En comunidad

También en Uruguay se recuerda a los secuestrados y a su máximo símbolo: Kfir

Texto: IONATAN WAS. Fotos: TAMAR RAUSKY

En el mundo judío todo se señaló el jueves 18 de enero el primer cumpleaños del pequeño Kfir Bibas, que tanto merecía celebrarlo de otra forma, libre y feliz, rodeado de amor, no secuestrado en manos de los terroristas de Hamas. Uruguay no fue la excepción y desde Montevideo y Punta del Este se convocó a hacerse presentes en el acto, en ese triste cumpleaños que de hecho fue un clamor por la liberación de todos los 136 que aún están cautivos en Gaza, varias de ellos  lamentablemente ya sin vida. 

Vale la pena recordar esos momentos, aunque ya hayan pasado unos días desde la fecha.

 

Lo hacemos de la mano del relato de IONATAN WAS y de la fotógrafa  TAMAR RAUSKY.

Gracias a ambos por el valioso aporte.

OSITOS DE PELUCHE

 

Ionatan Was

A su modo y con un mundo de distancia, la comunidad uruguaya sigue dando apoyo a la causa de los secuestrados. Y aunque ya pasó una larga semana y seguramente hayan sucedido un montón de cosas importantes, bien vale un tenue  registro. El encuentro, al atardecer del pasado jueves, fue en la plaza Trouville. Allí al igual que en otras partes del mundo se recordó el cumpleaños de un año de Kfir Bibas, el bebé secuestrado que ya pasó un tercio de su vida en cautiverio. A Kfir se lo llevaron del kibutz Nir Oz, donde también se unieron por su ‘no cumpleaños’, que así lo llamaron.

 

        No se puede hablar acá de festejos ni de celebraciones, aunque estas manifestaciones a la larga devengan en eventos sociales. Esta vez la gente se juntó en el centro de la plaza, en convivencia con la feria instalada apenas a unos metros de distancia.

 

 

Unos carteles enormes circularon de mano en mano. Mostraban la carita inocente de Kfir con la expresión bien grande ‘SECUESTRADO’, bien grande y en blanco y rojo. Y abajo de la foto, el nombre Kfir Bibas, la nacionalidad (en este caso, argentino-israelí), así como el pedido, casi como un grito: ‘Libérenlos ya’.

 

 

Además de carteles de Kfir, que eran mayoría, también los había de otros cautivos.

 

Y había también camisetas alusivas y banderas de Israel, como aquella gigante que se colgó contra las vallas.

        En un sector se encontraba la embajadora de Israel junto a otras autoridades de la comunidad.

 

La Embajadora Michal Hershkowitz junto al Cónsul Aviner Fishof y la Presidenta de la Kehilá Susana Grimberg
 De izquierda a derecha: Pablo Entner Flavio Harguindeguy, Fernando Indarte, Francisco Jauregui y Yordana Pesah

 

Por ahí se montó una mesa desde la cual repartieron las clásicas cintas amarillas además de enormes globos naranjas; naranjas por el color de pelo de Kfir. La oradora de la tarde fue la señora Laura Taragán, ataviada mitad de Israel y mitad de Uruguay. Por supuesto que exclamó por la liberación de los rehenes, antes de pedir un minuto de aplausos, que se escucharon por todo el largo y ancho de la plaza. A los aplausos le siguió la entonación del Hatikva, con las voces de los muchos presentes.

        Pero todavía hubo más sorpresas, cuando apareció la torta con una frase referida a Kfir Bibas, como todo lo circundante. La torta era para todo público: un pedacito sobre un envoltorio de madera. Con el anuncio de la torta varios se acercaron. Y pudieron así apreciar la simbólica decoración con predominio del color naranja.

 

Foto: Stefi Waintraub

 

Empezando por la mesa, o más bien la mesita por su tamaño, hecha de madera pintada. Alrededor estaban las sillitas tamaño mini. También el resto del ornamento con sus maneras pueriles: el biberón de juguete, el muñeco de león, el flotador playero, la pelota infaltable. Sin embargo, por sobre todos ellos llamó la atención un detalle: un montón de ositos de peluche. Varios ositos de peluche de todos colores y en hilera. Y todos ellos con un parche ostensible a la altura de los ojos. Como tantos cautivos en Gaza, pero de juguete.   

 

        En el medio estaba la torta color sambayón. Poco a poco varios se llevaron su porción, y aun con toda la gente presente, quedó más de la mitad, que al final se la llevó un grupo de jóvenes. Pasadas las ocho la actividad iba finalizando. Todo se desmontó, también la bandera gigante, aunque todavía quedaron unos globos naranjas; los globos pequeños, pues los enormes de helio habían explotado ruidosamente. Globos color naranja que algunos se llevaron, como recuerdo alegre del cumpleaños más triste.

Ana Jerozolimski
(21 Enero 2024 , 19:21)

Ultimas Noticias Ver más

Esta página fue generada en 0.0498722 segundos (7501)
2024-04-28T11:54:08-03:00