MiSinai

No. 207

Shelaj
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Horario de velas en Montevideo, viernes  16/6 17:22 hrs

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LEVANTE LA CABEZA

Por Yossy Goldman

Perspectiva: cuanta diferencia puede hacer. Cómo miramos, dónde miramos y de la forma en que miramos las cosas siempre predisponen nuestras impresiones.

En la parashá de esta semana, la palabra uriteem (“y verán”) ocurre dos veces. La primera es al comienzo de la parashá, en la historia de los espías enviados por Moshé para investigar la Tierra Prometida; la segunda vez es sobre el final, en el capítulo sobre la mitzvá de tzitzit. En el primer versículo Moshé instruye a los espías “y miren la tierra, ¿de qué naturaleza es?; y el pueblo que habita en ella, ¿es fuerte o débil? ... ¿y como es la tierra en donde habitan, buena o mala?; ¿cómo son las ciudades en que viven, abiertas o fortificadas?” (Bamidbar 13:18-19). En el segundo versículo, se nos ordena poner tzitzit (flecos) en las puntas de nuestras prendas y dice; “y cuando los miren recordarán todos los mandamientos de Hashem y los cumplirán” (Bamidbar 15:39).

La misma palabra, uriteem, se usa ambas veces; pero observe el gran contraste entre estos dos capítulos. La primera vez, con los espías, se convirtió en algo trágico. Su reporte negativo de la tierra hizo que el pueblo rechazara la promesa Divina; sus llantos de miedo y desesperación hicieron que D-os decrete que ese día se convierta en un día de “llanto para las generaciones”. Era Tishá beAv, y los resultantes 40 años de retraso para entrar en Israel fue la primera de muchas calamidades nacionales que le ocurrieron a nuestro pueblo en ese mismo día. Por otro lado, en la segunda instancia la palabra uriteem en nuestra parashá es positiva: mirar a los flecos es una forma de recordar todos los mandamientos de D-os y de tener una vida Divina.

Todo depende de cómo miremos las cosas. Todo se resume en a donde miramos. Mirar la tierra como los espías la vieron es verla en forma mundana, una perspectiva materialista. Ver los tzitzit es contemplar una mitzvá de D-os, una perspectiva celestial.

¿Alguna vez vio un ejército de hormigas trabajando? ¿No es fascinante cómo marchan en línea recta? Es asombroso ver a trabajadores tan disciplinados. Las hormigas tienen una visión unidimensional. Es por eso que siguen sus narices y a la que está enfrente de ellas. No tienen visión periférica y por lo tanto no hay distracciones para su única, aunque limitada, perspectiva.

Recuerdo un farbrenguen (encuentro jasídico) en la ieshiva en Montreal cuando era estudiante. Reb. Velvel Greenglass, el mashpia y mentor estaba extasiado hablando de la diferencia entre un ser humano y un animal. El animal fue creado horizontalmente. La vaca, naturalmente, mira hacia abajo, al pasto. Comer pasto es su única ocupación. Todo lo que una vaca piensa todo el día es en su comida. ¿Alguna vez vio una vaca mirando al cielo meditando sobre el propósito de la vida? Los seres humanos, sin embargo, fueron creados verticalmente. Es mucho más fácil para los humanos mirar hacia arriba, para contemplar lo que es más elevado y significativo.

Para ser personas con visión, debemos mirar hacia arriba. Hay un propósito más elevado para la vida. Hay un significado más profundo para lo que el ojo ve. Toda la Cábala y el misticismo están basados en el principio de lo metafísico. El principio fundamental es que existe no solo el cuerpo sino también el alma invisible; no solo el universo sino también un plan cósmico y una profunda razón para cada experiencia en la vida, sea obvia para nosotros o no.

Si solo miramos a la tierra, a lo que es físico y material, el mundo es tosco y salvaje, confuso y vacío. Pero cuando levantamos nuestra vista y elevamos nuestras cabezas al cielo, vemos mucho más. Cuando utilizamos nuestro poder mental humano y único y nuestro potencial espiritual, podemos discernir mejor la madera de los árboles, lo excelso de lo bajo. Los sabios del Talmud notan que al mirar los tzitzit, no solo vemos los mandamientos de D-os sino que descubrimos a D-os mismo (por eso el singular uriteem oto, en vez del plural uriteem otam).

Pienso, que donde usted mira siempre determina lo que encuentra.

AUTORIDAD

[D-os le instruyó a Moisés que le diga al pueblo judío,] “[De] la primera porción de toda masa deberán donar [una parte a un sacerdote].” (Bamidbar 15:20)

La Torá le otorgó los privilegios y responsabilidades de los sacerdotes sólo a los descendientes de Aarón. De hecho, todos los judíos tienen el mismo valor inherente y merecen nuestro amor y respeto por igual. Pero cuando se trata de la cuestión de quién puede ser una autoridad religiosa - tanto sea un sacerdote o un rabino - debemos darnos cuenta que D-os ha determinado quién puede y quién no puede asumir esos cargos. Así como los sacerdotes sólo pueden ser descendientes de Aarón, los rabinos y maestros sólo pueden ser personas que han alcanzado el nivel necesario de conocimientos, son verdaderamente temerosos de D-os, observan todos los dictados de la Torá, y han absorbido las tradiciones transmitidas a lo largo de las generaciones.

