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Los Schindler, otra historia macabea de hermanos futbolistas que van hoy a la final

La medalla de plata ya la tienen asegurada, pero este domingo, en la final, van por el oro, así que vale la pena compartir otra historia del gran equipo uruguayo de esta Macabeada , el fútbol open, que está haciendo historia. Esta vez, con los hermanos Federico y Martín Schindler que comparten el amor por el fútbol y por todo lo que se desprende deesta representación.

Escucho a Fede y me parece estar escuchando a Roby, su padre.  Lo bueno es que no heredó sólo un timbre de voz y la forma de hablar, sino que tanto él como su hermano Martín recibieron tanto de él como de su mamá  el amor por la vivencia en el movimiento juvenil Macabi, una de las 7 tnuot en la colectividad judía uruguaya que tanto significan para la juventud que activa en sus grupos. De allí al fútbol representando a Hebraica Macabi en la Liga Universitaria uruguaya, hay por supuesto varios pasos más, pero de ahí viene el trasfondo.

Federico Schindler no fue de los que ya de chico se abocó infaltablemente a las actividades de los fines de semana en Camacuá, pero cuando empezó, cerca de los 13, ya no se quiso ir. Y no se limitó a la diversión de las actividades sino que como muchos otros jóvenes, tomó responsabilidades en la parte educativa y de liderazgo, llegando primero a ser Rosh Bogrim, o sea el líder de los mayores del movimiento, y luego Rosh Hanhagá, un término que traducido literalmente del hebreo significa “Cabeza del liderazgo”, el referente número 1 del movimiento.

 

“Así que de Macabi estoy bastante completo”, comenta Fede con una sonrisa. “Es un sentimiento que está a flor de piel”. 

Su primera Macabeada fue en el 2013, a los 21 años, en el campeonato internacional en Israel, siendo de los menores del grupo. Desde entonces, no se perdió una: la Panamericana de Chile en el 2015, nuevamente en Israel en el 2017, otra Panamericana en México y la actual, número 21, en Israel, la primera después de la pandemia. “Estoy muy, muy feliz de estar nuevamente en las Macabeadas, otra vez ganando medalla. Y esta Macabeada diría que fue un poco especial porque yo hace un año me rompí el ligamento cruzado de la rodilla y cuando me rompí lo primero que pensé fue si podía llegar o no a estar en un nivel competitivo”, recuerda hoy ya más aliviado porque “por suerte pude llegar, pude jugar y disfrutar de toda la experiencia”.

 

Por su parte, su hermano Martín, que nos cuenta activó siempre en Macabi, juega el fútbol en primera división de Macabi desde los 17 años.  Y desde entonces, también participó en varias Macabeadas, tanto internacionales en Israel como Panamericanas. De estas últimas, la primera suya fue en Buenos Aires en el 2007. La actual en Israel es su séptima Macabeada.

 

Martín y Federico Schindler en la cancha

 

Un equipo especial

 

Formalmente, no se consideran un equipo profesional sino amateur, pero como representantes de Hebraica en la Liga Universitaria del Uruguay y ahora como representantes de Uruguay en la Macabeada, lejos están de tomarse esto a la ligera.

“No somos solamente un grupo de amigos que nos juntamos a jugar los domingos”, aclara Martín. “Tenemos tres prácticas obligatorias martes, miércoles y jueves, pero después todos entrenamos por nuestra cuenta de mañana con profesores particulares. La parte física, al gimnasio y más allá del tiempo, los recuersos que  destinamos a todos los médicos, fisioterapeutas, recuperaciones cuando hay lesiones, es muchísimo el tiempo que nos saca y lo hacemos porque disfrutamos mucho”.

Pero eso no pasa solamente por el disfrute de jugar. “Estamos muy comprometidos con la causa”, asegura Martín. “Y  la verdad también es porque si no entrenás de esa forma, en el campeonato en la Liga Universitaria, en la divisional A, no tendríamos chances . Siempre intentamos dejar al  club lo más alto posible”.

