En diferentes partes del mundo se señaló este lunes 25 de noviembre el Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Más allá del ridículo uso de la bandera palestina en algunas de las marchas sobre la fecha, es imperioso recordar que esta causa justa debe ser combatida, sea quien sea la mujer, sea cual sea su religión y su nacionalidad. Y el 7 de octubre, con todos sus horrores, marcó un antes y un después.
El día de la masacre terrorista en el sur de Israel, fueron cometidos numerosos crímenes sexuales, se usó la violencia sexual, las violaciones y otras aberraciones como arma de guerra. Lo reconoció la propia enviada especial de la ONU sobre el tema tras visitar el sur de Israel, aunque el Secretario General Guterres nunca adoptó su informe oficialmente, lo cual a esta altura a nadie sorprende.
En la ONU, se presentaron por invitación del Embajador Danny Danon, dos de las israelíes que estuvieron secuestradas y fueron liberadas hace un año: Amit Sousanna que valientemente contó ya meses atrás sobre el abuso sexual que sufrió, y Mia Schem, que perdió a un amigo secuestrado y asesinado en los túneles, y tiene otro aún cautivo.
Sus intervenciones fueron en inglés, pueden escucharlo.
Today the UN marks the International Day for the Elimination of Violence Against Women. While the UN is busy with hollow discussions, Hamas continues to hold innocent Israeli women captive, who suffer severe and daily abuse.
— Danny Danon (@dannydanon) November 25, 2024
On October 7th, hundreds of Israeli women experienced… pic.twitter.com/kooDeUwsPK
13 mujeres israelíes aún están en manos de Hamas en Gaza. Tres de ellas ya se sabe que están muertas. De las otras no puede haber certeza pero sí esperanza que aún estén vivas, aunque el fin semana Hamas publicó un video con una imagen nublada, diciendo que esa una de las jóvenes, asesinadas. Israel lo está investigando.
Nadie duda que las jóvenes vivas fueron víctima de abusos sexuales horripilantes.
Recordamos claramente el video del secuestro de las jóvenes soldadas del puesto de observación Najal Oz, en el que se oía a uno de los terroristas haciendo referencias sexuales respecto a ellas. Y en una de las grabaciones captadas por la Inteligencia israelí de una conversación entre un terrorista –que era además funcionario en UNRWA- y otro hombre, el primero le hablaba de las presas que habían traído y usaba el término “sabáia”, una especie de esclava sexual en guerra. Estremece el solo pensarlo, el que exista ese término y el que se haya traducido en acciones de horror contra estas jóvenes.
El 7 de octubre, fueron hallados múltiples testimonios de violaciones en los cuerpos sin vida en el terreno, además de las denuncias que fueron presentadas paulatinamente.
Y todo esto, en el marco de la violencia general.
Simja Greinman, voluntario de ZAKA- la organización que se ocupa de los cuerpos tras muertes no naturales para darles digna sepultura- compartió un video con un corto testimonio de cara a este 25 de noviembre. Esto fue lo que dijo: “El 7 de octubre nos llamaron a hacernos presentes en escenarios de cosas horripilantes, que uno no puede imaginar. Mujeres fueron brutalmente asesinadas. Cortadas en pedazos. Hubo situaciones en las que no podíamos identificar si era un hombre o una mujer , casos en los que recién después de recibir toda la información podíamos entender que era una mujer”.
Greinman formuló un llamado oportuno: “Piensen en los 101 rehenes aún en Gaza, en lo que están viviendo todos estos días, todas estas noches.
Es algo frente a lo que no podemos quedarnos cruzados de brazos. Debemos actuar con firmeza para ser su voz, para gritar, para decir nunca más a lo que les ocurrió. Nunca más deben ser dejados solos”.