria en la Policía.

P: Pero esto no pasa sólo por tu enriquecimiento personal, que es clave, sino por una actitud ante la sociedad y el país ¿verdad?

R: Sin duda. Yo quiero aportar a mi país de alguna forma y creo que hallé el mejor modo de hacerlo. Parte de mi voluntariado fue evidentemente durante la pandemia y me parece que aporté a que el pueblo salga bien de esta situación con la que aún lidiamos. Cuando hay guerra,los soldados no se escapan. Así que yo estoy aquí.

P: En Magen David Adom y en el Servicio Nacional en general, hay gente de todos los sectores de la población. ¿Cómo ves el trabajo conjunto?

R: No siento diferencia ninguna entre mí y otros en el trabajo. Juntamos las manos sin distintión de religiones, razas ni origen. Estoy feliz donde estoy. Todos me tratan muy ien, me ayudan y apoyan en todo sentido. Los directores son excelentes también y se preocupaban por mí.  Ahora ya terminé el servicio nacional de dos años como voluntaria y trabajo ya en Magen David Adom. 

P: ¿Siempre te has sentido respetada?

R: Siempre . Es una alegría ver que se aprecia lo que hago. El Presidente estaba muy contento cuando me vio, me felicitó con entusiasmo y dijo que estaba orgulloso de mí. No doy nada de esto por sobreentendido.

P: No lo es,justamente, haces bien en verlo así. Baraah, dime…en este año tan loco que hemos estado viviendo ¿cuáles fueron algunas de las experiencias más difíciles que has tenido?

R: Llegar a ayudar a ancianos que nos precisan, cuyos hijos están lejos, compartir momentos muy duros ya que siempre llegamos cuando están en crisis. El tema no es sólo médico. Esto pasa también por escucharlos, precisan hablar, descargarse.

P: ¿Has tenido que enfrentarte a situaciones en las que tenías que lidiar con la muerte?

R: Casi todos los días hay casos de muertes o de gente con heridas serias. Y nosotros tenemos que ser fuertes para sobreponernos al temor. Claro que a veces una quiere llorar, pero intento no hacerlo delante de la familia del enfermo. Hay momentos de crisis, momentos en los que uno se siente sola. También los equipos médicos sufrimos. Somos seres humanos. Debemos acostumbrarnos porque hemos elegido trabajar en esto y sé que debo ser fuerte.

P: ¿Has pasado miedo?

R: Si te gusta tu profesión, no temes.

P: Me imagino que también hay muchas buenas emociones.

R: Sin dua. Muchos momentos emocionantes. Logramos resucitar a un niño de un año y medio de edad. Hay nacimientos, que traen enorme alegría. Son numerosos los momentos que lo dejan a uno muy feliz…cuando un herido grave que no creías se recuperaría, se levanta y vuelve a la vida. Gracias a Dios,la mayoría volvió.

P: ¿Qué te ha aportado a ti misma, como persona, este voluntariado?

R: Me ha dado mucha seguridad, una gran fortaleza, una buena sensación que valgo mucho.Cambié  mucho, tanto por todo el hebreo que aprendí como por la certeza que da saber que sé ayudar a los demás.

P: ¿Y después? ¿Qué quieres hacer más adelante?

R: Mi gran sueño es ser la primera paramédica árabe en el helicóptero de Magen David Adom . Cinco años desde que terminan los estudios, se puede trabajar en el helicóptero.

P: Me dicen en la oficina del portavoz de Magen David Adom  que tú seguro serás paramédica diplomada .

R: Así lo espero.Me gusta atender pacientes en situación de trauma, o sea de emergencias. Siento que nací para esto.

Ana Jerozolimski
(15 Febrero 2021 , 18:58)

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