Entrevistas

Con el ex Ministro Daniel Olesker, recordando su prisión y el después

“LE TOMÉ LA MANO A MUJICA Y LE DIJE: PEPE, NO NOS DERROTARON”

Daniel Olesker y Mujica en un homenaje al fallecido Eduardo Bonomi (Foto: Camila Martínez)

 

 

Al cumplirse este 27 de junio el triste aniversario “redondo”, medio siglo desde el golpe de Estado que sumió a Uruguay en la larga noche de la dictadura, nos pareció oportuno volver a conversar con Daniel Olesker (70) , hoy  al frente de la comisión de Asuntos Sociales del Frente Amplio. No olvidamos la entrevista anterior que le realizamos cuando era Ministro de Desarrollo Social, habiendo sido antes Ministro de Salud Pública, con lo cual podía mirar tanto su sufrimiento personal en prisión como lo vivido por el país todo, desde la óptica del grupo que en ese momento era el gobierno. Se sentía feliz de saber que el gobierno del que era parte en ese momento estaba formado en gran medida por quienes unas décadas antes habían sido víctimas centrales de la represión de la  dictadura militar. 

Pero ineludiblemente, este tema va de la mano de  difíciles recuerdos personales.

De jovencito, Olesker activó en el movimiento juvenil Macabi. Ya en la universidad, se alejó de la vida comunitaria judía, haciendo militancia estudiantil. Fue detenido por la dictadura militar en febrero de 1977 junto a otra veintena de compañeros de la Federación de Estudiantes Universitarios. En julio fue procesado y condenado  a cuatro años y medio de prisión. Finalmente salió de la cárcel en setiembre de 1980, con un año de libertad anticipada.

Esta entrevista es una combinación de lo que conversamos ahora y de entrevistas anteriores, tanto una durante un viaje a Israel como Director General del MSP como antes de otro aniversario simbólico del golpe de Estado.

 

 

P: ¿Cómo se resume aquellos  años de prisión?

R: Son períodos muy complejos, de separación de la familia, de torturas físicas y sicológicas, encierro.Pero uno encuentra los mecanismos de autodefensa para salir, la propia convivencia con nuestros compañeros, la lectura, la visita de los familiares , uno va armando el esquema para sobrevivir,Porque sin duda son años difíciles , para mi que estuve tres y medio y para otros que estuvieron más, peor todavía.

 

P: ¿Qué es lo más difícil de una situación como esa? Dijiste que hubo tortura física y sicológica.¿Pero uno puede decir “ésto es lo peor”?

R: No, es imposible.En realidad es un período que uno lo mira como un todo.Creo que todo era difícil y todo tiene mecanismos de defensa para superar.El aislamiento es difícil .En el Penal de Libertad, que fue la última parte de mi cárcel, el recreo era de cuarenta minutos por día , la visita era quincenal, las celdas eran de a dos, lo cual ya era una diferencia con Punta Carretas que tenía celdas mayores, visitas semanales y patio dos veces al día 3 horas cada vez. O sea que realmente el aislamiento es altísimo, más allá que en algunos días uno salía a hacer trabajo, en la cocina, la carpintería o lo que fuera. Los períodos iniciales son muy difíciles, cuando uno recién cae,no sólo por la tortura de esos momentos sino por la incertidumbre de qué es lo que va a pasar con uno. Pero a su vez, cuando uno ya está procesado, también son difíciles por el aislamiento.Para cada uno es muy distinto de acuerdo a la situación familiar que le quedó afuera. Uno trata de mantener la cabeza funcionando para que cuando salga de esa situación pueda volver a la vida cotidiana, tanto familiar como de trabajo e incluso de militancia. Yo salí de allí convencido de que el camino que habíamos tomado era el correcto y que debíamos seguir trabajando por él.Y de hecho, el haber llegado al gobierno era parte de ese camino.

 

P: ¿Cuál es tu análisis  político de lo ocurrido?

