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No. 95
Shemini
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Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 9/04  18.10
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HERMANOS EN SINCRONÍA

Por Yossy Goldman

El pueblo judío había estado ocupado inaugurando el Mishkan, el santuario en el desierto y primer lugar de morada de D-os en la tierra. Hubo toda una semana de consagraciones y ofrendas pero aún no había una señal de Arriba. Aharón, el Sumo Sacerdote, estaba amargamente decepcionado. En su humildad, asumió que era culpa suya. Después de todo, ¿no había sido cómplice, aunque involuntario, en el pecado del becerro de oro? Seguramente, el Todopoderoso estaba disgustado con él y por eso no había señal de aceptación del cielo.

Moshé, su hermano, se adelantó, ofreció una plegaria especial e inmediatamente la Shejiná, la presencia Divina, se posó sobre Israel. Entonces bendijó al pueblo con las palabras que se convertirián en el versículo final del Salmo 90: “Que el deleite de Hashem nuestro D-os esté sobre nosotros; dispón para nosotros labor de nuestras manos; confirma la labor de nuestras manos.” Enconces todos los Hijos de Israel presenciaron como Aharon era realmente el elegido y se alegraron que su obra estaba ahora, finalmente, bendecida por D-os. Esta es una hermosa y conmovedora historia de amor entre hermanos. Sin ego, sin competencia, sin envidia, solo un amor puro y sin manchas entre dos hermanos.

Escuché una vez al ex Rabino en jefe de Israel Rabi Y. M. Lau comparando este acto con encuentros fraternales anteriores en la Biblia. Con los primeros hermanos sobre la tierra, el mundo tuvo un arranque muy malo con Cain matando a Abel en un arrebato de celos. Más tarde, los hijos de Abraham, Itzjak e Ishmael tampoco se llevaban muy bien; de hecho su enemistad ¡continúa hasta el día de hoy! La próxima generación no fue mucho mejor: Iaacov y Esav quedaron atrapados en una rivalidad de hermanos casi toda su vida. La saga continuó hasta la siguiente generación con Iosef y sus hermanos. Ellos casi lo mataron, y al fin, “sólo” lo vendieron como esclavo. Cuan gratamente diferente, entonces, es que Moshé y Aharon se respaldaran uno al otro. Cuán dulce, cuán hermoso, como canta el salmista “¡Cuán bueno y agradable es cuando los hermanos moran juntos!” (Salmo 133).

Que mensaje tan importante es este para nosotros hoy. Tanto sea en Israel o en el frente político o en nuestras vidas comunitarias, muy seguido nosotros somos nuestros peores enemigos. Si Israel y todos sus grupos asociados hablaran con una sola voz seríamos mucho más fuertes en nuestro frente internacional. Si las organizaciones judías actuaran en concierto en vez de estar compitiendo constantemente una con la otra, o peor aún, desacreditándose una a otra, todas nuestras comunidades serían más sanas.

Con el favor de D-os, que todos sigamos el ejemplo de Moshé y Aharon y la Presencia de D-os morará también sobre nosotros.

 

 

HUMILDAD CONSUMADA

"Aarón elevó sus manos hacia el pueblo y los bendijo." (Vaikrá 9:22)

A pesar de que Aarón era consciente de que sería su realización de los rituales especiales del día lo que traería la presencia de D-os al Tabernáculo, e hizo todo tal como Moisés le había ordenado, no se sentía merecedor de este rol. La memoria de su rol en el incidente del Becerro de Oro aún pesaba mucho sobre él.

Aarón expresó dichos sentimientos cuando bendijo al pueblo, aplicando el texto de la bendición sacerdotal a las circunstancias únicas del día: Dijo: “Sabemos que la presencia de D-os sólo puede residir en este Tabernáculo si nos ha perdonado por el incidente del Becerro de Oro. Dado que yo desempeñé un papel central en ese incidente, el que nos perdone a todos nosotros depende de que me perdone a mí. Por lo tanto hasta que sepamos que D-os me haya perdonado, no puedo bendecir sus esfuerzos por mi mismo. Por lo tanto, apelo a D-os Mismo para que los bendiga y los proteja. Que D-os haga brillar Su rostro hacia ustedes y los agracie con Su presencia, como resultado de ser parcial hacia ustedes, perdonándolos por el pecado del Becerro de Oro, y de esa manera otorgándoles paz.”

Al igual que con todos los grandes líderes judíos, fueron los sentimientos de falta de adecuación de Aarón lo que lo hicieron realmente apto para su rol.

