Israel

Ya como Primer Ministro, Yair Lapid destaca la necesidad de unidad interna, y combina firmeza con apertura hacia la paz

Este sábado por la noche, poco después de terminado el Shabat, el flamante Primer Ministro de Israel Yair Lapid, que está al frente del gobierno de transición, se dirigió a la nación por primera vez desde que asumió el cargo el jueves a medianoche.

Más allá de la postura política de cada ciudadano, estando claro que habrá quienes lo elogien y concuerden con él y quienes lo critiquen , consideramos que es un discurso que vale la pena leer.

 

Al final de la traducción íntegral del discurso al español, compartimos también el video del discurso completo, en hebreo por cierto, para quienes entienden el idioma y quieren disfrutar de escucharlo.

A continuación, el discurso completo.

 

Al comenzar mis palabras deseo agradecer desde aquí al 13° Primer Ministro del Estado de Israel Naftali Bennett por la decencia, la amistad, por haber conducido al gobierno en el último año a logros económicos y en el plano de la seguridad, logros que no se vieron aquí durante años. Un agradecimiento especial por el hecho que los ciudadanos  de Israel ven esta semana una transferencia ordenada del cargo entre personas que cumplen acuerdos y dan crédito el uno al otro.

El Estado de Israel es más grande que cada uno de nosotros. Es más importante que cada uno de nosotros. Estaba aquí antes que nosotros y estará aquí mucho después de nosotros. No nos pertenece solamente a nosotros. Pertenece a aquellos que soñaron con él durante miles de años en la diáspora y también a quienes aún no nacieron, a las generaciones venideras.

 

Por ellos y por nosotros, debemos elegir el bien común. Lo que nos une. Siempre habrá discrepancias. La pregunta es cómo las manejamos y cómo garantizar que las discrepancias no nos manejen a nosotros.

 

 

Discrepar no es necesariamente algo malo, mientras con ello no se socave la estabilidad del poder y nuestra resiliencia interna. Mientras recordamos que todos tenemos el mismo objetivo: un Israel judío, democrático, liberal, grande, fuerte, avanzado y floreciente. 

 

La verdad israelí a fondo es que en la mayoría de los temas importantes, creemos en lo mismo.

Creemos que Israel es el Estado nación del pueblo judío. Su creación no comenzó en 1948 sino el día en que Yehoshua bin Nun (Josué) cruzó el Jordan y conectó para siempre el pueblo de Israel con su tierra, entre la nacionalidad judía y la patria israelí.

Nosotros creemos que Israel debe ser una democracia liberal en la que cada ciudadano  tiene el derecho de cambiar al gobierno y determinar el camino de su vida. Nadie puede quitarle sus derechos fundamentales: su dignidad, su libertad, su derecho a seguridad.

 

Creemos que debemos preservar siempre nuestro poderío militar. Sin eso, no hay seguridad. 

 

Yo soy el hijo de un sobreviviente de la Shoá, un niño judío de 13 años a quien trataron de matar, y no había quién  lo defienda. Nosotros nos defenderemos solos, por nuestros propios medios.  Garantizaremos que siempre tengamos a las Fuerzas de Defensa de Israel, un ejército de fortaleza indudable, al que temen nuestros enemigos.

 

Una noche en el invierno de 1944, en el ghetto de Budapest, mi abuela llamó a su hijo. Mi padre. Le dijo: “Hijo mío, tú no lo sabes, pero hoy es tu Bar Mitzva. No puedo hornearte una torta, tu padre ya no volverá- mi abuelo murió en el campo de concentración Mauthausen- pero hay una cosa que puedo hacer”. Y sacó una pequeña botellita de perfume Channel 5, el perfume que usaban las damas elegantes antes de la guerra. Nunca sabemos cómo logró guardarlo todo ese tiempo. Lo rompió tirándolo al suelo y dijo: “Por lo menos, en la Bar Mitzva de mi hijo no habrá mal olor”.

 

Nosotros consideramos que Israel es un Estado judío, que su carácter es judío, su identidad es judía, y también su trato de sus ciudadanos no judíos es un trato judío. En el libro de Números dice : “El extranjero que resida con ustedes les será como uno nacido entre ustedes, y lo amarás como a ti mismo, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto. Yo soy el SEÑOR su Dios”.

 

 

Consideramos que mientras las necesidades de seguridad se preservan , Israel es un país que busca la paz. Israel extiende su mano a todos los pueblos del Medio Oriente, incluyendo los palestinos, y dice: Es hora que reconozcan que nunca nos moveremos de aquí , así que aprendamos a vivir juntos. 

