Cultura

Shtisel y el desafío de no spoilear

Acá vemos a los actores de la serie saludando por Pésaj. Empieza el personaje de Lippe, que yo nunca lo hubiera reconocido. Agradecemos a Radio Jai por permitirnos compartir este video.

La tercera temporada fue muy promocionada antes de su estreno en Netflix. Fue estrenada antes en Israel en el canal Yes. Los comentarios acerca de su impacto me llegaron  a través de twitter. Con mucho orgullo, muchos integrantes de jewtitter hacían alarde de sus conocimientos de hebreo y de verla  antes que la mayoría de los mortales en Netflix del 25 de marzo. 

Vi un día dos capítulos, otro día dos más y en un fin de semana hice una maratón. Shtisel, me emocionó desde la primera escena hasta la última. Lo que más me gusta es la falta de juicio moral sobre el mundo ortodoxo. Tiene una mirada amable hacia un mundo que a la mayoría de los los laicos o giloni nos es ajeno. En Israel, la dicotomía ortodoxos versus seculares, es un grave problema que atraviesa la sociedad y que se acentúa con el tiempo. Muchos críticos de la serie esgrimen que de este tema no se habla. Tal vez olvidan que se trata de una ficción para televisión y Netflix,  no pretende ser otra cosa. Otros critican que algunos temas son muy edulcorados. En esta temporada se tocan temas nuevos como la subrogación, el poder de las mujeres en el hogar, y se profundizan temas como el duelo, los matrimonios arreglados y los conflictos de pareja. La serie nos muestra la mirada del otro muy presente. En varios capítulos, los eventos suceden y la mirada está puesta, en “no cuentes”, “que nadie sepa que tu marido se fue de casa”, como si la solución estuviera en no hablar del tema. El miedo de Guiti es que su historia personal, (Lippe en la primera temporada había ido a Argentina y tuvo un vínculo amoroso con una mujer),  tenga consecuencias en los shidujim de sus hijos. El tema de la dsicrinación de los ashkenazim versus los sefaradim queda explicita. 

Llamé por telefóno al Rabino Eli levy, pinchegorro para jewtitter y me comentó el cuidado de los autores para no nombrar a ningún Rabino de Jerusalem ni ninguna comunidad en particular con la clara  intención de no ofender a nadie. Agregó que uno de los motivos del éxito de la serie es la vuelta a valores tradicionales y familiares que se están perdiendo en estos tiempos que vivimos. Los contactos en la serie con gente no ortodoxa son el dueño de la galería de arte, la mujer que contrata a los extras para la serie y la trabajadora social que visita la familia Shtisel.  

Yehonatan Indursky, co-creador de "Shtisel", creció en un ambiente ortodoxo y asistió a la yeshivá antes de ir a la escuela de cine. Esto le permite contarnos pequeños detalles cotidianos. Netta Riskin, fantástica en el personaje de Guiti, contó en una entrevista que  una coach  la guió en cómo mirar, caminar y moverse. La idea de que las mujeres no solamente se visten con las normas de “tzinuit”, sino que además no deben hacerse notar. Su actuación fue tan buena que un haredí le recriminó, al verla en la calle con su novio, que no era Guiti. La actriz quedó muy contenta, porque para ella ni es una mujer ortodoxa ni es agente del Mossad, como el personaje que interpretó en “False Flag”. A los actores les llamó la atención que los reconocieran en la calle fuera de su caracterización, les pasó a varios de ellos, y no solo en Israel, sino a Michael Aloni (Akiva) en Brasil, y a Dovale Glikman (Shulem) en un restaurante en Paris. Necesitaron horas para caracterizarse, Dovale Glikman lo dice en una nota, mientras le ponen la barba y los peyot, se mira al espejo y se transforma en Shulem ,un personaje dramático con mucho humor. 
 
Se visualiza el uso creativo de Shtisel de los textos judíos clásicos, tal vez  sea su hazaña más notable: los guionistas han seguido el ejemplo artístico de grandes escritores en  hebreo como S. Y. Agnon y Yehuda Amichai para guionar un programa de televisión. 

La  escritura va mucho más allá de un verso aquí y un midrash allá. En la primera temporada, ya estaba claro que los creadores del programa, redistribuirían su educación avanzada sobre el Talmud.. Hubo, por ejemplo, el episodio en el que escuchamos un discurso talmúdico sobre un barco atracado en sábado dentro del perímetro ritual de una ciudad. En esta última temporada, muchas de las discusiones talmúdicas escuchadas son igual de complejas y agregan más capas a la historia. Ahora viudo desde hace siete años, Shulem pasa gran parte de su tiempo solo en la mesa del comedor, fumando y aprendiendo en voz alta pasajes como Berajot 5b, que explora la inquietante teodicea del llamado yissurin shel ahava (los "sufrimientos del amor" que Dios inflige sobre los piadosos).  Cuando Hanina va a consutar con el Rab de la yeshivá  por el tema que lo acucia, “Incluso si hay novecientos noventa y nueve porciones dentro del ángel que lo acusa, y una porción que afirma ser inocente, existe esa posibilidad”, le grita como un oráculo. Mágicamente, el Talmud proporciona el consejo que Hanina busca y sirve como recordatorio de que su amada Ruchama es, si no literalmente, uno en un millón, al menos uno en mil. Los que  no entienden el por qué  todos besan la mezuzá al entrar en una puerta, preguntan. Muchos se sorprenden por las dos camas gemelas en los dormitorios matrimoniales, por las mujeres con el pelo cubierto aún a la hora de dormir. Las oraciones antes de comer y después de hacerlo, están presentes en este show que permite al espectador comprender en diferentes niveles, según su conocimiento e intéres. Habrá quien googlee cada detalle o llame a sus amigas a preguntar. 
 

Glickman coincidió en que "Shtisel" no se trata de religión. "Se trata de relaciones entre personas que tienen deseo, amor y celos", dijo. "Es la religión lo que hace que el drama sea más profundo y el conflicto más fuerte porque tienen que estar delante de Dios todos los días". Complementando la observación de Glickman, Aloni agregó: “'Shtisel' ha construido un puente que conecta ambos lados de la ecuación. Al final, todos somos seres humanos. Estamos luchando por algo; tenemos las mismas voluntades y sueños, y todos tenemos defectos de diferentes maneras. Eso es lo que nos hace humanos, y eso se ve en el programa". Aloni opina que el éxito de la serie se basa en el amor que intenta trasmitir, en el acuerdo más allá de las diferencias entre los personajes. La escena final con que termina la serie merece una reflexión aparte.  Inspirada en el gran escritor Isaac Bashevis Singer. Está en el capítulo nueve. Prometí no spoilear y cumplí.
 

 

Janet Rudman
(01 Abril 2021 , 09:53)

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