Janet Rudman

Janet Rudman

Me gusta leer y escribir. Encontré en la lectura y la escritura una forma de canalizar mi esencia. Leo con la misma pasión con la que tomo café. Me gusta escribir sobre historias mínimas. He trabajado en varios proyectos editoriales uruguayos que construían identidad judía: Kesher, TuMeser, Jai y ahora formo parte del staff de SemanariohebreoJai.

Columna de opinión

Los post it

Mi post it preferidos son rectángulos  de doce milímetros  por cuarenta y cinco. Los puedo usar en forma vertical para marcar páginas de libros o en forma horizontal si pretendo señalar frases. De esa manera, recurro a ese libro al buscar material para preparar talleres de lectura. Son autoadhesivos y es necesario tener cuidado en pegar la parte autoadhesiva contra el papel y no cometer la torpeza de hacerlo al revés. 

Me gustan sus colores vivos: fucsia, naranja, amarillo, verde y azul. Si tuviera que elegir un color, este sería el azul. Es mi color preferido para todo,  también para los post it. Cómo me gustaría que lanzaran al mercado  el color jean gastado. Sería capaz de comprarlos por internet y pagar el flete, lo que detesto con toda mi alma. Hasta ahora siempre los he comprado en vivo y en directo, como lo hacía en el siglo pasado. 

Están relacionados con la gente ordenada, que no es mi caso, porque soy la reina del desorden Si piensan en Marie Kondo, yo sería su opuesto. No tolero terminar un paquete sin tener otro. Me genera mucha ansiedad  y  disminuye al  saber que dispongo de una  buena provisión de los mismos en el primer cajón de mi escritorio y un paquete extra en mi mesita de luz, algo así como un último recurso. Las personas adictivas somos así. ¿Seguro que no hay grupos de adictos a post it  como los de alcohólicos anónimos? ¿Existirán clínicas de rehabilitación para adictos a ellos? Me visualizo en una reunión de adictos, diciendo a toda voz: “Yo soy adicta” y quiero dejar de consumir post it, como si me fuera la vida en ello.

Mariela, mi hija mayor  conoce el lugar  dónde yo escondo post it de diferentes tamaños y cerré el cajón con llave, porque me robaba paquetes enteros..Los que están en mi cajón son míos y no me gusta compartirlos..Compro en cantidad suficiente para mis hijos, a mi marido no le interesan. Hace uso y abuso del  tema para reírse de mí, me llama “la loca de los post it” Es mi toc.

Disfruto al mirarlos, al utilizarlos y al tocarlos, especialmente  la parte del adhesivo. Tengo una vieja lata de After eight dónde los guardo. Está descolorida por el paso del tiempo. Me hace viajar a mi infancia, cuando una lata de After eight era un lujo de millonarios.. Hoy día cada vez que paso por el free shop del aeropuerto es el primer regalo que compro para mi familia. 

Recuerdo la primera vez que vi un corcho repleto de post it con mensajes de recordatorios en la oficina de un compañero de trabajo. Podría reconstruir mi historia laboral con mis experiencias de uso de post it. Tuve jefes que no me aprobaban el presupuesto de papelería para post it y yo los pagaba de mi bolsillo. En el siglo pasado, eran un artículo de lujo y hoy día, que su costo es menor, son  cuestionados como todo papel que no es reciclado y daña el medio ambiente. 

¿Es tan difícil de entender el placer que me proporcionan? 

Al mirarlos, encuentro un atisbo de orden, es como si los planetas de mi mundo personal se alinearan y todo está bien en mi mundo. 

 

 

Janet Rudman
(20 de Septiembre de 2022 a las 15:21)

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