Un Viaje con Destino Incierto - Circuncidando la Negatividad - El Baal Shem Tov y el Anciano - Maariv (La Plegaria Vespertina)
No. 177
Lej Lejá
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Horario de velas en Montevideo, Viernes 4/11 18.59 hs.
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UN VIAJE CON DESTINO INCIERTO
Por Naftali Silberberg
Todo ser humano tiene objetivos y aspiraciones. La vida es un largo viaje y no hay dos personas que tengan exactamente el mismo destino. Y a pesar de que a veces nos atascamos temporariamente en el curso de este viaje, nuestras aspiraciones siempre están presentes en lo recóndito de nuestras mentes, eventualmente saliendo y propulsándonos hacia adelante.
Como judíos que poseemos almas Divinas, nuestras aspiraciones también incluyen un deseo natural de llegar a tener una mayor armonía espiritual, y así acercarnos a nuestro Padre en el Cielo. En esta área también, las ambiciones de cada uno están “personalizadas”; reflejando el entendimiento y apreciación que cada uno tiene por la Torá y las mitzvot. Una persona puede considerar un nivel de observancia y espiritualidad particular como la cúspide de la santidad, mientras que otro verá ese mismo nivel como un buen punto de partida.
La porción de la Torá de esta semana comienza con la orden de D-os a Abraham:
“Vete de tu tierra ... a la tierra que te mostraré.” (Bereshit 12:1).
Esta es la primer comunicación entre D-os y Abraham, el primer judío, que se relata en la Torá. Con esta orden D-os también le transmite a Abraham un fundamento importante del Judaísmo, la lección número uno que todo judío debe aprender e implementar.
D-os le ordenó a Abraham, y por supuesto a cada uno de sus descendientes judíos, que se embarque en un viaje. Interesantemente, D-os no le informó a Abraham de su destino final. Solo le instruyó a Abraham que continúe viajando hasta que reciba una indicación desde Arriba que ha alcanzado la “Tierra Prometida” y su viaje ha culminado. Tener un objetivo definido es bueno en otras áreas de la vida, pero es un impedimento en el camino espiritual de una persona. Ciertamente es sabio planificar cuidadosamente el próximo tramo del viaje, pero el destino en sí debe permanecer abierto. D-os es infinito; la esencia divina de cada alma judía es infinita; entonces ¿por qué poner limitaciones a las alturas que uno desea alcanzar?
Al comienzo de este viaje divinamente ordenado, Abraham, que tenía 75 años, no tenía idea que habría deparado para él cuando arribara a su eventual destino. Es seguro asumir que nunca soñó con llegar a una tierra de la que “fluye leche y miel”, una tierra que sería legada a los descendientes de un niño que tendría milagrosamente de su esposa estéril Sara. No tenía idea que como resultado de este viaje sus descendientes serían elegidos por D-os para ser Sus embajadores en este mundo, elegidos para tener el privilegio de iluminar el globo con la luz de la Torá y las mitzvot.
“La manzana no cae lejos del árbol”. Nosotros también tenemos la habilidad de lograr mucho más de lo que podemos imaginar en nuestros mayores sueños. Pero el primer paso es embarcarse en un viaje sin límites pre impuestos.
CIRCUNCIDANDO LA NEGATIVIDAD
"En ese día, Abraham fue circuncidado." (Bereshit 17:26)
Espiritualmente hablando, la circuncisión es la eliminación del “prepucio del corazón”, la capa de apatía y arrogancia que obstruye nuestra verdadera conexión con Di-s. Para circuncidarnos espiritualmente, debemos separarnos de nuestro apego a la autoindulgencia. Generalmente no es tan difícil renunciar a gratificaciones materiales obvias y vulgares. Es más difícil separarnos de apegos más sutiles, cuyo efecto negativo en nosotros puede no ser tan aparente. Por lo tanto, Di-s ha prometido completar el proceso de circuncisión espiritual por nosotros. Este último aspecto de la circuncisión ocurrirá en su sentido más completo recién en la Era Mesiánica.
La circuncisión es el único mandamiento que está sellado en nuestra carne fisica. Es a través de él que todo judío está conectado física e irrevocablemente a Di-s, y por lo tanto tiene el poder para trascender los impulsos materiales y así poder manifestar nuestra verdadera naturaleza Divina.
Torá Or 13a-b; Iguéret HaKódesh 4 (Tania,105b-106a)
Génesis (Bereshit) 12:1 – 17:27
La tercera sección del libro de Génesis comienza con la crónica de Abraham, quien fue seleccionado por D-os para fundar el pueblo judío. Esto sirvió para revertir el proceso de degeneración moral en el que la humanidad estaba encerrada desde su expulsión del Jardín del Edén. El nombre de esta sección (Lej Lejá) está tomado de las primeras palabras de D-os a Abraham: “Ve...”, en el cual El le dice que deje su Mesopotamia natal (hoy en día Irak) y se asiente en la Tierra Prometida. A lo largo de sus viajes Abraham desafió el paganismo, difundiendo la conciencia de la fuente de toda realidad y de su continua dependencia en un único D-os.