R: Un va reafirmando su pensamiento de que dicho golpe se hizo sobre la necesidad de aplicar recetas neoliberales que incluían rebajas salariales (recordemos que durante la dictadura el salario real cayó al 40% de su valor y y la clase trabajadora perdió ingresos por 5 mil millones de dólares equivalentes a un año de producto o al monto de la deuda externa de aquella época), precarización de los empleos, rebajas de ingresos para el capital nacional, etc. Y sin duda en un país como Uruguay con una izquierda en crecimiento y un movimiento sindical muy fuerte, esta nueva estrategia económica sólo era posible sin democracia. En los hechos las principales medidas que dieron inicio a esta estrategia fueron hechas en condiciones de democracia restringida y por decreto, como ser la congelación de precios y salarios de 1968, la represión a los conflictos de UTE o banca por ejemplo y la rebaja más importante de salarios ocurrida en el país hecha por decreto por Juan María Bordaberry en 1972.

Es por ello que considero a la dictadura como el inicio del modelo de reestructuración capitalista en Uruguay que en mis libros he llamado modelo LACE (Liberal, aperturista, concentrador y excluyente) que luego se consolidó en la década de los 90 con los gobiernos de Lacalle y el segundo gobierno de Sanguinetti.

Es decir la dictadura tuvo un objetivo predominantemente económico de favorecer a los sectores poderosos, generar exclusión y concentración de la riqueza y para ello se utilizaron los instrumentos de la represión hacia la izquierda política y hacia el movimiento sindical.

 

P: Daniel, estando aún en la vida política, siempre activo, ¿qué significa para ti el 50° aniversario del golpe de Estado? ¿Cómo ves hoy aquellos hechos?

R: Es un momento de mucha reflexión sobre aquellos años.  Como te comento en la pregunta anterior fue un período que recuerdo de mucha dureza de parte del gobierno en el terreno político (medidas de seguridad, estado de guerra interno, etc) y en el terreno económico con un severo ajuste que impactó sobre los trabajadores en su salario y en su empleo.

Pero a la vez tengo muy lindos recuerdos  de la vocación militante de aquellos años, del compromiso por una sociedad mejor y de las amistades que construimos, algunas de las cuales siguen hasta hoy. Como me tocó estar en el ejecutivo de la FEUU y por ende organizar las ocupaciones de los lugares de estudio y después las elecciones universitarias, los recuerdos siempre son un mix del terror sufrido y la lucha por un mundo mejor.

 

P: Creo que no hay uruguayo, sea cual sea su afiliación o preferencia política partidaria, que no vea los años de la dictadura como una larga noche terrible para el país. Lo que quisiera preguntarte es si no consideras que el levantamiento armado de los Tupamaros la precipitó, fue en gran medida responsable de ello. Eso, sin olvidar que la dictadura se quedó  mucho después de haberlos derrotado.

R: No comparto esa idea. El Frente amplio organizó un debate sobre los 50 años y a mi me tocó exponer sobre las condicionantes económicas de génesis de la dictadura. Allí hablé del contexto del surgimiento de la dictadura. Y en relación al contexto político de la lucha armada como un elemento más del enfrentamiento a un gobierno concentrador de la riqueza junto a la lucha sindical, la lucha estudiantil y la lucha partidaria expresada en la creación del Frente Amplio. Y ese proceso de cuestionamiento en tres niveles del modelo concentrador y excluyente provocó una reacción que llevo sin dudas e independiente de las formas de lucha al autoritarismo desde por lo menos 1968 y culminó el 27 de junio de 1973.

 

P: El país, en gran medida, sigue dividido en la interpretación de lo que suele llamarse el pasado reciente. De hecho, ni siquiera están todos de acuerdo en la fecha que debería ser vista como comienzo del golpe o del proceso que condujo a él. 