Así como requerimos cualificaciones estrictas para aquellos a los que se les confía el guiar y facilitar nuestras vidas religiosas externas, de la misma manera debemos requerir cualificaciones estrictas para esas voces internas que pretenden decirnos cómo comportarnos. Debemos cuestionar constantemente a nuestras voces internas, para estar seguros que estamos siendo guiados sólo por motivos puros y positivos.

Likutei Sijot, vol. 2, págs. 584-588.

Números (Bamidbar) 13:1 – 15:41

La cuarta sección del libro de Números relata como D-os le dijo a Moisés que envíe (Shelaj en Hebreo) exploradores para espiar la Tierra de Israel en preparación para su conquista por el pueblo judío. Los espías cometieron un error fatal y concluyeron que la tierra no podía ser conquistada. La enorme mayoría del pueblo judío aceptó esa conclusión y amenazaron a Caleb y Josué por diferir. D-os le informó a Moisés que esta generación tendría que morir en el desierto. Luego del incidente de los espías, D-os consoló al pueblo judío recordándoles que sus hijos eventualmente entrarían y tomarían posesión de la Tierra de Israel. Lo hizo al darles algunas leyes que se aplicarían sólo una vez que entraran a la tierra.

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PERLAS DE NUESTRO REBE

Por Tzvi Freeman

Cuando Ariel Sharón, entonces Ministro de Defensa de Israel, fue a visitar al Rebe, luego de su audiencia privada dijo a sus amigos: -El Rebe fue muy cordial. Me preguntó cuándo viajaría de vuelta y le respondí que al día siguiente; entonces me insistió para que prolongase mí estadía.

Los amigos de Lubavitch del General Sharón, le explicaron que el Rebe no se expresa en esos términos por mera cortesía y le insistieron para que pospusiera su regreso.

El vuelo en el que el General Sharón había planeado regresar, fue secuestrado y desviado a Libia

En una fecha posterior, otro miembro del gabinete israelí, en una audiencia con el Rebe, formuló la pregunta obvia:

- "¿Si Ud. lo sabía, porque no lo reportó a las autoridades para así evitar el secuestro?"

- "¿Cree Ud. que yo lo sabia?, respondió el Rebe en tono serio. No es cuestión de profecía o conocimiento. Simplemente ocurre que cuando veo a alguien ante mí, quedo muy obsesionado con hacerle un favor. Es por eso que digo lo que digo."

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Un soldado israelí perdió sus dos piernas cuando una mina explotó bajo su jeep. Su madre llegó al hospital y comenzó a llorar. Su padre se mantuvo sentado, en silencio.

Líderes y generales fueron a visitarlo y expusieron sus discursos, proclamándolo héroe y hombre de quién enorgullecerse.

No hubo consuelo. La gente todavía lo esquivaba en la calle.

El Rebe le estrechó la mano y mirándolo fijamente a los ojos le dijo: -¡Gracias!

Ese "gracias" aún está sustentándolo.

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A un rabino y erudito en Talmud que había solicitado al Rebe una bendición para gozar de paz interior y así poder dedicarse con mayor empeño a sus estudios, el Rebe le respondió:

¡Paz interior... ! ¡Paz interior! ¡El mundo se está quemando...! Los niños andan por las calles ignorando todo cuanto se les debe enseñar!, ¿¡Y en lo único que puedes pensar es en tu propia paz interior!?

LA SEPARACIÓN DE JALÁ

Apuesto a que piensa que jalá se refiere a los dos panes trenzados reservados para las comidas de Shabat. Lo es. Pero jalá es también el pequeño pedazo de masa que sacamos y quemamos antes de hornear cualquier pan.

Originalmente esa masa era dada a un kohen, un descendiente de Aharon quien servía en el Templo. En los tiempos Mesiánicos reinstauraremos esta práctica. Mientras tanto debemos quemar esa jalá antes que podamos comer el pan del cual fue sacada.

El sacar jalá nos enseña que cualquier cosa que se nos ha dado no es solo para nuestro uso. Si tenemos sabiduría, dinero o buena salud, nuestro primer paso es dirigirlas a un propósito divino.

Las mujeres judías tradicionalmene prefieren hornear su propia jalá para Shabat antes que comprarla de una panadería. Es una mitzvá asi que ¿por qué dejarla de lado? Es también un tipo de mitzvá muy femenina, nutriendo los cuerpos y almas de la familia y huéspedes.

Qué:

La jalá se saca de masas de trigo, centeno, cebada, avena o espelta con al menos 1,67 kg. de harina. Si usa menos que eso pero más de 1,21 kg. saque jalá pero no recite la bendición.

El líquido que mezcla con la harina debe ser mayormente agua. Si no, agregue una gota de agua y saque jalá sin recitar bendición.

Las tortas y galletitas a veces también necesitan que se les saque jalá.

Cómo:

Después que haya amasado la masa, antes de darle la forma, ponga toda su masa en una sola asadera o bowl y recite:

Bendito eres Tu, Señor D-os nuestro, Rey del Universo, que nos ha santificado con Sus mandamientos y nos ordenó separar jalá.

Saque un pequeño pedazo (aproximadamente 29 gramos) y diga: “Esto es jalá”.

Envuelva la jalá en papel y póngala en un horno vacío o quémela de cualquier otra forma.

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