 

También su hermano Federico se refiere a este punto.

“Si bien somos amateur y todos trabajamos ocho horas por día en otro caso, en otro lugar, y tenemos todos nuestros temas de trabajo que nos cansan y viajes y demás, el  enfoque profesional que se le da a esto es impresionante, es realmente motivador “, comenta Federico. Y lo bueno es lo que cómo cada uno incide en los demás. “Esto se siente para todo el grupo, porque el que no entrena siente que está por fuera del grupo y nadie quiere estar en esa situación,  así que  todos entrenamos”. 

 

Se da también algo especial en los años de Macabeadas. “Además de entrenar más veces como grupo, se arman grupos chiquitos , dependiendo de los horarios y se entrena con otro profe aparte para poder tener una especie de doble horario en algunos días. Y  lo más lindo es que como esos grupos se forman según la disponibilidad de horarios, te puede tocar en esos marcos más chicos entrenar con una persona que sea tu amigo de toda la vida o alguien que conociste en Hebraica por el fútbol “. 

 

Y esto lleva a una situación singular. “Hoy en día yo, personalmente, puedo considerar a todos mis amigos y creo que eso es lo más lindo y es el plus en el que nuestro técnico Osvaldo Canobbio puso  énfasis”, dice Fede.”Y creo que todos nos atamos a eso y nos agarramos de eso, que es que no hay nada más lindo que jugar con amigos, porque el sacrificio, creo que en momentos donde sentís que no hay nada más para dar, se puede sacar ese plus, ese algo más que por un amigo se puede hacer siempre un poquito más. Y creo que eso es lo que nos está dando el resultado de poder competir contra todos y en este caso ganar los partidos que hasta ahora tuvimos que jugar”.

Y claro que participar en la Macabeada, es un esfuerzo adicional. “Es que sabemos del potencial que tienen los demás países, así que los últimos  seis meses fueron impresionantes”, dice Martín.”Entrenábamos en doble horario y para ser deportistas amateur la verdad es mucho el tiempo que le dedicamos, pero lo disfrutamos mucho. Y cuando se dan estos logros deportivos, la satisfacción es indescriptible”.

 

Los hermanos sean unidos…

Tampoco en esta nota podemos eludir una de las singularidades de este equipo: tres pares de hermanos jugando juntos: Fede y Martín Schindler, Nicolás y Marcel Poziomek y Matías y Mikael Lijtenstein.

 

“Jugar con mi hermano es la alegría más grande del mundo para mí”, asegura Federico. “ El fútbol es lo que nos apasiona a los dos de chicos y poder jugar juntos es espectacular. Y poder ganar. Ni te digo que por suerte en Hebraica nos acostumbramos a ganar y a jugar, y cada vez que termina un partido y nos toca a los dos estar en cancha, es el primero que busco para abrazar. Y cuando nos toca estar afuera, también, la verdad es que es un disfrute impresionante. En mi caso, que trabajo con mi hermano, estamos todo el día juntos”. Y agrega: “Diría que la mitad de nuestras charlas son de fútbol, son de Hebraica y este año hablamos mucho de lo que iba a ser la Macabeada y creo que nunca soñamos con estar preparando el partido de la final, así que es realmente una felicidad enorme poder compartir con él el fútbol”.

 

Martín  comparte plenamente el sentimiento.

“La verdad es que siempre nosotros decimos que es un plus, que tenemos como equipo, que no somos compañeros y ni siquiera amigos, sino que armamos un grupo de familia entre todos, desde el que juega todos los partidos, todos los minutos, hasta el último, que capaz no juega tanto”, asegura.”Nos convertimos en una familia y eso sin duda, en los momentos difíciles o cuando estamos más cansados, te hace sacar un plus, que es la diferencia, me parece. Y obviamente, para mí particularmente, jugar con mi hermano es lo más grande que hay, ya sea en los momentos más duros o en los momentos de mayor festejo, siempre nos buscamos para para estar juntos; los abrazos que tengo con él son recuerdos que no me olvido nunca y sin duda, una de las razones que me hizo seguir este año, que ya soy de los más viejitos del cuadro, es poder compartir una nueva Macabeada con él, que para mí es lo más lindo del mundo”.