Likutei Sijot, vol. 22, págs. 39-44.

 

Levítico (Vaikrá) 9:1 – 11:47

La tercera sección del libro de Levítico comienza con la descripción del octavo (Sheminí en Hebreo) y último día de los rituales de instalación. A continuación describe los animales que están permitidos para el consumo judío.

 

SABIOS DE ISRAEL

RABÍ ELIAHU DE VILNA (HAGRA) (1720 – 1798)

Por Nissan Mindel

Nació el primer día de Pesaj del año 5480. Era descendiente de una gran familia de Sabios y grandes de la Torá. Aún niño, dio signos de inteligencia prodigiosa. Según se relata, a la edad de 7 años subió a la tribuna de una gran Kehilá y pronunció un sermón que maravilló a toda la congregación y cuando cumplió 10 años ya no se encontraba profesor y Rabino que pudiera enseñarle Torá; por lo tanto, estudiaba solo y consiguió penetrar en los más profundos rincones de nuestra Santa Ley.

Sus padres le casaron a edad muy joven y se dedicó día y noche al estudio con santidad y pureza mental. Nunca aceptó un puesto de gran Rabino o de Rosh Ieshiva. Para que no lo molestaran, cerraba aún durante el día las ventanas de su cuarto y a la luz de la vela estudiaba Torá con la máxima concentración, envuelto con el Talit y coronado con los Tefilin.

No aprovechó nada de las comodidades materiales de este mundo. Apenas dormía media hora en la noche y para que no sucumbiera al sueño, no calentaba su cuarto en las noches frías de invierno. Nunca caminaba siquiera 4 pasos sin estudiar Torá y sin tener los Tefilin puestos.

 

Compuso 54 libros. Los más importantes son: Aderet Eliahu, comentario del Jumash; un muy valioso comentario sobre las 4 partes del Shuljan Aruj, varios libros de Cabalá y explicación del Zohar.

También escribió obras de astronomía, aritmética y álgebra. En los últimos años de su vida, a pesar de su debilidad, no quiso ser tratado por médicos. Durante su grave enfermedad llamó al Maguid Midubnow cuyas famosas y atractivas parábolas le aliviaban como la mejor cura.

El día de su muerte, se levantó de su cama y, como era Sucot, pronunció la berajá del Lulav. Unos momentos antes de morir, reunió los Ziziot en su mano y exclamó: "Qué difícil es separarse de este mundo, en el cual existen tan valiosas ganancias, ya que sólo cumpliendo la Mitzva tan fácil del tzizit, la persona justa y recta puede contemplar el esplendor divino de la Shejina".

Falleció el 19 de Tishrei del año 5558 a la edad de 78 años.

 

LA CUENTA DEL OMER

Luego de dejar Egipto el primer día de Pésaj, contamos 49 días en ansiosa espera. Entonces, en el cincuentavo día, nos reunimos en el mismo lugar donde D-os habló por primera vez con Moshé y recibimos la Torá.

¿Por qué 49 días? La Cabalá describe 49 facetas que constituyen el carácter humano. Cada día que contamos, otra faceta de nuestra naturaleza fue elevada, llevándonos un paso más cerca para recibir la transmisión divina a la humanidad.

Cada año, volvemos a andar este viaje interno. Comenzando con la segunda noche de Pesaj, contamos los días y semanas hasta el día 50, la festividad de Shavuot, cuando recibimos la Torá una vez más. Lo llamamos la “Cuenta del Omer”.

Cómo:

Después de la puesta del sol, parece y diga:

Bendito eres Tu, Señor D-os nuestro, Rey del Universo, que nos ha santificado con Sus mandamientos y nos ordenó con respecto a la cuenta del Omer.

Luego cuente el día:

“Hoy es un día del Omer”; “Hoy son dos días del Omer”; “Hoy son siete días, que son una semana del Omer”; “Hoy son dieciocho días, que son dos semanas y cuatro días del Omer”; y así sucesivamente, hasta “Hoy son cuarenta y nueve días, que son siete semanas del Omer”.

Y concluya con:

Que el Misericordioso restaure para nosotros el servicio del Templo Sagrado en su lugar, rápidamente en nuestros días; Amen, Selah.

Detalles:

• La costumbre es contar durante la plegaria de la noche, pero se puede hacer durante toda la noche.

• ¿Se olvidó de contar el Omer? Cuente al día siguiente pero sin la bendición. En las siguientes noches continúe contando como siempre.

• ¿Se olvidó de contar de día también? Continúe contando el resto de las noches pero sin recitar la bendición.

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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