R: Sin duda que hay un debate sobre las fechas y eso dificulta centrar en la fecha. Pero al mismo tiempo, a mi juicio, resaltando la fecha del 27 de junio, hay que mostrar el proceso. En una pregunta anterior ya desarrollé la idea del punto de aranque y de los momentos claves. Lo resumo diciendo que el arranque es el 13 de junio de 1968 en lo político con las medidas prontas de seguridad y el 28 de junio de 1968 en lo económico con la pseudo congelación de precios y salarios y la no convocatoria a consejos de salarios; el punto segundo de desarrollo es en 1972 con la ley de seguridad del estado en lo político y la gran rebaja salarial del gobierno de Juan María Bordaberry en lo económico, luego el 9 de febrero y finalmente la concreción de la disolución de las cámaras el 27 de junio de 1973.

 

COHERENCIA

P: Tengo entendido que cuando estabas preso, se te dio la oportunidad de irte a Israel, de sacarte de la cárcel. No sé en qué términos contestaste, pero el sentido era claro, que no, que vos te quedás, que tu camino es quedarte en Uruguay. Y te quedaste aunque eso significaba seguir preso..

R: Si, pero es un hecho que hay que contextualizarlo. Eso sucedió cuando recién habíamos caído presos.No nos habían procesado todavía y uno no tenía la dimensión de cuánto tiempo sería la cárcel y seguramente uno no tenía la idea, como habíamos caído como agrupación estudiantil y no había sido vinculado eso con la actividad más política , no tenía la perspectiva de lo que fue después de tres años y siete meses.Son decisiones que uno va tomando en todo momento.Hay que mirarlas en el momento.No hay que hacer de eso una cuestión muy voluptuosa. Lo valoro si como un acto de compromiso con mi lucha. Yo siento sí que realmente lo que he dado desde que ingresé a la vida adolescente y adulta, ha sido mantener cierta coherencia con un objetivo de vida que en el fondo es transformar al país en donde uno está, en una sociedad más justa, algo que tiene aspectos de militancia, aspectos laborales de profesión y ahora básicamente, lo que tiene es acción de gobierno.

P: ¿Cómo viviste entonces el hecho que años después de aquel horror, tu fuerza política llegó al poder a través de las urnas y se convirtió en gobierno? No por las armas sino en elecciones libres.

R: Sentía una gran alegría por el momento que estamos viviendo. Cuando veo que con decenas de nuestros compañeros que pasaron por la cárcel, el exilio, la clandestinidad o simplemente la persecución diaria en sus hogares, trabajos o centros de estudios, llegamos a compartir el proyecto de gobierno, tratando de construir una sociedad basada en la igualdad de derechos y de riqueza. Y cuando veo todo lo que hicimos, reflexiono que valió la pena luchar. Recuerdo aquella sensación al estar en un consejo de ministros y ver a los compañeros con los que compartimos la cárcel, a los que volvieron del exilio, a los que aguantaron la tacada represiva en Uruguay y sobre todo a dos rehenes (Mujica y Huidobro) que pasaron 12 años en las peores situaciones que uno pueda imaginar y sentía  un frío por mi espalda y orgullo de que estemos allí.

Porque es como le dije a Mujica el día que estaba asumiendo de Ministro de Salud Pública con él al lado mío. Le tomé la mano y le dije: “Pepe, no nos derrotaron”.

 

P: Muchas gracias Daniel. ¿Algo que desees agregar?

R: Solamente decir que la memoria de estos hechos en su mirada integral, política, social, cultural, económica es un hecho que hay que sostener y hacer conocer a las nuevas generaciones que no lo vivieron, para no repetirlas.

P: Me atrevo a suponer que todos los uruguayos concordaremos en ese  llamado a que nunca se pueda repetir algo así, aunque seguramente seguirá habiendo distintas lecturas sobre por qué pasó lo que pasó. Muchas gracias por tu tiempo Daniel y por compartir todo esto con los lectores de Semanario Hebreo.

R: Gracias Ana por el interés.

 

 

Ana Jerozolimski
(25 Junio 2023 , 16:51)

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