Dov Halbertal, haredi (ultraortodoxo en cuanto a su práctica religiosa), participó el lunes en la multitudinaria manifestación contra la “reforma judicial”, porque la considera perjudicial para el país. Pero su crítica va mucho más allá de ello.
Dov nació en Uruguay y cuando era niño, su familia se radicó enIsrael. Estudió en la yeshiva Netiv Meir para jovencitos en edad de secundaria y luego en yeshivat hesder (que combina estudios religiosos con el servicio militar) Har Etzion. Fue soldado y oficial en el cuerpo de blindados, comandante de un tanque y luego oficial en el rabinato militar. Fue ordenado rabino aunque no ejerce como tal. Estudió Derecho en la Universidad Hebrea de Jerusalem . Su segundo título (Master) fue en Jurisprudencia hebrea. Fue catedrático en la Universidad Hebrea y en la de Haifa y diferentes colegios académicos.
Por un lado, pasó de ser lo que en Israel se conoce como “religiosos nacionales” a ser ultraortodoxo, pero por otro, defiende posiciones liberales y critica por ende con fuerza a la coalición actual. Y precisamente uno de los puntos más problemáticos a su entender es la fuerza que se da a los partidos ultraortodoxos – parte de la coalición – que a su criterio no aportan al desarrollo del sector al que dicen representar.
“Yo ya he escrito repetidamente que si se da fuerza a los activistas haredim, pues las mujeres no podrán ir al Muro de los Lamentos sin la cabeza cubierta, sin permiso de SHAS”, nos dijo un día después de la manifestación. Con ello se refería a un proyecto de ley que el citado partido ultraortodoxo sefaradí se disponía a presentar días atrás, que determinaba que ir al muro sagrado en vestimenta inapropiada sería considerado un delito penado con prisión. Ante la tormenta que ello desató, el Primer Ministro Netanyahu aclaró que esa ley no será presentada.
Halbertal agrega: “La fuerza política creciente de los haredim, corrompe al mundo haredi. El roce entre la religión y el Estado corrompe a la religión y también al Estado. Dentro de una generación, esos haredim serán el 50% de la población y lo peligroso es que la radicalización religiosa tiene una dinámica por la que es difícil frenarla. Por eso quiero que se separe religión de Estado, para que nadie pueda imponer sus valores a otros. Esta es la digna moral haredi”.
Concretamente, sobre la “reforma” judicial, sostiene que esta viola los valores de la Declaración de Independencia de Israel .”Esos son valores judíos, verdaderos, y esta revolución los ataca. Por eso me opongo”, sostuvo mientras marchaba en la manifestación.
Y volviendo al sector del que formalmente es parte pero a cuya ideología se opone, recalca: “Se da fuerza exagerada a a 18 diputados haredim que no celebran Iom Haatzmaut, el Día de la independencia de Israel , y ni siquiera señalan Iom HaZikaron, el día recordatorio de los caídos. Y ellos, que no hicieron el servicio militar y se le oponen, votan si hay que iniciar una guerra en la que lucharán los hijos de otros. ¿En qué otro país pasaría algo así?”.
Pero su crítica no está dirigida únicamente a los partidos ultraortodoxos sino también al partido “El Sionismo Religioso”. “Llevan a una línea extremista desde un punto de vista religioso, hablan allí de un estado según la Halajá , la ley religiosa judía y con su línea extremista y nacionalista, por la fuerza política que recibieron, son un fenómeno peligroso que no habíamos visto antes”, sostiene. Explicando su participación en la protesta, resume: “Hay que advertir y levantar la voz, hay que hacer todo para frenar esto, por el bien de la moral judía que se expresa en los valores de la Declaración de Independencia de Israel”.