 

 

Creemos que hay una gran bendición en los Acuerdos de Abraham, una gran bendición en el empuje de seguridad y economía creado en la cumbre del Neguev con los Emiratos, Bahrein, Egipto y Marruecos. Y habrá gran bendición en los acuerdos que llegarán.

 

 

El pueblo de Israel no morará aislado.

Nuestra función es fortalecer nuestra posición en el mundo, nuestras relaciones con nuestro gran amigo Estados Unidos y llevar a que la comunidad internacional combata el antisemitismo y la desligitimización de Israel.

 

 

 

Creemos que la función del poder es cuidar la ley y la función de la ley es cuidar al poder. La ley es lo que nos protege de corrupción y violencia. Los tribunales son quienes protegen al débil del fuerte. La ley es la base de nuestra vida en común.

 

 

Creemos que la economía israelí debe estar basada en los principios del mercado libre, en la creatividad y la dinámica de la tecnología israelí. Pero nuestro deber es cuidar a quienes no tienen. Dar a todos los niños, en cualquier lado, una oportunidad decente.

 

 Creemos que la amenaza iraní es la primera amenaza sobre Israel. Haremos todo lo necesario para impedir que Irán alcance poderío nuclear o logre instalarse en nuestras fronteras. 

 

Estoy aquí frente a ustedes en este momento y desde aquí les digo a todos aquellos que buscan dañarnos, desde Gaza a Teherán, desde las costas de Líbano y hasta Siria: no nos prueben. Israel sabrá usar su fuerza ante cualquier amenaza y ante cualquier enemigo. 

 

Oramos juntos por nuestro soldados y policías, por aire, tierra y mar.  No nos mantendremos en silencio y no descansaremos hasta que sean devueltos nuestros hijos, Hadar Goldin y Oron Shaul, de bendita memoria,  Abera Mengistu y Hisham a –Sayyed.

 

Creemos en otra cosa: que tenemos derecho a no concordar. La libertad de opinión es un principio fundamental. La libertad de prensa es un componente sin el cual no podrá haber democracia. Debemos dedicar esfuerzo a descubrir los hechos y comprender la verdad.

 

La gran pregunta israelí es por qué justamente en una époa en la que hay una amplia concordancia nacional en todos los temas importantes, el nivel de odio y ansiedad dentro de la sociedad israelí es tan grande ¿Por qué la división amenaza más que antes?

 

La respuesta es: la política. En Israel el extremismo no viene de las calles a la política sino al revés, se extiende como lava de la política a las calles. El espacio político se ha tornado cada vez más extremista , violento y malvado, y arrastra detrás suyo a la sociedad israelí. Esto lo debemos detener. Es nuestro desafío.

 

El Estado de Israel, los israelíes, son mejores. Hay aquí inteligencia, imaginación y fuerzas que no existen en ningún otro lado. 

 

 La economía israelí es un centro de peregrinación de todo el mundo. Justamente en una época de crisis global, nuestro potencial ha crecido. Sabemos cambiar, sabemos mejorar. Pero hay que hacerlo juntos.

 

En mi oficina en la Kneset tengo dos fotos colgadas, una al lado de la otra: David Ben Gurion y Menajem Begin.  Dos adversarios políticos duros, pero al mismo tiempo, los dos jefes de gobierno más importantes que hemos tenido. Siempre se peleaban, pero siempre tenían presente que tienen el mismo objetivo: construir la fortaleza y la naturaleza moral de Israel.

 

Este objetivo es mayor que todo lo que nos separa. Nuestra prueba no está en ganar la discusión, sino en lograr hallar el camino para trabajar juntos con aquellos que no concuerdan con nosotros.

 

 

Este discurso lo están escuchando ahora no pocas personas que no votaron por el gobierno, que no lo apoyan ni lo apoyarán. Les agradezco que estén dispuestos a escuchar.  Pido trabajar junto con ustedes por el bien de nuestro país. Estoy comprometido a servirlos también a ustedes. Adopto las palabras de mi antecesor en el cargo y pido reiterarlas: somos hermanos.

 

 Los desafíos con los que tenemos que lidiar con gigantescos. La lucha contra Irán, el terrorismo, la crisis en la educación, la carestía de la vida, la necesidad de fortalecer la seguridad personal. Cuando los desafíos son tan grandes, no podemos gastar nuestras fuerzas en peleas. Para crear aquí algo bueno compartido por todos, nos necesitamos unos a otros.

 

Nuestros niños nos miran. ¿Qué queremos que vean?  Queremos que nuestros hijos vean que hicimos todo para construir juntos un Israel judío y democrático, fuerte y avanzado, generoso y bueno.

 

Sólo si estamos juntos podremos resultar victoriosos.

Muchas gracias.

 

 

 

 

 

Ana Jerozolimski
(03 Julio 2022 , 16:02)

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