Mundo Judío

MiSinai

Alegría Judía - Por el Bien de Todo el Mundo - El Misterioso Sueño del Kidush - El Shofar

 

 

 

 

                                      

 

 

 

 

 

 

 

 

No. 274

Ki Tavó

Horario de velas de shabat en Montevideo 

Viernes  |20 de setiembre 18.22

                                                                                        

ALEGRÍA JUDÍA

Por Yossy Goldman

Esta semana leemos sobre los Bikurim, la ofrenda de los primeros frutos que los agricultores judíos en la Tierra Santa tenían que traer en agradecimiento a D-os por la tierra y sus productos. En un nivel básico, los Bikurim nos recuerdan que nunca seamos desagradecidos por las cosas con las que somos bendecidos en la vida.

Interesantemente, esta ley sólo comenzó a regir catorce años después que el pueblo judío entró a la Tierra Prometida. Les llevó siete años conquistarla y otros siete la distribución de la tierra entre las doce tribus de Israel. Recién cuando ese proceso se completó se comenzó a aplicar la ley de los primeros frutos.  

¿Por qué? Seguramente habían algunas tribus que se establecieron antes. Sin duda, algunos de los agricultores que recibieron su porción de tierra han plantado y visto los primeros frutos de sus trabajos. ¿Por qué entonces no se les requería que muestren su apreciación inmediatamente, trayendo la ofrenda de Bikurim?

El Rebe explica que al ordenar esta mitzvá la Torá usa la frase “Deberás regocijarte por todo el bienestar que Hashem, tu D-os, te ha brindado” (Devarim 26:11). Para poder experimentar totalmente la alegría por sus propias bendiciones en la vida, un judío necesita saber que sus hermanos y hermanas también han sido bendecidos. Mientras un judío supiera que había otros que aún no se habían asentado en su tierra, no podría estar totalmente contento. Dado que la simjá, la alegría genuina, era un componente necesario de la mitzvá de Bikurim, esta solo se podía cumplir cuando todos estuvieran satisfechos. Sólo entonces puede un judío experimentar verdadera Simjá, una sincera y genuina alegría.

Saber que nuestros amigos y primos están aún peleando para conquistar la tierra, o incluso no disfrutando aún de su propia porción de tierra, de alguna forma quita el apetito por la celebración, aun si nosotros personalmente tenemos motivos para regocijarnos. La satisfacción de un judío no está completa cuando sabe que su hermano aún no ha sido tenido en cuenta.

Recuerdo una historia del diario del Rebe anterior, Rabí Iosef Itzjak Schneerson, describiendo su arresto y encarcelamiento por los comunistas en Rusia en 1927. Rabí Iosef Itzjak fue el líder espiritual heroico de la judería rusa de aquel tiempo, y los soviéticos lo sentenciaron a muerte por sus actividades religiosas en favor de su pueblo (milagrosamente, esa sentencia fue conmutada y el Rebe fue liberado después de 3 semanas en prisión y luego de haber servido solo 9 días de una sentencia de 3 años en exilio). Rabí Iosef Itzjak era un escritor expresivo y describió su encarcelamiento y las torturas que sufrió en manos de los sádicos guardianes en esa notoria prisión soviética.

Uno de los guardias de la prisión era increíblemente cruel. El mismo le dijo al Rebe que cuando golpeaba y torturaba a un prisionero, tenía tanto placer de ver al hombre sufrir que solía tomar su té sin la usual dosis de azúcar. Solo ver la tortura endulzaba su té...

Así era un vicioso antisemita. Pero un judío experimenta la situación contraria. No puede disfrutar su té o sus primeros frutos sabiendo que su prójimo judío aún no se ha asentado. Las frutas más dulces se vuelven amargas en nuestras bocas sintiendo la necesidad de nuestros hermanos.

Así que, si usted tiene un trabajo, piense en alguien que no lo tiene. Si está felizmente casado, piense en aquellos aún buscando su bashert e intente hacer una presentación adecuada. Y como la temporada de las fiestas está casi sobre nosotros, si tiene el suficiente privilegio para poder comprar ropa nueva para su familia, deténgase a pensar en aquellos que no pueden tener ese lujo. Y cuando planifique sus comidas festivas con su familia y amigos, recuerde invitar a los que están solos, a la viuda y al padre único, también.

En este mérito, con el favor de D-os, seremos todos bendecidos con un alegre y dulce año nuevo.