 

La emoción de los juegos olímpicos judíos, representando a Uruguay

 

Quien no lo ha vivido, quizás no puede captar la dimensión de lo que significa para los deportistas participar en una Macabeada. Con razón se lo considera uno de los eventos deportivos más grandes del mundo, los Juegos Olímpicos del mundo judío. Hay 10.000 deportistas judíos de 62 países. Campeones en diversas macabeadas han sido también grandes medallistas en Olimpíadas generales. Y saber que con todos ellos uno comparte la vivencia del pueblo judío, en el Estado de Israel, es muy fuerte.

 

“A veces puede pasar que cuando uno es parte de las Macabeadas, no se da cuenta de la dimensión plena de este evento. Pero cuando uno vive por ejemplo la inauguración, ve cómo cada país viene preparado, captamos lo privilegiados que somos de poder estar acá. Y es una sensación única”.Una sensación, claro, que  lleva a conclusiones: “Creo que todos sentimos cada vez que nunca faltaremos a una Macabeada, porque el poder ponerse la camiseta de Uruguay para representar al país en un evento de la comunidad, es impagable. Realmente es hermoso y lo disfrutamos mucho”.

Martín lo detalla más aún.

“Sin duda que representar a Hebraica Macabi para mí es un orgullo impresionante. Yo voy al club desde que soy muy chiquito y en su momento, hace unos años, participé de la directiva y más allá de la parte deportiva de fútbol, en todo lo que yo puedo ayudar y dar una mano, representar a Hebraica para mí es muy importante. Después, representar a Uruguay es todavía más, un doble orgullo jugar con la camiseta celeste, la verdad, impresionante”.

 

Como muchos otros, Martín destaca el momento en que en la inauguración, todos los presentes, contrincantes en las canchas pero hermanos en la identidad, cantan juntos el himno nacional de Israel, el Estado judío, Hatikva. “Esa es una de las partes más emotivas de la Macabeada,  cuando tanto en la inauguración o como en el cierre, se toca el Hatikva . Y vos mirás  para los costados y están no solo los uruguayos, sino judíos de todo el mundo cantando el himno y la verdad eso para mí es de los momentos más emotivos, y siempre lo digo, especialmente cuando es en Israel, ver el estadio con 10.000 atletas judíos, todos juntos acá cantando  el Hatikva, es  muy, muy emocionante”.

 

Representar, no sólo en goles

Y eso no va de la mano sólo de victorias.

 

“ Nos ha tocado perder y también se disfruta y creo que la experiencia en este caso realmente va más allá del resultado”, dice Federico. “Y el poder viajar como una delegación, representar a Uruguay, no solo dentro de la cancha, sino en todas nuestras actitudes, fuera de la cancha, dejando un vestuario limpio, ordenando cada vez que nos toca jugar en un lugar, dejándolo lindo, mostrar un poco la cultura del país, estar con el mate todo el día y que la gente nos pregunte ¿qué es eso?, y poder ir compartiendo nuestra cultura, es hermoso”.

 

Compartir la vivencia con otros deportistas judíos, también es clave. “Es hermoso también ver a las demás comunidades judías del mundo y poder intercambiar con ellos, ver cómo viven ellos y cuál es la realidad en los distintos países. La verdad que es muy gratificante entonces, es importante no quedarse solo con la parte deportiva, sino también poder valorar todo lo otro que se vive, que realmente se lo recomiendo a todo el mundo, a todo aquel que tenga la posibilidad de venir alguna vez a una Macabeada, ya sea panamericana o sea internacional, mundial, sin duda es una experiencia que recomiendo para todos”.