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EL BAAL SHEM TOV Y EL ANCIANO
Por Menachem Posner
- "Enséñanos, Rebe", rogaban los alumnos del Rabí Israel Baal Shem Tov. "El Talmud nos dice que en Rosh Hashaná D-os determina la vida de una persona para el año siguiente. Sin embargo, sólo unas pocas líneas después, dice que la fortuna de una persona se decide nuevamente cada día. ¿Cómo pueden ambas afirmaciones ser verdad?".
El Baal Shem Tov no dijo nada, y la consulta quedó sin respuesta.
Unos días más tarde, el Baal Shem Tov pidió que prepararan su coche para un viaje. Junto con sus alumnos, anduvo un tiempo hasta llegar a un poblado menor. Allí, el maestro ordenó detener los caballos y que sus estudiantes lo acompañaran a hablar con un anciano judío de la aldea.
Vestido con harapos, y con un par de cubos de agua apoyados sobre sus doblados hombros, el hombre levantó la vista sorprendido por el grupo que veía en el camino.
- “Querido abuelo", dijo el Baal Shem Tov, "¿cómo estás?".
- "¡Oy, si todos mis enemigos tuvieran mi edad…!", respondió el anciano. "Estoy viejo y cansado, pero no tengo más remedio que seguir cargando estos cubos de agua para conseguir un trozo de pan para mis arrugados labios. Mi equilibrio ya no es lo que era. A veces me caigo, el agua se derrama, y tengo que empezar de nuevo. Claro, D-os me bendijo con hijos que podrían ayudarme, pero rara vez los veo. ¿Quién tiene tiempo para un viejo como yo? Oh, ¡qué amarga es mi suerte!”, terminó el hombre con un gemido.
El Baal Shem Tov quiso que el hombre estuviera bien, entonces les hizo señas a sus alumnos para que lo acompañaran a su casa.
Varias semanas más tarde, el Baal Shem Tov invitó a sus alumnos a dar otro paseo. Una vez más, se detuvieron para hablar con el anciano.
- "Querido abuelo", dijo el Baal Shem Tov, "¿cómo estás?".
- “Gracias a D-os”, dijo el anciano, mostrando una sonrisa desdentada, "me las arreglo para mantener juntos cuerpo y alma. Soy viejo, sin dudas, y a veces tropiezo, pero agradezco a D-os tener la fuerza suficiente para levantarme y volver a llenar mis baldes. Ah, y la alegría que recibo de mis hijos. Gracias a D-os, cada uno tiene su encantadora familia, y todavía me ayudan de vez en cuando".
- "Ya lo ven", dijo el Baal Shem Tov a sus alumnos, “nada ha cambiado para este anciano. Tiene los mismos baldes y los mismos trozos de pan que la última vez que estuvimos aquí. Sólo ha cambiado su actitud. D-os nos juzga para decidir qué nos debe dar en la vida. Y luego, hay una segunda etapa de juicio, para determinar cómo vamos a recibir las bondades de D-os. En Rosh Hashaná, se decide qué vamos a recibir. Cada día, se decide cómo lo vamos a recibir".
MAARIV (LA PLEGARIA VESPERTINA)
La tercera de las plegarias diarias, llamada Maariv (o Arvit), se recita cuando ya es de noche (las primeras dos plegarias se dicen a la mañana y a la tarde). Esta plegaria fue instituida por nuestro Patriarca Iaacov.
En realidad, si pensamos que en el calendario judío, el día comienza con la salida de las estrellas del día anterior, la plegaria de Maariv es vista entonces como la primera de las plegarias de la jornada. Las palabras de la plegaria hacen participar al cuerpo en el servicio de D-os, inspirándolo y refinándolo para que esté en sintonía con el alma. En la etapa inicial de este proceso, el cuerpo aún se encuentra en medio de una oscuridad espiritual, por lo que Maariv es la primera de las plegarias del día.
¿Cuándo?
A partir de Tzet Hakojavim (la aparición de tres estrellas medianas en el cielo nocturno) hasta el amanecer.
(También está permitido rezar Maariv temprano, hasta 1 1/4 horas [halájicas] antes de la puesta del sol, siempre y cuando las plegarias de la tarde hayan sido recitadas antes de esta hora límite. Esta hora es lo que se denomina Plag Haminjá. Si uno reza antes del anochecer, entonces deberá repetir el Shemá después de Tzet Hakojavim).
¿Dónde?
Como con todas las plegarias, el lugar preferido es la sinagoga, junto con la congregación. ¿No puedes llegar a la sinagoga? Párate en dirección a Jerusalem desde donde te encuentres y que sea una reunión privada.
¿Cómo?
Lávate las manos y abre tu libro de oraciones.
Maariv se inicia con la recitación del Shemá y las "bendiciones del Shemá", dos antes y dos después, seguidas de la Amidá de diecinueve bendiciones (la plegaria silenciosa), que se recita cuando la persona está parada dirigiéndose a Jerusalem, y concluye con el himno Aleinu. Toda la plegaria dura aproximadamente diez minutos. Si uno reza con la congregación, la plegaria se inicia cuando el líder dice el kadish y Barju y otra vez kadish antes y después de la Amidá.
En los días especiales, por ejemplo, Shabat y las festividades, se hacen variaciones especiales.
MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
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