POR EL BIEN DE TODO EL MUNDO

[Dijo Moshé al pueblo judío: “Vuestros enemigos] os atacarán desde una dirección, pero huirán de vosotros en siete direcciones.” (Devarim 28:7)

Moshé no garantizó que el pueblo judío mataría sus enemigos; solo dijo que impediría el daño proveniente de ellos. Vemos aquí que cuando el pueblo judío sigue las instrucciones de la Torá, genera una bendición divina no solo para nosotros sino también para el mundo entero. Nuestros propios enemigos pueden vivir en paz y seguros en su propia tierra, a la vez que se les impide que nos dañen en forma alguna.

Likutei Sijot, vol. 29, pág. 307.

Deuteronomio (Devarim) 26:1 – 29:8

En la séptima sección de Deuteronomio llega a su término el segundo discurso de despedida de Moshé al pueblo judío. El discurso comprende el último repaso a algunos mandamientos, comenzando con uno que habría de ser relevante una vez que el pueblo judío entrara (tavó, en hebreo) a la Tierra de Israel, el consistente en llevar al Templo Sagrado los primeros frutos de la cosecha de cada año. Luego Moshé continúa con su evocación del pacto entre D-os y el pueblo judío.

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EL MISTERIOSO SUEÑO DEL KIDUSH

Por Yerachmiel Tilles

Shalom Aleijem y Eshet Jail ya habían sido recitados. Las llamas de las velas reflejaban un sol amarillo sobre el vino. Todos estaban esperando escuchar el Kidush del Padre. Suspiro y…¡se cayo dormido sobre su silla!

“¡Tate, tate! ¡Padre, padre!, la familia lo llamo. No hubo respuesta. La madre puso su mano sobre su hombro y lo sacudió, pero tampoco ayudó. ¡Despiértate! Exclamaban los niños. Decididos de que se había desmayado, los adultos también comenzaron a preocuparse y uno corrió a buscar a un doctor. Vino, pero el tampoco pudo despertarlo ni entender que le había pasado. Sugirió que lo dejaran dormir. Otro haría el Kidush.

La cabeza de la familia, no se despertó hasta la mañana. Estaba avergonzado por lo que había sucedido. Pero el próximo viernes a la noche, nuevamente ocurrió lo mismo… - “¡Oh no! No otra vez”, lloró con frustración. Se levanto de la silla la cual se había quedado dormido y se preguntó:”¿qué está sucediendo?, no puedo seguir así. Mañana voy a ir a ver al Rebe.”

Al día siguiente se dirigió hacia Zijlin, en donde estaba su Rebe, Rabi Shmuel Abba, y le contó toda la historia. Con lagrimas en sus ojos le suplico que fuera curado. - “Parece ser” dijo el Rebe, “que de alguna forma haz violado el Shabat, y es por eso que estas siendo prevenido de honrarlo”.

El Jasid se deprimió aun mas. - “No entiendo. Yo soy muy cuidadoso con las leyes del Shabat. ¿Cómo puedo violarlo? No puedo imaginar como pudo haber pasado”.

Con el corazón destrozado, el Judío volvió a su casa. Cuando le contó a su familia lo que el Rebe le había dicho, se sorprendieron. Todos sabían lo cuidadoso que era con el cumplimiento del Shabat.

Pero luego, uno de los hijos mayores hablo: - “Padre, debo decirte que la palabras del Rebe han revelado inspiración Divina genuina, porque, lamentablemente son reales. Un viernes a la noche, cuando me quede despierto hasta tarde, te vi encender una vela para que pudieras ver tu camino para tomar un vaso de agua, y luego la apagaste. A la mañana siguiente, estaba claro que no te habías dado cuenta de lo que había pasado, y para no avergonzarte, no dije nada. Pero ahora que el Rebe hizo referencia a eso, me di cuenta de que estaba obligado a divulgar lo que vi”.

El hombre fue nuevamente hasta lo del Rebe. Le contó lo que su hijo le había dicho y el Rebe le dijo: “Eso es. ¿Como un judío puede olvidarse de la Santidad del Shabat? Es por ésto que se te fue sacado el derecho de “recordarlo”.

- “Por favor Rebe”, le rogó, “deme un remedio. Sálveme!