 

 

Faltando poco para la final en la que el equipo macabeo uruguayo buscará la medalla de oro, pedimos a Fede que nos resuma el sentir general  de todos , el ambiente en el que están jugando.

 

“La sensación de todos es de orgullo y de felicidad. El orgullo de pertenecer a este grupo, sabemos que nadie nos regaló nada, del esfuerzo que hicimos todos para estar acá, de todo lo que dejamos de hacer para poder estar acá defendiendo a Uruguay y poder estar a la altura y enfrentarnos con los rivales capaz más duros o rivales que mucha gente pensaba que nos iban a ganar, y poder hacerles frente y ganarles, es  una sensación de orgullo realmente  indescriptible”, responde sin titubear.

 

Fede comparte con nosotros una conversación de días atrás en el equipo, repasando el esfuerzo que significó para cada uno poder llegar a esta Macabeada. Varios pasaron lesiones de rodilla o musculares, pero todos hicieron un gran esfuerzo para poder estar. “No es menor que los 22 jugadores que vinimos a jugar, todos tuvimos minutos en la competencia, que eso no es fácil y eso habla un poco de lo parejo que es el grupo y lo unidos que estamos, cada uno sabe el rol que le toca y todos somos fundamentales y necesarios para conseguir lo que estamos consiguiendo”, dice Fede.

 

Y Martín, que es el mayor del equipo, con 34 años, tiene un resumen especial.

“Yo  empecé a jugar con 17 años y me acuerdo- son muchos y no quiero pecar por no nombrar a todos, pero ellos estoy seguro que saben a quiénes me refiero-de  cómo nos apadrinaron a mí, a Kevin Lubinsky, a Mario Mendlowicz y eso que nos enseñaron y nos fueron transmitiendo, ahora yo con 34 años, siendo el más grande del plantel y viendo cómo fuimos creciendo, puedo seguir transmitiéndolo”.  Y recuerda la trayectoria futbolística en las Macabeadas. “En el 2013 hicimos seis puntos y no pudimos pasar la serie; en el 2017, por primera vez pasamos la serie y perdimos en cuartos; ya en el 2019 conseguimos el bronce; y ahora en el 2022 tener la posibilidad de jugar a la final, no es solamente mérito de los que estamos ahora acá, sino que es algo que se sembró hace muchos años, no solo a nivel deportivo, sino a nivel de grupo y de algunos valores que seguimos trayendo de esa época y que vamos transmitiendo a todos los chicos que se van sumando al equipo. Y creo que es mérito de todos y me siento muy orgulloso, me quedo tranquilo que se mantiene el espíritu y que los más nuevos ya aprendieron bastante.

Y les digo: me voy tranquilo que el legado de dejar a Hebraica Macabbi en lo más alto, está asegurado con ustedes. 

 

¿Y sobre el resultado de llegar a la final?

“ La sensación de estar en las finales, realmente no creo que ni el más optimista de nosotros hubiese pensado que íbamos a estar en la final, dejando en el camino a los rivales que dejamos en el camino, porque le ganamos a Israel, que es el gran favorito; en la fase de grupos”, dice Fede. “Jugamos contra Estados Unidos, a quien volvemos a enfrentar y fue un empate 1 a 1 en un partido muy parejo; después le ganamos a Francia, que venía de ganarle a México, que es un equipo muy duro, que ya conocemos porque hemos jugado en otras Macabeadas. Entonces es una felicidad total. Y ahora vamos por ese bonus track, por así decir, ese extra de intentar irnos con la medalla de oro. Pero sin duda que ya estar peleando por el primer puesto para nosotros es un sueño”.

 

La hinchada desde el paisito

Este equipo tiene dos hinchadas: los uruguayos en Israel y los que alientan desde Montevideo.

