Cultura

Natalia Jinchuk y su libro: En flor, sobre las flores en Uruguay

Fotos: Francisco Supervielle

Al ver tu libro lo imaginé ocupando un lugar en las mesitas ratonas de las casas de la gente.  Cada vez hay menos florerías en Montevideo, pero sí más puestos en la calle.


Hay menos florerías tradicionales pero hay nuevos formatos, hay floristas por Instagram, hay showrooms...
 

Leí tu nota en galería y te define como una comunicadora especializada en tendencias.   Para mi, sos alguien que marca el camino buscando la belleza en cada uno de tus proyectos.
 
¡Muchas gracias! Me gusta esa visión.

¿Cómo surge la idea de escribir un libro sobre flores?  El mercado de las flores en Uruguay está a la baja, hay menos producción, se han perdido tradiciones  como el Día de los Muertos, la gente que lleva flores es mayor de 50.

 


La inspiración fue un viaje a Estocolmo en 2018, donde observé la conexión de la gente con las flores en la calle, en las casas, era muy profunda y estaba realmente integrada a la vida cotidiana. Por un lado me pregunté qué pasaba en Uruguay; por el otro surgían nuevos proyectos como el de La Florería y finalmente también desde las tendencias detecté que las flores iban a tener un gran momento. Con respecto a tus afirmaciones, todas son ciertas, salvo por el hecho de que la población que compra flores es mayor de 50: eso está cambiando rápidamente porque el consumo de flores viene con otra intencionalidad de parte de los jóvenes, hay una búsqueda estética por un lado pero también una necesidad de reconexión con la naturaleza, de integrarla al hogar, y las flores forman parte de esa posibilidad. 


 

Creo que hoy día los libros deben ser objetos que nos nutran no solo por el contenido sino por los sentidos.  “En Flor” cumple esa función. ¿Eso te inspiró al generar tu equipo de trabajo? ¿Por qué elegiste a florista Mercedes Lalanne y el fotógrafo Francisco Supervielle para emprender este viaje?


Es así, es un libro que cumple con un buen balance entre diseño, belleza visual, conocimiento y textos que son placenteros de leer. Con Mercedes nos conocíamos de antes, de otras vidas vinculadas a la moda, y cuando vi su intención con La Florería inmediatamente despertó mi curiosidad porque entendí que allí había algo nuevo: una estética, una forma de entender las flores, de vincularse con ellas, que era distinta. Francisco es casi un hermano para mí, lo conozco de pequeño pero me encantó ver cómo fue formándose en un estilo muy particular, con una voz propia, interesante y contemporánea. Meche aportó su conocimiento de flores, se encargó del arte floral y de conectarnos con los productores, un eslabón fundamental. Fran puso su ojo, su carácter, en las fotos: el libro no hubiese sido lo que es sin sus aportes.

 
En el mundo políticamente correcto que vivimos, ser una buscadora de belleza, no te convierte en alguien disruptivo, casi border? ¿La belleza está puesta en tela de juicio, para vos, hoy día?


La belleza está al mismo tiempo sobre y subvalorada. Vivimos en un mundo estético donde las vacaciones de un X o el almuerzo de no sé quién se transforman en escenas de una película, pasadas por el filtro Instagram. Hay mayor búsqueda de perfeccionismo mientras gritamos que queremos aceptación por ser diferentes. Y sin embargo, muchas veces en el mundo real la belleza -con esto me refiero a cierta búsqueda estética, aunque también existe la belleza inadvertida o no buscada- es dejada de lado simplemente porque enfocarse en ella no es una opción. No hay lugar para la belleza. Por eso sí puede ser disruptivo mi gesto, yo insisto en que la belleza es revolucionaria porque logra cosas que a veces la razón no.
 

Entraste en contacto con los cultivadores de flores, que siguen haciéndolo, aún cuando el volumen del negocio ha disminuido  ¿cuál fue tu impresión al conocer gente que trabaja de manera ardua la tierra?


Fue una experiencia humana muy emocionante; la mayoría dice que es solamente su trabajo, pero hay un amor particular en esas tareas que además no tienen un fin de semana o un feriado. El compromiso que exige es enorme, y esta gente está comprometida con las flores. Además, en varios casos conocí a sus familias, su forma de vida, para mí fue importante. Y la vivencia de visitar un campo de flores, de verlas extenderse una junto a la otra en la tierra, ha de ser de las mejores de mi vida.
 
¿Por qué relacionar las flores con citas de escritores? La lectora está presente en el libro. Es una lectora con quien comparto muchos gustos literarios, a quien sigo en redes para ver que recomienda 


Por supuesto, leí muchísimo para hacer este libro y también fui buscando citas que me representaran. Las flores son una temática omnipresente en canciones y poesía; a la hora de elegir algunas y descartar otras, me decanté por artistas que siento cercanos de alguna manera u otra. Cerati es mi músico preferido y tenía que estar. Quise incorporar las voces de poetas uruguayas icónicas como Juana De Ibarbourou o Marosa Di Giorgio, y también a alguien que observó, admiró y pintó flores como Georgia O'Keeffe. La cita de Ray Bradbury creo que capta muy bien esa tensión entre el amor por las flores y la desazón por su corta vida. 
 

¿Qué opinas de los reclamos del feminismo que dicen que regalar flores es algo machirulo? ¿Se instaurará la costumbre de regalarles flores a los hombres?


Regalar flores es un gesto que  se fue cargando de distintos significados mientras se sucedían las diversas épocas. Creo que hoy estamos en un momento de resignificación de esos gestos, atravesado por una nueva lectura del mundo. Lo que no va a dejar de suceder jamás es que las flores sean una muestra de afectividad, hacia nosotros mismos o los demás. Ya veremos las formas que adopta hoy.
 

Me gusta del libro que las fotografías son enormes y los textos breves.  ¿Fue un tema estético o tiene algún otro motivo?


Como la intención era mostrar también la estacionalidad de las flores uruguayas, el trabajo de fotografías duró casi un año completo y culminó poco tiempo antes de ir a imprenta. Mientras esto sucedía fui lentamente escribiendo los textos, entrevistando gente, leyendo todo lo que caía en mis manos... y los textos terminaron siendo breves porque sentí que de esa manera todo estaba dicho. Luego llegó el momento de diseñarlo, un gran trabajo de la diseñadora uruguaya residente en Barcelona María Villamil, que otorgó a las fotografías ese lugar tan central en marcos limpios para darles el destaque que merecen. Por tratarse de flores, el libro forzosamente tiene que ser muy visual, y creo que el diseño acompaña esa intencionalidad.

¿Cómo fue entrevistar al ex presidente Jose Mujica en su rol de floricultor? Mujica tiene un discurso de desprecio hacia el consumo y la belleza. ¿No es una contradicción que se dedique al cultivo de flores?

Ex Presidente José Mújica

 


Mujica plantea su profesión como una casualidad, como una forma que tuvo tempranamente y luego del fallecimiento de su padre de ganarse la vida. En la entrevista, él dice que la poesía está en la palabra, y no en la naturaleza. Yo creo que él aboga por lo utilitario y lo práctico, pero dudo que una persona que conecta con la naturaleza como él lo hace sea ajena a la belleza. De todos modos entrevistarlo fue una oportunidad única para mí de conversar desde otro lugar con un ex presidente, alguien que se ha dedicado a estudiar la historia y el comportamiento humano y cuya visión única, más allá de la política local, es muy valiosa y valorada a nivel global. De hecho, justo antes de conversar conmigo había tenido una entrevista con Harari :)

Muchas gracias, Natalia

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