- “No hay nada que pueda hacer. La única forma es de que seas puesto en prueba sobre la observancia del Shabat, y logres superarlo”

Poco tiempo después le llego una citación de su Poritz, el noble que había arrendado su molino a cambio de una renta anual y un porcentaje de sus ingresos. En el se le informaba que planeaba expandir la capacidad del molino para producir harina, y para poder juntar la plata necesaria para la inversión debería dejar funcionar el molino los Sábados, comenzando desde ahora.

- “Eso es imposible” dijo el Judío convencido. “Yo solo trabajo seis días, nunca en Shabat”

- “Oh, por favor” dijo el noble. “Escuché que un rabino puede hacer cierto tipo de contrato el cual puedes permanecer en tu casa, pero el molino sigue andando y yo no pierdo ganancias”

- “Yo nunca haré eso” declaro.

El noble levantó su voz: - “Te daré los dos meses que me llevara completar las renovaciones para que el molino pueda funcionar los Sábados. Si no lo haces, te dejare fuera de esto”

El poritz cumplió su amenaza, y lo echó. Él y su familia pronto comenzaron a pasar por momentos difíciles. Pero el Jasid persistió en su determinación de no transgredir el Shabat nunca más.

Mientras tanto, el dueño del molino había finalizado con la expansión, y conseguido un gerente que trabajaría los siete días de la semana. Pero desde el comienzo no funciono. Accidentes inusuales solían ocurrir. La situación era extraña y todos lo notaban. El noble se vio forzado a admitir que su problema seguramente estaba conectado con haberle arruinado la vida de su molinero judío. Luego de revelarle su desesperada situación, le ofreció volver como antes.

- “¿Qué hay sobre mi Shabat? Le pregunto el Jasid.

- “Mira” le respondió, “luego de los problemas inusuales que he tenido, me he dado cuenta que Di-s está contigo, haz lo que tu crees que es lo correcto”

Así que el judío volvió al molino, y pronto fue bendecido con más éxito que antes. Pero incluso con su nueva fortuna, su mayor placer era recitar el Kidush el viernes por la noche.

EL SHOFAR

Qué

El shofar es un cuerno de un animal kasher al que se le quitó la médula. Si lo soplas, vas a oír su sonido. Si soplas la secuencia indicada de sonidos en el momento indicado del año, has hecho una gran mitzvá.

Cuándo

En la Biblia, Rosh Hashaná es llamado “El día del toque del shofar”. Esa es la mitzvá del día: oír los sonidos del shofar. Dado que Rosh Hashaná dura dos días, necesitamos oírlo durante las horas diurnas de ambos días, a menos que el primer día caiga en Shabat; en cuyo caso, solamente, lo tocamos el segundo día. Este año tocamos el shofar el 14 y 15 de Septiembre.

Por qué

Básicamente, porque es una mitzvá. Pero los sonidos del shofar también son llamados de atención. Rosh Hashaná es el momento de sacudirnos de nuestro letargo espiritual, reconectarnos con nuestra fuente y reiniciar un compromiso con nuestra misión divina en este mundo.

Quién

Todos los hombres, mujeres y niños judíos. Todos necesitamos reconectarnos.

Dónde

El lugar de preferencia es tu sinagoga local. Allí se toca el shofar después de la lectura de la Torá.

¿No tienes forma de asistir a la sinagoga? Entonces, contacta al rabino de Jabad de tu zona. Él va a hacer todo lo que esté a su alcance por arreglar una visita a domicilio.

Cómo

Puede parecer muy simple, pero tienes que atenerte a las reglas del juego. A menos que conozcas todas las reglas, mejor será que lo dejes a cargo de tu rabino o de otro profesional. Estos son los puntos básicos:

La persona que toca el shofar recita dos bendiciones y luego toca una secuencia de tres clases de sonidos: 1) Tekiá, un sonido ininterrumpido que dura varios segundos; 2) Shevarim, tres sonidos de longitud mediana; 3) Truá, un mínimo de nueve sonidos muy breves.

Si lo haces en la forma debida, vas a completar treinta sonidos como estos. Ese es el requisito mínimo. En la sinagoga, tocamos un total de cien sonidos, en los que los toques adicionales se reparten en el transcurso de las plegarias que siguen a la lectura de la Torá.

 

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Guayaquí 3193
2709 0405 , CP1130, Montevideo.

Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
Para recibir MiSinaí por email o por whatsapp, contactar por teléfono al 2628 6770 o por mail: Info@jabad.org.uy.

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