En la foto de portada, el Teniente Coronel Guilad Malka, jefe del batallón "Yahalom" norte, la batería de defensa anti aérea de los misiles Patriot emplazada en Haifa, explica: "Esto es lo que protegemos. El país, la gente".
Para que la ciudadanía israelí puede celebrar en familia-esta vez Pesaj, pero también en otras fechas claves del calendario- hay quienes velan por la seguridad. Los ojos tienen que estar siempre abiertos y alertas ante cualquier posible amenaza, partiendo de la base que ésta llegará precisamente en medio de la calma.
Por eso no se espera a un enfrentamiento para entrenarse.Es en rutina que hay que prepararse y ajustar clavijas.Justamente, días atrás, se llevó a cabo una maniobra conjunta del sistema defensivo Cúpula de Hierro y de baterías de Yahalom, el nombre hebreo del sistema anti aéreo. Cada uno está diseñado para interceptar distintas amenazas de variadas alturas y alcance, en el marco del singular sistema que proteger el país, en distintas capas, dependiendo de la distancia y altura de la que llega la amenaza. La Cúpula de Hierro y Yahalom son sólo dos de las capas. Está también “Kela David” (David´s Sling) y “Jetz” (Arrow, o sea Flecha), las de mayor alcance.
Las distintas capas proporcionan una buena respuesta a misiles tierra-tierra, misiles balísticos y cohetes .
Así resumió Tzahal (Fuerzas de Defensa de Israel), el ejercicio conjunto llevado a cabo hace pocos días.
Así presentó la unidad del portavoz militar (Dover Tzahal), la importancia de la capa superior del sistema, el “Jetz” (Arrow, Flecha) número 3.
El reciente ejercicio de la defensa anti-aérea nos recordó una entrevista que realizamos tiempo atrás al Tte.Cnel Guilad Malka, jefe del batallón “Yahalom” (Patriot) en el norte, en la batería emplazada en la ciudad de Haifa. Cuando le preguntamos cómo explicar cuál es su misión en el lugar, respondió: “Tal como le digo a mis soldados, nosotros somos la pared de hierro emplazada desde el Mediterráneo hasta el extremo de los altos del Golan para impedir que nada nos cruce y ponga en peligro la región. Hace tan solo tres meses interceptamos exitosamente un dispositivo sin piloto llegado desde Siria, que había violado nuestra soberanía y que dado que había cruzado la frontera, fue derribado. No es algo que ocurre todos los días ni todos los meses pero cuando sucede, transmite un mensaje clave: que Israel protegerá su soberanía, también en su espacio aéreo”.
Agrega que preservar la seguridad tiene varias dimensiones.
“Ese dispositivo aéreo, en principio, podría ser capaz de llevar a cabo varias acciones hostiles, desde fotografiar bases estratégicas hasta atacar con explosivos. O sea que al interceptarlo e impedir que siga su vuelo sobre Israel, se está enviando un mensaje hacia afuera pero concretamente, garantizando seguridad. Va todo junto”.
¿Cuál es el mayor desafío?, le preguntamos.
“Garantizar que un soldado de 19 años que está en la batería, tenga claro que la amenaza puede llegar en cualquier momento, que se mantenga la alerta operativa, para estar siempre prontos para reaccionar. Como todos, también nosotros queremos que haya paz, pero en el ejército sabemos que tenemos que prepararnos para la guerra. Este es el objetivo de nuestro trabajo, estar prontos para ganar una guerra si esta estalla y garantizar ser lo mejor posible si tenemos que luchar. Son muchos los desafíos y sin duda uno de ellos es estar prontos desde un punto de vista operativo”.
Pero lo operativo va de la mano también, de la preparación mental.
“ Entendemos que en la próxima guerra con Líbano, concretamente con Hizbala, caerán aquí numerosos cohetes, numerosos misiles, y habrá víctimas. Por eso hay que preparar a los soldados no sólo militarmente , para que nada los tome por sorpresa. Y claro que aquí hay muchas tensiones.
Es que por un lado miran hacia el cielo, o miran a la pantalla del radar, y esperan. Y tienen que pasar de estado 0 a 1 en un instante. Y la responsabilidad de los comandantes es mantenerlos siempre alertas desde un punto de vista operativo. Es por eso por ejemplo que los turnos nunca son de más de cuatro horas seguidas. Es que los soldados deben iniciar su turno cuando están plenamente alertas y prontos, de modo que si les preguntas cuándo creen que la batería tendrá que lidiar con la próxima amenaza, digan “ en el turno que comienzo ahora””.