“Lo de Uruguay me sorprende terriblemente”, cuenta Fede. “Mis amigos, ninguno de los cuales juega en Hebraica, me escriben todos los días para saber cómo nos fue, que les cuente del partido, cómo nos estamos preparando. Todos miran el partido, terminan los partidos, agarro el grupo WhatsApp y veo el minuto a minuto de ellos comentando si fue faul, si no fue faul, qué pasó. Y sé que todos los que estamos acá en su grupo de la generación de WhatsApp, se habla del partido. Mis familiares allá están todos atrás de la transmisión y nos escriben antes y después. Sin duda que tomó una trascendencia que no nos imaginamos que iba a pasar”.

Esto no es meramente recibir repercusiones desde allá, sino combustible directo a la cancha.

“Esto solo agranda la locura y la felicidad que nosotros tenemos de saber cómo la gente se engancha. Y creo que en parte porque todos saben el esfuerzo que todos hicimos para estar acá y estar obteniendo los resultados, creo que a ellos realmente también los pone felices de vernos a nosotros contentos y ver que todo el esfuerzo y todo lo que nosotros sacrificamos allá ahora no nos está dando resultado y lo estamos poniendo a festejar”, dice Fede Schindler. “Así que no dudo que la felicidad y nuestra también es de ellos. Y el apoyo de ellos allá también a nosotros nos motiva y nos dan esas ganas, ese plus de dar un poquito más. Ni que hablar de la gente que está acá en Israel y nos ha venido a alentar a los partidos, el aguante cuando se ponen a cantar, cuando nos dan para adelante en cualquier jugada, eso sin duda, como jugador amateur, que es algo que no estamos acostumbrados, es algo que nos motiva mucho y nos ayuda a mantener la concentración y el enfoque en esos momentos de partido, que a veces uno se va porque hizo algo mal o porque el otro cuadro está jugando mejor. Y escuchar que la gente te alienta atrás, realmente te motiva y te ayuda a dar el 100% de uno. Así que, es más, más de este sueño del que no nos queremos despertar”.

 

Preguntamos si hay algo más que quisieran destacar. 

“De hecho, lo que ya dije, el grupo”, responde Fede. “Destacaría que realmente somos una familia, somos como hermanos todos y tenemos un objetivo claro, cada uno sabe el rol que ocupa en el grupo, que todos somos importantes para lograr los grandes objetivos y el esfuerzo que hizo cada uno de nosotros para poder estar acá de la manera que está, estando a la altura de la competencia y pudiendo obtener los resultados que nosotros queríamos. Así que creo que eso es lo más importante. Y si bien antes de venir nadie nos aseguraba nada, todos veníamos con la cabeza tranquila de que dimos el 100% para llegar de la mejor manera. Cuando lo podemos ver reflejado en resultados, obviamente que nos dejan más tranquilos todavía”.

 

Y Martín resume con un agradecimiento hermoso a nivel personal, que suena a despedida de la categoría, no con tristeza sino con gran emocion.

“Y lo más importante, que se lo digo todos los días a mi esposa que está en Uruguay haciéndome el aguante con nuestro hijo que tiene un año y medio, y bancó estas dos semanas ahí sola, embarazada, porque se viene si Dios quiere, en unos meses nuestro segundo hijo, nada sin el apoyo de ella y toda la logística y la fuerza que le metió allá estando sola, trabajando embarazada y con Joaco, sin la ayuda de ella, no podría haberme venido, no podría haber entrenado estos seis meses con todos los chicos para poder estar acá compitiendo con ellos”. Con mucho para mirar hacia atrás y feliz por los resultados, agrega: “Creo que  con esto ya voy cerrando mi etapa acá en la categoría open. Así que quiero agradecerle de nuevo a mi esposa  por todos los años que me bancó la cabeza y que me ayudó a llegar hasta acá”.

Nos agradece por la nota-aunque somos nosotros los agradecidos- y agrega “un beso para todos allá en Uruguay”.

 

Ana Jerozolimski
(24 Julio 2022 , 06:14)

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